Llaman a erradicar la explotación sexual de niñas y mujeres en La Merced

Desde hace décadas, el barrio de La Merced también es conocido por la venta de servicios sexuales. Si se pasea por la Avenida Circunvalación o algunas calles como Manzanares o Soledad, se ve a varias mujeres ejerciendo el comercio sexual

“En La Merced, existen numerosos casos de mujeres víctimas de explotación sexual, el modo de operación es recurrente: son captadas a edad muy temprana, desde los 13 o 15 años, su explotador se presenta como un pretendiente en sus lugares de origen, que suelen ser comunidades rurales de estados del centro y sur del país como Tlaxcala, Puebla, Morelos, Guerrero, Veracruz, Yucatán y Estado de México”, explica en un comunicado la agrupación Lady Meche.

En el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Lady Meche señala La Merced como un foco rojo, un lugar donde muchas mujeres son víctimas de explotación, que se ha convertido en el segundo delito con más ganancias en el mundo, solo detrás del narcotráfico, pues genera más de 32 mil millones de dólares al año a nivel global.

Según datos de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, dice el comunicado, cada año más de 500 mil mujeres y niñas son captadas para ser explotadas sexualmente.

Lady Meche es una empresa social creada por trabajadoras sociales de la UNAM que ofrecen empleo a trabajadoras sexuales sobrevivientes de explotación sexual en el Barrio de La Merced, a través de la elaboración de productos cosméticos naturales y artesanales inspirados en el patrimonio cultural de esa zona.


 

Explotación en la Merced
Lady Meche explica que en el caso de las mujeres víctimas de explotación sexual en la Merced, no se trata de un enganche por medio del secuestro o el rapto, sino de una manipulación emocional y enamoramiento a mujeres en situación de vulnerabilidad -pobreza multidimensional, violencia de género, violencia familiar, problemas emocionales, etcétera.

Una vez consolidada una relación aparentemente amorosa, los explotadores obligan a su pareja que realmente es su víctima, a trasladarse a la Ciudad de México y ejercer el comercio sexual. Trabajan más de ocho horas al día y no tienen descansos ni siquiera cuando se encuentran menstruando.

“Parece ser un acuerdo entre pareja, sin embargo, los tratantes desde que inician a trabajar a una víctima lo hacen con el fin de explotarla sexualmente”, agrega.

Su adolescencia transcurre en escenarios de comercio sexual, violencia de género y maternidad, ya que los tratantes procuran embarazarlas y así manipularlas con el bienestar de sus hijas o hijos; por ello las mujeres víctimas de explotación sexual no tienen oportunidad de estudiar, realizar otro tipo de actividad, o incluso convivir con sus familias.

“Tras años de explotación, algunas han salido y sobrevivido; han sido rescatadas por organizaciones que combaten la trata de personas, escapado o, incluso, han podido terminar esa relación con su pareja/explotador, quien las remplaza con una víctima más joven, para obtener más ganancias”, señala.

Después de salir de la explotación sexual, las mujeres se enfrentan a una realidad sumamente compleja: sin patrimonio, lejos de sus familias, sin estudios básicos, sin experiencia laboral, con dos o más hijas o hijos. Por lo que muchas optan por volver al comercio sexual, pero ahora como trabajadoras sexuales; es decir sin que ninguna persona u organización les obligue a hacerlo.

Como trabajadoras sexuales y sobrevivientes de explotación sexual, las mujeres en La Merced continúan enfrentándose a una fuerte violencia, pobreza, exclusión y estigma. Sin embargo, muchas de ellas sueñan con generar sus propios negocios, ahorrar para un patrimonio o su retiro.
Es en este contexto que Lady Meche, acompaña a las mujeres inmersas en el comercio sexual en el Barrio de La Merced.

“Denunciamos que muchas de las mujeres y niñas que ofrecen sus servicios sexuales en la zona son víctimas de explotación sexual, así como muchas trabajadoras sexuales en algún momento lo fueron”, dice Natalia Martínez Payán, cofundadora de Lady Meche..

La explotación sexual debe ser prevenida, el Estado tiene que crear las medidas para que más mujeres y niñas no sean captadas por estas redes, así como se debe atender con la mayor justicia a las víctimas, afirma.

“Finalmente, no se puede perder de vista el daño causado a las mismas”, concluye, “por ello exigimos se creen programas y apoyos sociales con perspectiva de género para las mujeres que deseen salir del trabajo sexual, así como existan las mejores condiciones de seguridad para las que deciden seguir en la actividad”.


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