Un infante de marina de Los Ángeles que murió en noviembre de 1943 durante un combate en la Segunda Guerra Mundial, recibió un homenaje el martes con una procesión después que sus restos fueron devueltos al sur de California.
El soldado de Infantería de Marina Estadounidense, Jacob Cruz, murió en acción el 22 de noviembre de 1943 durante una batalla con fuerzas japonesas en la pequeña isla de Betio en el atolón Tarawa de las islas Gilbert.
Cruz murió al tercer día de una batalla que dejó cerca de 1,000 infantes de marina y marineros muertos y más de 2,000 heridos.
El joven tenía 18 años.
Las autoridades informaron que Cruz había sido sepultado en esa isla, en la Fila D del Cementerio de la División Este, luego renombrado como Cementerio 33.
En 2019, los arqueólogos de la organización sin fines de lucro History Flight localizaron los restos y los entregaron para su identificación al laboratorio forense de la Agencia de Recuento de prisioneros de guerra (POW) y desaparecidos en acción (MIA) del Departamento de Defensa (DPAA), en la base conjunta Pearl Harbor-Hickam.
Allí confirmaron que un grupo de los restos eran del soldado Cruz.
Decenas de soldados de origen latino en Estados Unidos están realizando una de las misiones que pocos imaginaron.
Un vuelo que transportaba los restos llegó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) desde Hawaii el martes. Fueron transportados a una funeraria en Montebello en una procesión que incluyó a veteranos y un saludo de los agentes del orden.
El nombre de Cruz está en el Tribunal de los Desaparecidos en el Cementerio Nacional Memorial del Pacífico. Se colocará una roseta junto a su nombre para indicar que lo han encontrado.
El soldado Cruz sirvió en la Compañía D, 1er Batallón, 6º Regimiento de Infantería de Marina, 2ª División de Infantería de Marina.
“Un contratista civil murió y cinco contratistas y un soldado estadounidense fueron heridos” por el impacto de “fuego indirecto” en la noche del lunes en Erbil, indicó la coalición en un breve comunicado.