A unos cuantos días de que la vacuna contra el COVID-19 sea posiblemente autorizada en Estados Unidos, la mayor parte de California entró el domingo a otro confinamiento debido al repunte de casos, y altos funcionarios de salud les advirtieron a los estadounidenses que no es momento de bajar la guardia.
Las nuevas órdenes de permanecer en casa entraron en vigor en la madrugada del sábado y hasta el próximo 4 de enero en el sur del estado, en gran parte del área de la Bahía de San Francisco y en otras zonas.
Las nuevas reglas en el estado de 40 millones de habitantes prohíben las reuniones entre personas de distintas viviendas. Las tiendas minoristas, incluidos los supermercados y los centros comerciales, pueden operar a una capacidad del 20%. Los restaurantes deberán suspender su servicio presencial y los salones de belleza, cines, museos y parques infantiles tendrán que cerrar.
La cantidad de camas disponibles en las unidades de terapia intensiva de los hospitales de California está disminuyendo conforme aumentan las infecciones.
Las autoridades de salud del estado impusieron las medidas de confinamiento luego que la capacidad en cuidados intensivos cayó por debajo del 15% en algunas regiones.
California fue el primer estado en implementar un confinamiento a nivel estatal durante la primavera pasada, cuando empezó a propagarse la pandemia del coronavirus.
Cerca de 12,000 personas mureron en la última semana en EEUU.., más que por cualquier otra enfermedad, según la Universidad de Washington.