Llevan sus décadas de experiencia a la virtualidad universitaria

Dos académicos de larga trayectoria narran su experiencia al enfrentar un nuevo esquema de enseñanza, producto de las medidas sanitarias por el coronavirus.

La contingencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus llevó a las universidades a migrar a la virtualidad total y a muchos maestros a desarrollar nuevas habilidades para apoyar el proceso de aprendizaje.

Según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en México, son 4.5 millones de estudiantes universitarios, quienes ahora toman clases desde el confinamiento.

En este Día del Maestro, dos académicos de larga trayectoria compartieron cómo ha sido su experiencia al enfrentarse con un nuevo esquema de enseñanza, a partir de la contingencia sanitaria.

Al día con la virtualidad

En 63 años como profesor, Evaristo Cedillo Garza ha transitado por la regla de cálculo para las operaciones aritméticas, la calculadora científica, la computadora central, la computadora personal y la laptop.

El decano de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la Universidad Autónoma de Nuevo León se ha sumado ahora a las clases virtuales, con cerca de 250 alumnos, con los que comparte, desde el confinamiento, su experiencia en las matemáticas aplicadas y señala con satisfacción que prácticamente el 100 por ciento se conecta a sus sesiones.

Afirma que, ante la pandemia, se ha adaptado a las circunstancias y ha adquirido poco a poco las habilidades para estar al día con las nuevas herramientas tecnológicas.

La UANL ya contaba con materias en línea, recuerda, pero la contingencia por el Covid-19 obligó a trasladar la totalidad de los programas a la virtualidad en muy corto tiempo.

“La universidad y todos los maestros supimos adaptarnos, unos más rápido que otros, al sistema”.

Algunos se habían resistido antes a dejar el aula y el pizarrón, pero hoy el 100 por ciento está en la virtualidad.

“Creo que lo estamos logrando, gracias a que la gente de la universidad y de todas las universidades del país sabemos adaptarnos a las circunstancias y sacar la tarea, todo por el bien de la educación y por el bien de nuestros muchachos, para que salgan bien preparados”, expresa.

Motivar el diálogo

Desde que se declaró la contingencia sanitaria, Julia Miguez imparte todas sus cátedras desde la virtualidad.

Con 43 años de experiencia en el aula, la profesora de la Facultad de Filosofía y Letras se sumó al reto de la UNAM de continuar las clases para que los alumnos no pierdan el semestre.

“No es lo mismo la interacción personal, el estar en un espacio físico común, pero ha sido una experiencia bastante positiva”, dice.

No todos los alumnos se sienten cómodos en el formato digital, pero ella trata de incentivarlos, de motivar el diálogo en sus clases relacionadas con cultura universal, cultura latinoamericana y filosofía en América Latina.

Entre las desventajas que encuentra es que a veces fallan los sistemas, se apaga el zoom o surgen otras dificultades técnicas.

Para ella, los maestros están en un momento histórico y deben incorporar las nuevas técnicas para la difusión del conocimiento, incorporar el nuevo lenguaje audiovisual, para que el proceso del conocimiento siga avanzando.

“Es una alternativa positiva frente a la pandemia, que no sabemos a ciencia cierta cuándo va a finalizar”, expresa.

 

Tema de discusión

El profesor Evaristo Cedillo explica que sus alumnos han tomado la contingencia con mucha seriedad, atendiendo las recomendaciones de las autoridades.

“Hay que lidiar con el problema”, dice; “en el estado, hemos acatado las instrucciones que dan las autoridades y tenemos como siete u ocho municipios que no tienen absolutamente ningún enfermo del coronavirus”.

En cambio, la profesora Julia Miguez señala que sus alumnos han enfrentado la pandemia con depresión en algunos casos, angustia, con cierta desesperación o pesimismo frente al futuro.

Un futuro incierto para muchos de ellos, y para nosotros mismos, también”.

Hoy, es necesario vivir el presente con cierta vitalidad y afrontar el futuro.

La labor del maestro es estar pendiente de sus alumnos, impartir sus conocimientos y aprender de ellos también, en un doble juego”, concluye.




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