Hugo Lloris, el portero tranquilo, nieto de republicanos catalanes exiliados al sur de Francia, el único futbolista de la final sin redes sociales, el tipo que pudo ser tenista pero prefirió bajar al barro y hacerse portero, el compañero calmado, el que nunca pensó viviría un Mundial ha pasado a convertirse en el portero que más partidos de una Copa del Mundo ha disputado (20) superando a Manuel Neuer.
Por detrás del francés queda, como está dicho, el alemán Manuel Neuer (19) y otra leyenda germana, Sepp Maier, que con 18 apariciones empata con el brasileño Claudio Taffarel.
La alineación de Lloris en la portería de Francia añade un partido más a sus estadísticas, con 145 partidos pasa a ser el jugador francés con más partidos defendiendo la camiseta de Francia, dos más que el mítico Thuram.
Los números de Lloris con la camiseta de ‘les bleus’ son extraordinarios. En este Mundial ha superado al portero de Alemania, que ganó el Mundial en Brasil’ 2014.
La carrera de Lloris se ha caracterizado por la incertidumbre de sus inicios en Niza, donde residía su familia, perteneciente a la alta burguesía. Su padre, banquero, su madre ya fallecida, abogada de un importante bufete británico.
La elección de la carrera como futbolista que tomó tanto Hugo como su hermano no era el sueño de sus padres, que preferían estudiaran en la universidad, pero el portero se mantuvo firme.
Desde que debutó con la selección se convirtió en una pieza importantísima en el equilibrio de un grupo de edades muy dispares y procedencias distintas.
Desde que debutó con la selección se convirtió en una pieza importantísima en el equilibrio de un grupo de edades muy dispares y procedencias distintas.