Ya había avisado en el anterior partido y lo hizo. Dillon Brooks cruzó la línea roja con LeBron James y, después de llamarle “viejo” tras el primer encuentro le pegó un manotazo en las partes nobles al principio del tercer cuarto. Tras revisar la jugada, los árbitros no lo dudaron: flagrante 2 y a la calle.
Lo curioso es que el alero había compartido unas palabras -al parecer amistosas-, antes de empezar el partido con ‘The King’, quien fue preguntado por el incidente tras el encuentro:
“¿Si quería hacer una declaración? ¿Yo? He lidiado mucho tiempo con esto, no necesito hacer ninguna declaración, mi currículum habla por sí mismo, sólo teníamos que jugar bien y ganar”, contestó incluso entre irónicas carcajadas LeBron, también preguntado por las provocaciones de Brooks en la previa del choque:
“No quiero hablar demasiado, mañana (refiriéndose a esta noche) va a ser un gran partido. No estoy aquí para la mierdas, estoy listo para jugar. Eso es todo”, advirtió ‘Bron’.
Brooks, con el que se cebó el público de los Lakers con sonoros silbidos, terminó de adobar así una fatídica noche en la que se fue con un horrible 3/13 en tiros de campo y 7 puntos. No es la primera vez que el alero, implicado en múltiples polémicas con estrellas esta temporada, es expulsado por golpear en los testículos. Ya fue excluido en un Cavaliers-Grizzlies por agarrar a Donovan Mitchell de sus partes íntimas.
Lo peor, es que Brooks parece haber puesto esta arte de moda, en su equipo y en alguno que otro, pues Desmond Bane fue expulsado en un encuentro ante los Heat por darle también ahí abajo a Kevin Love y, el jueves, lo mismo James Harden por darle en las partes nobles a Royce O’Neale, mientras que Joel Embiid sólo se llevó una flagrante 1 por hacer lo propio con Nic Claxton.