“Hasta aburre, queremos ver algo distinto. Que juegue con la zurda o algo”, bromeó Jason Kidd para intentar explicar la enésima actuación de su pupilo y estrella. Luka Doncic, con un triple-doble de 41 puntos que le sitúa en compañía de leyendas, lideró a los Dallas Mavericks en el importante triunfo contra los Golden State Warriors por 116-113. “Es uno de los mejores jugadores del mundo y esto es lo que hace. Algunos hasta lo damos por hecho”, confesaba el entrenador local.
La enésima exhibición del esloveno, máximo anotador en lo que va de temporada con 33,5 puntos de media, le valió para celebrar un triunfo necesario después de encadenar cuatro derrotas consecutivas. Además, le puso a la altura de Dirk Nowitzki (20) en la segunda posición del ránking de triples-dobles de los Mavs, tan solo por detrás de Mark Aguirre (22). Fue su tercer triple-doble del curso por encima de los 40 puntos, y el 13º de su trayectoria por encima de los 35, una marca que empata ya a Wilt Chamberlain y LeBron James. En los 230 partidos que lleva en Estados Unidos, Doncic acumula 51 triples-dobles, lo que le sitúa dentro del Top 10 histórico.
Hasta Steph Curry, estrella y último MVP de las Finales de la NBA, se rinde a la evidencia. “Su tamaño y habilidad con el balón te sitúan al límite durante todo el partido, y además es un gran triplista, por lo que debes preocuparte por todo“, le elogia el marciano de los Warriors. “Su visión sobre la pista es de fantasía, es un paquete de ataque de generador y anotador, y cuando las mete como hoy, es difícil. Quieres quitarle alguna cosa, pero él siempre puede completar jugada tras jugada”.
Doncic amplió su espectáculo a la defensa logrando 3 de sus 4 robos de balón en el último cuarto, cuando también taponó un tiro de Curry. “Participé en todo, lo di todo. Estaba muy cansado al final, pero necesitábamos ganar este partido. Creo que lo hemos merecido”, valoró el ’77’. En el tramo final, el esloveno anotó 9 puntos y repartió 3 asistencias, todas ellas para que sus compañeros metieran tiros para adelantar a su equipo.
A pesar de que los Mavs realizaron un esfuerzo muy sólido, desaprovecharon una ventaja que llegó a ser de 17 puntos y vieron como Klay Thompson tuvo el tiro para forzar la prórroga. “No voy a mentir, sentí miedo. No fallará muchos tiros abiertos, pero fui muy feliz cuando no entró”, reconoció Doncic.