Se suele decir que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Y en esas se encuentra el fútbol femenino. Tratando de dar otro paso al frente que le permita asentarse aún más. Avanza con pasos cortos, pero firmes. Luchando por sus derechos, con reivindicaciones normales para cualquier trabajador.
Una vez superado el boom inicial y después de filtrar y desterrar la capa superficial de postureo que impregna casi todos los ámbitos de la vida, el fútbol femenino necesitará encontrar su espacio. Un ‘target’ que ha quedado demostrado a lo largo de los últimos meses que sí tiene. Marcha por el buen camino. También será importante hallar un punto de sostenibilidad económica por parte de los clubes.
El germen ya está implantado. Va calando entre los aficionados. Pero que nadie piense que se va a lograr de la noche a la mañana. Ahora lo fundamental es sentar unos cimientos sólidos que permitan progresar en los años venideros. No estaría mal que tanto la Liga como el calendario internacional sufriera una profunda revisión para ganar en competitividad global.
San Mamés vuelve a abrir sus puertas el domingo para ellas. Con todos los honores. Se viene partidazo. El Athletic y un Barcelona que es líder indiscutible. Las rojiblancas han superado su periodo de transición tras la llegada de Villacampa al banquillo y miran hacia arriba. Quieren ser las primeras en derrotar al conjunto culé.
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