La semana pasada, el Atlético de Madrid quedó eliminado de la Champions League. Un mazazo para el club rojiblanco a todos los niveles del que todavía no se han recuperado en el Metropolitano, donde contaban en los presupuestos con el pase a octavos de final y que dejará un agujero de unos 15 millones de euros.
Pero el equipo colchonero aún tiene la oportunidad de seguir en Europa. En la segunda competición continental que ya conquistara en 2018 tras caer en la fase de grupos de la Champions. Obviamente, no es lo mismo, pero el Atlético le interesa disputar este torneo y llegar lejos por varios motivos.
El primero es el económico. Jugar la Europa League y llegar lejos en este torneo no se puede igualar, ni mucho menos, a la Champions, donde por pasar a octavos, el Atlético hubiese ganado 9,6 millones de euros. Llegando a la final y ganándola el club recibiría 14,9 millones, a lo que habría que añadir otros conceptos (TV, taquillas…) Una cantidad muy alejada de lo que se percibiría en la Champions pero que ayudaría a amortiguar algo el golpe de la eliminación.
Otros motivos son el deportivo, el social y el de imagen. El equipo de Simeone está diseñado para competir en Europa, y decir adiós a esta posibilidad el 1 de noviembre sería un enorme fracaso. Al Atlético sólo le quedaría LaLiga, donde está alejado de la cabeza en estos momentos, y la Copa del Rey, en la que debuta el 12 de noviembre ante el Almazán en Los Pajaritos de Soria.
Además, en esta edición de la Europa League hay equipos muy potentes, como en ninguna otra, con Barcelona, Juventus, Sevilla, Arsenal, Manchester United, Betis, Real Sociedad, Roma, Ajax…
Las cuentas, claras
Cabe recordar que el Atlético de Madrid depende de sí mismo para acabar en la tercera posición de la fase de grupos. Si gana, pasará a la Europa League. Y si no, le vale con igualar el resultado que consiga el Bayer Leverkusen, que recibe al Brujas (los belgas se juegan el primer puesto con el Porto) en el BayArena.