“Lo que hacen las universidades no se puede llamar educación ‘online’”

Josep A. Planell, rector de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Josep A. Planell, rector de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).CONSUELO BAUTISTA

Durante sus 25 años de historia, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) se ha ido haciendo un hueco en el sistema universitario, consolidando su modelo de educación a distancia que cuenta con unos 73.000 alumnos y más de 5.700 trabajadores. Josep A. Planell (Barcelona, 68 años), que lleva al frente de este campus online siete años, aplaude la respuesta que han tenido las Universidades presenciales para reconvertir su método de enseñanza durante el confinamiento, pero defiende que esto dista del concepto de educación remota. Su universidad está en boca de todos los rectores porque el ministro Manuel Castells, profesor en excedencia de la UOC, la cita todos los días.

Pregunta. ¿Con esta educación virtual generalizada y exprés, le ha salido competencia?

Respuesta. [Ríe] No es realmente competencia. El esfuerzo que se ha hecho para que todo el sistema universitario acabe saliendo de la pandemia con éxito es una cosa, pero no creo que se pueda llamar educación online a lo que están haciendo las Universidades presenciales. Es una emergencia, pero no creo que esto signifique que todas vayan a establecer el online como modelo. Nosotros no tenemos clases magistrales, el estudiante aprende haciendo. En el modelo que ahora llaman online, el profesor se pone ante la cámara y transmite su conocimiento. Con la emergencia, cada profesor ha impartido la clase como considera que es online y al final, depende de la artesanía de cada profesor. En la UOC tenemos 3.000 asignaturas diseñadas con el mismo patrón.

P. Si las universidades presenciales continúan con el modelo a distancia, ¿puede perjudicarles?

R. Las presenciales se orientan a jóvenes de 18 años y la UOC a personas que tienen de media 30 años, una familia y casi siempre una hipoteca. Gente que ha dejado sus estudios o ya tienen una carrera o un módulo profesional. A lo mejor si las presenciales pasan a ser online nuestros estudiantes se moverían, pero no creo que eso suceda el próximo año.

P. Las universidades hablan de combinar ambos modelos el próximo curso. ¿Cómo lo ve?

R. Las clases magistrales sí pueden convertirse en virtual, pero lo que se hace en un seminario o un laboratorio, casi nunca puede hacerse. Con modelo híbrido pienso que hablan de convertir en virtual la formación teórica.

“Nuestros alumnos aprenden haciendo, no con un profesor ante una cámara”

P. ¿Todo es virtualizable?

R. Una videoconferencia entre dos personas se puede hacer, entre 40 participantes es difícil mantener un diálogo, es poco ágil y se acaba convirtiendo en pequeños discursos sin interacción. Así que en actividades de discusión e intercambio de ideas, será necesaria la presencialidad.

P. ¿La educación virtual ha llegado para quedarse?

R. Si Cambridge en lugar de cobrar 50.000 libras por matrícula presencial, pide 3.000 a los alumnos online, a lo mejor hay personas que preferirán tener un título de Cambridge que de la UOC. Será difícil competir, puede tener un alcance tremendo. Pero el primer preocupado es el alcalde de Cambridge, porque el 25% de su población es estudiantil y esto trastoca el impacto social de la universidad. En España, que tenemos una universidad presencial por provincia y que han hecho una aportación enorme en sus territorios, puede haber consecuencias de todo tipo. Si se mueven las presenciales al online, habrá que plantearse si será necesario que todas impartan los mismos grados.

P. En este proceso de virtualización ha aflorado la brecha digital. ¿Se puede solucionar?

R. Hay una brecha digital, pero también de fibra óptica. Pasa como con el teletrabajo. No puedes enviar a casa a los trabajadores y decir “ya te apañarás”. Hay que darles los instrumentos. La gente que hace teletrabajo, ¿se tiene que pagar Internet o hay que compensar una parte? Nuestros trabajadores piden ahora sillas porque no tienen una para hacer una jornada de ocho horas. Hemos vivido una emergencia y se ha tenido que solventar como se ha podido, pero si esto lo queremos hacer bien, hay que replantear muchas cosas.

“¿Mimados por Castells? No. No creo que nos quiera más que a la UNED”

P. Entonces, en septiembre, las universidades con docencia virtual, ¿deberían ofrecer ordenadores a los alumnos?

R. [Lo piensa] Un estudiante que se matricula en la UOC sabe que debe tener un dispositivo potente. Las normas de juego deben estar claras. Si la gente no tiene un ordenador o una conexión, a lo mejor debe formar parte de las becas. Si el estudiante tiene méritos para ir a la Universidad, debe poder seguir las clases igual que todos.

P. A veces hay confusión sobre el estatus de la UOC. ¿Es pública?

R. Se dice que es privada porque es una fundación, pero nace en 1995 con una ley aprobada por unanimidad en el Parlament. Recibe una subvención de la Generalitat que fija los precios públicos.

P. El ministro Manuel Castells habla muy bien de la UOC. ¿Se sienten mimados?

R. [Ríe] ¿Esto es para provocar? Mimados, no. Somos la primera universidad totalmente online del mundo. La idea de que las universidades a distancia son de segunda para gente de segunda ha existido muchos años y a lo mejor hay todavía quien lo cree. Como la idea de que la educación online no puede ser tan buena. No discutiré este punto, pero de presenciales también hay de muchos tipos. Yo miraría las tasas de asistencia de algunas carreras. El ministro, que está en excedencia en la UOC, nos pone como referencia, pero no creo que nos quiera más que a su universidad, la UNED.

P. El ministro ha criticado la mala calidad de algunas privadas. ¿Está de acuerdo?

R. Algunas han salido a Bolsa. Él se refiere a que cuando montas una institución de educación como negocio, este está por encima de la calidad de la educación.


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