Lo que en el Athletic no se ve… Clemente lo da. El Rubio de Barakaldo unió anoche en su once de la Euskal Selekzioa al Búfalo y a la Pantera. Dibujó un ataque de inicio con Villalibre como delantero centro, luciendo también el 20 a la espalda que heredó de Aduriz como león, y Williams en la banda derecha. Y completado con Muniain como enganche y Morcillo en la izquierda.
Muchas son las voces que han pedido de una manera u otra a Garitano que coloque en su alineación a Villalibre y a Williams. El técnico tiene dos ramas en su respuestas. Una, que necesita un delantero fresco en su banquillo, un revulsivo, para cuando el cronómetro ya está avanzado. Otra, que el de Gernika va ganando importancia, que cada vez juega más y que se le verá en muchas ocasiones como titular.
Lo cierto es que Villalibre ha sido suplente en los ocho encuentros de Liga disputados por el Athletic esta temporada, acumulando 194 minutos, con una media de 24 por cada actuación. Mientras, Williams ha estado en el once del conjunto bilbaíno en siete de las ocho jornadas, disputando hasta la fecha 605 minutos. Han coincido algunos pequeños ratos sobre el terreno de juego. Ayer lo hicieron desde el principio en Eibar.
Aunque del cuarteto rojiblanco de arriba, Morcillo fue la espoleta detonante. Muy activo. En una cabalgada por la izquierda en el minuto 12, y no era la primera, puso un balón en el área para que Muniain, viniendo desde atrás, anotase con la zurda desde el punto de penalti batiendo a Keylor Navas. El de la Txantrea, que hizo sonar la sirena de Ipurua, fue pues el primer beneficiado de esta situación, en la que sí se mantenía el 4-2-3-1 con el que se manejan a las órdenes de Garitano. El capitán del Athletic, que se movió con libertad, agradece pisar área. Suele ser sinónimo de beneficios.
Williams disparó en un par de acciones en la primera mitad. Una, en el minuto 22, entrando por el costado derecho y acabando la jugada y otra, en el 38, en el sector izquierdo, girándose tras un pase de Morcillo. El que no aprovechaba la oportunidad era Villalibre, sin conexión con el resto y sin tocar la bola, salvo en un par de toques en los que se descolgó. Desapercibido. Tuvo su única ocasión, buena, en el 51. Desvió Navas y fue sustituido tres minutos más tarde por Bautista. Poco después, en el 64, Muniain también fue relevado -entró Oier-, sin mayor novedad en su tarjeta personal. Morcillo se fue en el 84. El único de los cuatro que llegó al minuto 90 y más allá, fue Williams. Al 94, en el que Núñez, el central rojiblanco, firmó la victoria (2-1) de cabeza.
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