El fútbol cambia a pasos agigantados. Los delanteros ahora son de todo menos delanteros. El ‘9’ viene a recibir, cae a una de las bandas y se aleja de su hábitat natural para participar en otras facetas del juego. Los arietes puros están en peligro de extinción, pero mientras existan rematadores con tanto hambre de gol como el ‘25’ de la Real nunca desaparecerán. Jon
Bautista volvió a ser el héroe que consiguió derribar, otra vez, la emboscada croata, que esta vez puso su muralla en tierras donostiarras. Mientras Isak se dedicó a mandar al limbo ocasiones manifiestas de gol, Bautista dio otro golpe encima de la mesa para al menos generar el debate sobre si debe o no debe ser titular viendo el nivel de sus otros dos compañeros.
Sólo pasaron 11 minutos desde que Bautista se despojó del peto hasta que Gipuzkoa se levantara enrabietada del sofá con su tanto. No necesitó más que un buen centro para demostrar que es un delantero como la copa de un pino. De los que no quedan. No generó demasiado peligro desde que ingresó en el terreno de juego, pero simplemente con su presencia en el área, incluso desplazado algo a la izquierda puesto que compartió espacio con Willian
José, fue capaz de inquietar a los centrales. No entró demasiado en contacto con la pelota hasta marcar su segundo tanto de la temporada, pero tampoco le hizo falta.
Movimiento de toda la vida
Con la entrada de Gorosabel la Real ganó calidad en sus centros. Bastó una conexión entre Arrasate y Errenteria para que el balón acabara en el fondo de las mallas. Centro tocado al área, control orientado hacia fuera para zafarse del defensa sólo con un toque y zambombazo a la red para que Nevistic no pudiera ni siquiera acercarse a detener el misil. ‘Otra vez él’, gritó enrabietado en croata. Nueva explosión de júbilo para un Bautista que aprovecha sus minutos para sacar oro de una mina de carbón. Los dos goles más importantes de lo que llevamos de temporada llevan su firma. No ha necesitado más de 132 minutos. Tras el gol, señaló hacia la grada como tratando de imponer el ‘aquí estoy yo’. Pero quiere más.
No fue la única ocasión que tuvo en los 32 minutos que estuvo sobre el césped. Tras el empate de Monreal, el Rijeka se metió más atrás si cabe. La figura de Bautista volvió a sobresalir para ganar disputas a los jugadores balcánicos. El canterano dispuso de otros tres remates de cabeza, todos ellos molestado por los defensas, que no encontraron portería. Demasiado hizo para la muchedumbre que poblaba el área. “Estoy contento con los tres delanteros, no les puedo reprochar las ocasiones falladas”, resumió Imanol en rueda de prensa. Larga vida al ‘25’.
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