Localizados los tres hermanos desaparecidos de su casa de acogida en Aranjuez


La Policía Nacional ha encontrado en la tarde de este miércoles a Jonathan, Izan y Adán, los tres hermanos que desaparecieron el domingo 14 de noviembre de la casa de acogida de Aranjuez en la que residían, después de que su madre no los devolviera tras una visita programada. Los menores han sido hallados en una casa okupa en la localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios y los agentes han detenido a la madre, Nieves, y a su pareja, David, como autores de la sustracción. Los niños se encuentran en buen estado. Pocos minutos después de encontrarlos, el padre, Miguel, se ha puesto en camino para reunirse con sus hijos junto con su abogado, Juan Manuel Medina. “Solo sé que están bien. No tenían ningún nexo con ese pueblo que yo supiera, supongo que habrán buscado un sitio apartado”, ha dicho Miguel.

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Fueron los responsables de la casa tutelada Madre Teresa de Aranjuez los que dieron la voz de alarma hace diez días, cuando habían pasado dos horas desde que la madre debía haber devuelto a los pequeños, de 9, 7 y 5 años. El padre, Miguel, se había cruzado con ella horas antes cuando llevó a los hermanos al centro y apenas cruzaron unas palabras. Desde que se separaron mantenían escasa relación y siempre ligada a los niños. La Comunidad de Madrid asumió la tutela de los pequeños en 2016, después de constatar que acudían al colegio descuidados o que faltaban a clase. El padre acababa de recobrar parcialmente la custodia y podía llevárselos los fines de semana.

Miguel, que ahora tiene 30 años, y Nieves, de 27, comenzaron a salir muy jóvenes. Y muy jóvenes tuvieron a sus hijos. Se conocieron en Getafe, de donde es él y cuando ella tenía 19 y Miguel 22 nació el primero, Jonathan, en Valdemoro. Izan llegó dos años después, cuando estaban en Parla y a Adán, el benjamín, lo tuvieron en Getafe. “En aquella época vivíamos de okupas, así que donde estábamos en ese momento es donde nacieron los niños”, relataba esta tarde el padre en el portal de su casa en Ciempozuelos. Entonces y durante muchos años ambos tuvieron problemas con las adicciones y no eran capaces de conservar un trabajo. “Jonathan llegó muy pronto, eres joven, te gusta la fiesta…”, recuerda Miguel de aquellos primeros pasos con un bebé a su cargo. Cuenta que, tras muchos tumbos, hace unos tres años decidió rehabilitarse y por eso volvieron a concederle parcialmente la custodia.

Ahora Miguel tiene otra pareja, la madre de su hija pequeña, y viven con los dos hijos mayores de ella. Se acaba de quedar sin trabajo después de que no le renovaran como mozo de almacén tras un periodo de prácticas. “Tuve que faltar tres días por todo esto y claro, no contaron más conmigo”, apunta.

La madre tenía también un nuevo novio, junto al que se le ha detenido esta tarde. La nueva pareja de ella es de Córdoba, por eso el padre apuntó en un principio a los investigadores que era uno de sus destinos posibles. El último lugar en el que sabía Miguel que residía Nieves es Almorox, en la provincia de Toledo, donde además tenía una orden de busca y captura por una causa pendiente en un juzgado, confirman fuentes cercanas al caso. La madre tiene una cuenta de Instagram con pocas publicaciones en las que muestra su amor por su nueva pareja, David.

La relación de Miguel y Nieves siempre fue un caos, cuenta él, así que en 2016 la Comunidad de Madrid les retiró a ambos la tutela de los menores. El pequeño de ellos tenía solo unos meses de vida. Poco después, la pareja rompió. “Era insostenible”, asegura el padre. En un primer momento, los pequeños fueron ingresados en una casa de acogida en Pozuelo, llamada Villa Paz. Después, los pequeños entraron en el programa de familias de acogida.

Vuelta con la madre

Una mujer que tuvo a uno de ellos en su casa y prefiere no dar su nombre, cuenta que cuando ella los conoció, cuando vivían en Villa Paz, estaban “bien atendidos y cuidados”. “Los padres cumplían con las visitas, los abuelos les hacían regalos…”, señala. Esta mujer recuerda que Nieves le agredeció varias veces que cuidara de su hijo. Durante un tiempo, la madre trabajó en la hostelería, parecía que reconducía su vida y la intención era que los niños regresaran con ella, recuerda esta mujer. “Dicen que se los ha podido llevar por desesperación, y yo puedo llegar a entenderlo, ¿quién ha apoyado a esa madre?”, se pregunta. Personas que conocieron a Nieves cuentan que ella, de pequeña, también pasó alguna temporada con una familia de acogida. Su madre vive en Usera, un hogar en el que Nieves ha vivido en algunos periodos.

Al llegar la pandemia, los niños mantuvieron el contacto con sus progenitores las primeras semanas a través de videollamadas. En abril, volvieron con Nieves, pero unos meses después, la Comunidad decidió que debían volver a ingresar en un hogar tutelado, en este caso en Aranjuez, porque era el que estaba más cerca del domicilio del padre. Nieves tenía la posibilidad de sacarlos durante algunas horas. Desde la Consejería de Familias explican que es el protocolo habitual en este tipo de situaciones, en las que se intenta que los pequeños no pierdan el vínculo con sus padres biológicos.

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