Con remontada incluida claro, con el de siempre tirando los fuegos artificiales-, de la victoria de los Heat a la de los Celtics. Del éxtasis a la tragedia en Miami. De Jayson Tatum a Jimmy Butler y de Jimmy Butler… a Derrick White. Y de la muerte a la vida para Boston. En tres míseras décimas caben una vida, la que le dio Derrick White a estos Celtics casi sepultados al vacío por la repentina fiesta montada por Butler, 8 puntos en los últimos 2 minutos. Nadie le esperaba, pero al límite, astuto, peleón y escurridizo, se apareció cual irrupción divina a unos Celtics preparados para llorar su adiós con el 103-102 para meter ese rebote y clavar el 103-104 y el 3-3. Habrá séptimo partido el lunes en el TD Garden. Porque, simplemente, estas series lo valen.
Pocas locuras, extremo y vertiginoso derroche de dispares emociones como los vividos anoche en Miami, de arder por el (casi) pase a las Finales a llevarse el más terrible de los sofocones. Porque las más bonitas historias son las más inesperadas -como la que pueden culminar el lunes unos Celtics determinados a ser el primero de la historia que levanta un 3-0-, White sorprendió, como, en realidad, ha tenido que hacer toda su vida, desde jovencito.
Menudo, ’poca cosa’ a simple vista, nada intimidatorio con sus 1,93, se metió por una rendija, y, fallido, el vuelo fallido de Tatum para atenazar el rebote, emergió el base con un toque sutil para que el balón besara las redes. El que nadie un día quiso porque apenas levanta dos palmos del suelo, fue el que saltó más. Un Marcus el que le dio la oportunidad para abrazar el momento más glorioso de su vida –Smart fue el que falló el triple-. Un Marcus el que dio vidilla a una carrera de baloncesto que no parecía ir a ningún sitio, Todo en conjunto, una poética metáfora y moraleja para abrazar el momento más glorioso de su vida.
-Marcus, tienes que estar loco. Este chico no es un jugador de College-, le reiteraban a Marcus Mason, mentor de White, todos los entrenadores a los que les mandaba vídeos suyos de High School en una historia que cuenta Marc Spears en Andscape. Venía por cierto de jugar High School en Denver. Hay que echar un ojo a White, el que apareció de la nada en la que ya se veían los Celtics tras los tres tiros libres convertidos por Butler con 3 segundos por jugar.
“Estoy feliz, tenía que hacer lo que fuera para ganar, somos un equipo resiliente. Pero no está hecho todavía”, decía al final del encuentro el ‘esmirriado’ base, superado aún por los hechos como para describirlo con palabras, reciente el suspense de si el tiro había entrado a tiempo o no. “Fueron los 10 segundos más largos de mi vida, esperando la confirmación de si Derrick lo metió o no. Todavía no me lo creo. Es jodidamente loco”, confesaba Tatum, mientras Jaylen Brown se ponía a rezar una vez la resurrección confirmada.
“Derrick White fue como un relámpago, salió de la nada y salvó el día… En este punto, estoy en modo oración”, aseguraba el escolta.
Y se lo tomaba a risa Jimmy Butler, al que le arrancaron en un maldito suspiro su gran noche -otra más-, forjando otro milagro en Miami con 8 puntos en los últimos 2 minutos con Boston 100-93 arriba.
Pero ni rastro de ironía. Sólo deportividad y hasta agradecido por esa especie de regalo del baloncesto caído del cielo aunque a los Heat les hubiera caído un chaparrón cuando se había quedado la noche apacible. “El baloncesto en su mejor momento, es muy, muy entretenido. Pero podemos hacerlo, el año pasado ya estuvimos en esta situación. Vamos a ganar”, asumía a la vez que levantaba la voz Jimmy ‘Buckets’, preparado para vivir un séptimo encuentro como el que hubo el año pasado en las mismas Finales de Conferencia Este con final feliz para Boston, que tuvo que hacer eso de ganar dos veces.
Sería que, antes de la fiesta final, tenía que haber una loca loca que demasiado ‘tranquilo’ había sido la cosa hasta que Jimmy Butler la lio y Derrick White la hizo todavía más gorda. Butler pudo arreglar su desaguisado al final para acabar con 24 puntos pero sólo un 5/21 en tiros de campo, 11 rebotes y 8 asistencias, para que todos compraran un nuevo relato de los Heat. Pero White se los birló.
Hasta los dos desbocados dos minutos finales, había sido el partido en el que, con las idas y venidas de unos Heat que siempre vuelven, los Celtics lo habían tenido todo bajo control con el marcado sello personal de Jayson Tatum: 31 puntos -8/22 en lanzamientos-, 10 capturas y 3 pases de canasta. A su lado, Jaylen Brown con 26 tantos y 10 capturas.
La embestida final de Miami con la pasión y la oportuna precisión de Jimmy Butler al frente, asentada sobre el eficaz recurso de la zona de los últimos minutos, casi frustra a última hora el plan de unos Celtics superiores tácticamente que vuelven a Boston con la incertidumbre de si el Butler sobrenatural puede permanecer todo el partido visto el final. Pero con la certeza de que ha tomado clara ventaja en la pizarra.
La estrella de los Heat afrontará el séptimo partido reanimada pero, al margen de su prodigioso sprint final, transmitió la sensación de estar exprimida a más no poder, 46 minutos en la pista y atado de pies y manos por Al Horford y Robert Williams III, que han dado con la panacea para atrapar a Butler cambiando en la defensa del pick and roll, sin necesitar de ayudas que abran otras vías al aro para Miami.
“Había que hacer lo que fuera para ganar”
Tampoco está pudiendo con ninguno de los integrantes del sólido dúo de gigantes de Boston Bam Adebayo, 11 puntos con un horrible 4/16 en tiros de campo pese a 13 rebotes y 5 asistencias. Pudio llegar al final con opciones el equipo de un Erik Spoelstra al que le está encontrando hallar soluciones gracias a una notable actuación colectiva, con 21 puntos de Caleb Martin (4/8 en triples), 15 de Gabe Vincent, 13 de Duncan Robinson y 10 de Max Strus, con un excelente 46,7% desde el perímetro (14/30).
Los Celtics le han perdido del todo el respeto a Butler. Se cruzan a su encuentro sin miedo y ya no le ‘compran’ con tanta facilidad las fintas. Fue más agresivo el ’22’ que en un Game 5 en el que se estuvo hasta apático, pero supo seleccionar los momentos en los que acelerar -no se puede jugar a tope 46 minutos y con todo el castigo que lleva encima-, y supo leer cuando se lo tomó con más calma y paciencia, aguantando el balón hasta encontrar la asistencia.
La mayor agresividad de Bam Adebayo para atacar el aro también otorgó mayor fluidez al conjunto de Florida, recuperando su influencia como asistencia al penetrar sacando al perímetro y, después, desde la cabecera con los mano a mano y alguna puerta atrás, aprovechando que Al Horford y Robert Williams III le concedían más espacio para proteger la penetración. A eso y algunas acciones con dobles bloqueos se aferró Miami, incapaz de protegerse ante la ofensiva de Boston a excepción de cuando dispuso zona al final.
Desistiendo los Heat de los 2×1 ante el nulo éxito del quinto choque, Tatum se soltó como anotador, menos asistencias -5 ante 11-, pero más puntos -31 frente a 21-. Manejó cada enfrentamiento como quiso, penetrando con o sin pick and roll, encontrando el tiro de media distancia tras contacto fuese cual fuese su defensor.
El ‘0’ ha encontrado su zona de confort entre su superioridad de tamaño en casi cualquier duelo, desprotegidos los Heat con un solo interior en pista. Agujero negro Kevin Love ante Tatum, el ex de los Cavaliers no tuvo ni un minuto y los Celtics desplazan fácilmente a Bam Adebayo de las cercanías del aro con el pick and roll o con Al Horford atrayendo su atención por su amenaza exterior.
El alero amasó 25 puntos en la primera parte pero la persistencia de Miami en su plan contra Tatum sugería que su plan contra el ‘0’ era cuestión de paciencia: la estrella de Boston empezó a fallar más al final del primer tiempo y, negándole los 2×1, ya no se veía como un negocio tan malo para los Heat que Jayson Tatum intentara ganar él solo el partido.
Los Celtics se anticiparon a ello y su líder tuvo un papel más pasivo en la segunda mitad, ejerciendo más de señuelo para que entraran en acción otros compañeros, sobre todo Brown con 8 puntos en el tercer cuarto e imponiéndose a todos los emparejamientos, preferiblemente deseando el de un Gabe Vincent que volvía, con Marcus Smart aportando 21 tantos, 10 para Robert Williams III en unos Celtics sin Malcolm Brogdon por lesión, con 11 para Derrick White, el que nadie esperaba pero ahora todos adoran. Ningún college creía en él cuando vino de Denver. Ahora hace creer a todo Boston más que nunca para ir a la Ciudad de la Milla.
MIMAI HEAT
103104
BOSTON CELTICS
Miami Heat: Butler (24), Martin (21), Adebayo (11), Vincent (15), Strus (10).
Banquillo: Robinson (13), Lowry (8), Zeller (1).
Boston Celtics: Tatum (31), Brown (26), Al Horford (4), Smart (21), White (11).
Banquillo: Grant Williams (1), Robert Williams III (10), Hauser.
Parciales: 29-34/24-23/19-22/31-25
Árbitros: Zach Zarba, Josh Tiven, James Williams
Incidencias: sexto partido de las Finales de Conferencia (Este) disputado en el Kaseya Center de Miami ante 20.201 espectadores. La serie va ahora 3-3 y se decidirá en la madrugada del lunes al martes en el TD Garden (02:30, hora peninsular).
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