El francés Sébastien Loeb (Prodrive) se llevó la novena especial del Dakar, la tercera que gana en esta edición del rally -segunda consecutiva- y se ha repuesto de su mal inicio de raid, en el que ya es tercero, pero a 1h43:08 del líder, Nasser Al-Attiyah, al que ve imposible alcanzar.
“A este ritmo necesitaríamos seis meses para alcanzar a Nasser. Con todo, ha sido un buen día y me siento feliz por haber terminado la etapa”, indicó tras la meta.
El alsaciano tuvo una sanción de 2:10 por presentarse tarde en la salida de la cronometrada.
“Esta mañana nos hemos llevado un buen susto; por unos instantes hemos pensado que volvíamos a las andadas del inicio del rally. Nos han penalizado con varios minutos, pero tampoco es nada grave”, explicó.
Señaló que paró “en el enlace antes de la salida de la especial y en el momento de reanudar la marcha no había manera de arrancar el coche”.
“No teníamos presión de gasolina, comprobamos todas las conexiones, llamamos al ingeniero y parece que se movía un conector detrás de la bomba de combustible, coincidiendo posiblemente con el momento en que la FIA hizo sus registros. Lo verificamos todo, reseteamos y reanudamos la carrera”, sostuvo.
Ese contratiempo le hizo llegar diez minutos tarde a la salida de una etapa que fue “muy rápida” y en la que perdió “siete u ocho minutos” hasta encontrar el camino por haber seguido unas huellas de moto que no eran correctas.