Lorenzo Caprile sentencia a Tamara Falcó y a su vestido de novia

En cada una de sus apariciones, Lorenzo Caprile apuesta por el más absoluto hermetismo. Ha forjado durante muchos años un núcleo de discreción en todo a lo relacionado con sus clientas. Solo da su opinión sobre moda, como experto, pero no va más allá de ahí. Hace unos días, el diseñador reapareció en el photocall del Universal Music Festival 2023 celebrado en Madrid, donde atendió, amablemente, a los medios de comunicación allí presentes.

Lorenzo Caprile por las calles de Madrid / Gtres

Lorenzo Caprile por las calles de Madrid / Gtres

El pasado 8 de julio, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dieron el ‘sí, quiero’ en el palacio de el Rincón, en Aldea del Fresno, situado a las afueras de Madrid. Uno de los secretos mejor guardados de este tipo de actos es el vestido de la novia y, en este caso había más expectativas que en otras ocasiones, por su posición social y por una gran polémica. No fue para menos. Días antes del gran día, la hija de Isabel Preysler se quedó sin su look nupcial, que por aquel entonces estaba firmado por Sophie et Voilá. A contrarreloj, la aristócrata tuvo que tirar de contactos hasta llegar a Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, quien finalmente hizo magia para llegar a tiempo con el diseño.

Un estilismo clásico de manga francesa con botonadura en la parte central y falda estructurada. Así llegó Tamara hasta el altar. «El vestido de la novia me pareció muy bonito. Muy bien hecho, pero tal y como dije en la radio, pues quizás, no era el adecuado para un 8 de julio en el Rincón. Si se hubiera casado en Plasencia, que es, además, el origen de su linaje y luego lo hubieran celebrado en el palacio del Mirabel que es palacio de la familia Falcó que es todo un ambiente renacentista pues hubiera quedado perfecto en todo ese entorno», opinó Lorenzo Caprile.

Lorenzo Caprile en una imagen de archivo / Gtres

Lorenzo Caprile en una imagen de archivo / Gtres

Al margen de que Carolina Herrera firmara el vestido de la novia, Lorenzo Caprile también se convirtió en uno de los protagonistas indirectos de la ceremonia, ya que fue él mismo quien con dedal en mano y un patrón de inspiración griega diseñó el traje que llevó Carolina Molas, madre del novio que, además, ejerció de madrina.

Molas se enfundó un vestido en azul noche repleto de pliegues, de manga abullonada, escote en pico y fruncido en la zona de la cintura. Un modelo favorecedor que el propio Lorenzo describe como «elegante diseño» realizado en gasa «de seda azul marino, plisado y delicada pedrería». Al ser preguntado por este estilismo que hizo que la progenitora del novio acaparara gran parte de la atención, Lorenzo apuntaló que «hizo un gran trabajo, pero yo no soy protagonista de nada, protagonista es doña Carolina Molas».

Cuando la reportera comentó que se había dicho que había sido la mejor vestida, discreto y con una sonrisa de oreja a oreja dijo que «esa es vuestra opinión». Es necesario recordar que, el diseñador es uno de los más reconocidos de nuestro país y fue una pieza clave en el vestidor de la mismísima Reina Letizia.


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