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Los 50 mejores libros de 2021

“Como me derrumbo y empiezo a pensar una vez más que esa idea de que puedo llegar a ser escritor es una fantasía de ególatra, vuelvo a la modestia de estos cuadernos, que no son para nadie, que no compiten con nadie. Ni están al albur del juicio de nadie. Ellos con ellos mismos, y yo a solas conmigo. Es de noche”. Esta nota de los diarios de Rafael Chirbes ―elegido libro del año de Babelia por un jurado de 75 expertos― podría servir como resumen literario de 2021: en un mundo que parece deshacerse cada noche y reconstruirse cada mañana abundan la primera persona, la sensación de cataclismo inminente (político y ecológico) y una mirada muy crítica al pasado.

Al autoanálisis practicado sin paños calientes por Antonio Muñoz Molina, Emmanuel Carrère, Ida Vitale, Luis Landero, Fernando Aramburu o el propio Chirbes se le suma la revisión que autores como Javier Marías, Juan Gabriel Vásquez, Gabriela Wiener, Maggie O’Farrell o Leila Slimani hacen de la historia de España y América Latina y del papel de las mujeres en una tradición que durante siglos las ha considerado mudas o musas, es decir, invisibles.

Como todo es susceptible de empeorar, entre la utopía soviética retratada por Yuri Slezkine y la distopía europea analizada por Anne Applebaum, queda margen para las catástrofes tecnológicas y medioambientales. De ellas hablan Byung-Chul Han y Fernanda Trías. Remontado el infierno pandémico de 2020, imaginamos 2021 como un paraíso: no pasó de purgatorio. El séptimo centenario de Dante nos ha salido que ni pintado por Botticelli.

Por Javier Rodríguez Marcos


1. Diarios. A ratos perdidos 1 y 2

Rafael Chirbes
Prólogos de Marta Sanz y Fernando Valls
Anagrama

Por Sara Mesa

La expresión “acontecimiento literario”, de la que tanto se abusa en los últimos tiempos, es sin embargo la que mejor encaja para describir lo que ha supuesto en el mundo editorial la publicación de los primeros cuadernos de los diarios de Rafael Chirbes, un testimonio llamado a perdurar como una de las más interesantes escrituras del yo, tanto por la dimensión íntima que ofrece de su autor, preservada celosamente en vida, como por el potencial literario que desprenden sus páginas, rebosantes de una sufriente concepción de la existencia y de la escritura. Hemos sido muchos los que los hemos leído con avidez y muchas las conversaciones que hemos tenido en torno a ellos. Coradino Vega, que mantuvo correspondencia con él durante años, me hablaba de la ternura que encontraba tras su coraza marxista de hombre duro, algo que tiene que ver con su conciencia de clase y también con las circunstancias de su infancia, de las que nunca se sobrepuso. Daniel Ruiz decía que la lectura de estos diarios confirmaba lo que ya intuía a partir de sus libros y entrevistas: que Chirbes se sentía fuera de todo, desplazado, como un intruso en el mundo literario, impermeable a las modas, con una hoja de ruta propia. Con Jorge Herralde, su editor incombustible, estuvimos hablando de la tristeza, el pesimismo, la soledad y la sordidez que transmiten estos cuadernos. Y a pesar de todo, son un festín, dije yo. Sí, coincidió él, un festín y también el resultado de una vida dedicada apasionadamente a la literatura: la lectura y la escritura, pese a tantas inseguridades.

Si bien estos diarios son una publicación meditada y preparada para después de su muerte (es decir, no se deja nada al azar), hay una autenticidad doliente y arrebatada, como si el autor, una vez fuera de esta vida, quisiera entregárnoslo todo, no ahorrarnos nada, incluso lo que le perjudica a él mismo. En los apuntes, correspondientes al periodo comprendido entre 1985 y 2005, hay descripciones de dolores y padecimientos físicos, escenas sexuales atormentadas, jugosas notas de lectura, impresiones recogidas en viajes, reflexiones de carácter político y, sobre todo, dudas, muchas dudas sobre su valía como escritor, sobre su verdadera vocación, sobre su incapacidad para sentarse a escribir con constancia. A veces Chirbes se muestra despiadado con los demás y casi siempre consigo mismo; sus juicios son lapidarios, para bien y para mal. Hay pocos fragmentos felices en estos diarios y, los que hay, tienen más que ver con lo leído que con lo escrito. Si surge algún momento de plenitud, concluye siempre con la conciencia de que el tiempo lo corromperá, como corrompe todo. Pero no se puede admirar al autor sin reconocer y admitir esta oscura complejidad, como muy bien explica Marta Sanz en uno de los prólogos del libro, una inteligente invitación a la lectura de unos cuadernos que son, por un lado, “un acto de generosidad preconcebida”, pero también una “voladura programada”: solo quien los aborde desde estas premisas podrá entenderlo todo.

La amargura que late en sus apuntes tiene que ver con el origen social, que el mismo escritor contempla como una enfermedad: “No hay medicina que cure el origen de clase, ni siquiera el dinero que pueda llegar luego, o el prestigio social que se adquiera (…). Es una herida de cuyo dolor te defiendes, e incluso ante tus propios hijos ya desclasados sacas las uñas de animal de abajo”. El otro aspecto que lleva como una carga es el de la homosexualidad reprimida, clandestina, vivida con culpa, la insatisfacción y la incapacidad de entregarse plenamente, así como el creciente alcoholismo y el miedo al abandono. “Todo me asusta. Me siento como un niño del que un dios se ocupara demasiado, con la sola intención de castigarlo”, escribió en 1985, y, 20 años después, “Este camino se me hace muy largo y cada vez me alegra menos el ánimo, se me oscurece la vista, cada día pesa más que el sol que te aplasta”. Puede que haya contradicciones en algunas de las notas de Chirbes, pero la coherencia de su conciencia vital asusta: una conciencia absoluta, inamovible, representada magistralmente en la escena del reencuentro de alumnos del colegio de huérfanos en el que estudió de niño —para mí, unas de las mejores páginas de la literatura testimonial reciente—.

Quienes ya sean lectores de Chirbes completarán con estos diarios el retrato de un escritor exigente, implacable y preciso, de una sensibilidad y entrega fuera de lo común; quienes aún no lo sean podrán obtener un valioso acercamiento a una personalidad indispensable de la literatura reciente y correrán después a comprarse sus novelas, Mimoun, La buena letra, Los disparos del cazador, Crematorio, En la orilla y tantas otras, para que el festín prosiga, imparable.

Sara Mesa es la autora de ‘Un amor’, el mejor libro de 2020 según los críticos de ‘Babelia’.


2. Hamnet

Maggie O’Farrell
Traducción de Concha Cardeñoso
Libros del Asteroide

La mejor literatura permite iluminar rincones y personajes fascinantes que la sociedad de su tiempo arrinconó. Eso es lo que hace Maggie O’Farrell en Hamnet: poner la luz en Anne Hathaway (en la novela será Agnes), esposa del célebre Shakespeare, construyendo alrededor de esa figura misteriosa una de las novelas más conmovedoras del año. Esta biografía imaginaria que bebe de una extensa documentación propone a una Agnes salvaje, medio hechicera y creativa, cuya existencia quedó ensombrecida ante la fama de su marido. Hamnet es una novela sobre la maternidad y el duelo, pero también sobre los orígenes secretos de las obras maestras de nuestro tiempo. El ingenio que Farrell despliega en esta obra —con un minucioso manejo del lenguaje y de la tensión narrativa— llega a su clímax en un final extraordinario y emocionante: el instante en el que Hamnet y Hamlet se convierten en la misma obra, en un temblor casi exacto.

Por María Jesús Espinosa de los Monteros

3. Tomás Nevinson

Javier Marías
Alfaguara

Como ligeros copos de nieve fundiéndose sobre los hombros, la prosa va calando hasta el alma del lector de la que ya está en la extensa lista de obras mayores de Javier Marías. El tiempo, precisamente, junto a tics y creencias que amasan nuestra identidad, la memoria vigilante y grave, centinela de uno, de la que es imposible desprenderse y el responsabilizarse de las decisiones nuestras y de las de los otros a la sombra de Dostoievski conforman el substrato de la novela más larga del medio siglo literario del autor. Que el espía angloespañol entrevisto por la voz de terceros en Berta Isla salga ahora de su retiro para averiguar cuál de tres mujeres es una terrorista entre el IRA y ETA no importa más allá de los dilemas morales que, entre Greene y Le Carré, caen bajo un control férreo de una capacidad de digresión inaudita en las letras castellanas, imposible hallar mejor pareja de baile entre la cadencia de las frases y el pensamiento. Marías se ratifica en su estilo, más moderno que nunca porque ¿qué hay más actual que el fingir, las livianas lealtades, la culpa o la soledad?

Por Carles Geli

4. Volver la vista atrás

Juan Gabriel Vásquez
Alfaguara

Con la prosa cautivadora a la que nos tiene acostumbrados, Juan Gabriel Vásquez ha conseguido en Volver la vista atrás una inmensa novela global. Tan íntimo como universal, el recorrido que plantea el autor colombiano de la vida del cineasta Sergio Cabrera nos invita a asomarnos a unas décadas complejas y también exuberantes: la historia guerrillera de su país, la eclosión del maoísmo en China y los avatares de los exiliados españoles circulan en sus páginas sin que se desvíe nunca el tiro de fracasos individuales, de renuncias poderosas y de una construcción plenamente subordinada al ritmo literario. Un viaje hipnótico y asombroso que consolida a Vásquez en el podio de la madurez.

Por Berna González Harbour

5. Volver a dónde

Antonio Muñoz Molina
Seix Barral

Es Madrid en ese tiempo de aislamiento. Está la incertidumbre, el aplauso, Elvira, el balcón desde donde mirar la calle y comprobar que nadie pasa. Meses después, ese mismo Madrid con un renacer escéptico, otra vez el balcón y las plantas que procuran vida. El ensimismamiento y el enfado. La luna y la mirada curiosa y nueva de la pequeña Leonor. Las rutinas que llenan días pero que también los vacían. Eso era en Madrid. Muy atenta, eso leí. También estuve, y allí me quise quedar, en esa huerta que me ofrece la memoria del autor. Llego a ese “edén de veredas entre higueras y granados con acequias de agua invisible”. Me atrapa Antonio niño, el hijo de Paco Cachorro. La casa de la infancia. Úbeda. Y el rebote constante de recuerdos. Memoria para poder navegar por un tiempo que agoniza. Coger aire para poder seguir. ¿Volver a dónde? Quizá donde la memoria nos lleve.

Por María José Obiol

6. Tiempo sin claves

Ida Vitale
Tusquets

Cuando Ida Vitale ganó el Premio Cervantes de 2018 hacía pocos meses que había publicado su Poesía reunida siguiendo su método habitual: abrir el volumen por los poemas más recientes y viajar hacia el pasado siguiendo una cronología inversa. El mayor galardón de las letras en español le llegó dos años después de la muerte de su marido, el poeta Enrique Fierro, una ausencia que, según su propia confesión, rebajó la ilusión del reconocimiento. Esa misma desilusión recorre su nuevo libro. Escrito con 98 años, Tiempo sin claves añade un tinte insomne y elegiaco a los temas habituales en la poeta uruguaya: el intento por captar el instante y la reflexión metapoética. Hasta la luz queda matizada por la imposibilidad de compartirla con el ser amado: “Sin caricias ni el aire de la broma / para que nada valga, desvalido / sol que sólo pone sombras”.

Por Javier Rodríguez Marcos

7. Yoga

Emmanuel Carrère
Traducción de Jaime Zulaika
Anagrama

En el francés original el juego de palabras no funciona, pero cabría hacer el chiste de que Emmanuel Carrère eligió el título Yoga porque empieza con yo. Esa premisa, la de la escritura introspectiva, define en realidad una constante en su obra. Con este volumen, que no aspira al contorsionismo narrativo sino a hacerse transparente meditación con la que diluir el ego en una realidad trascendente —mayor que la vida, tan grande como la literatura—, el autor parte de su experiencia en un retiro para invocar sus recuerdos, donde lo personal y lo histórico se intrincan, y reflexionar, sí, sobre la práctica del yoga como vía de (auto)conocimiento. Empeñado en convencernos de que sus libros son “el lugar donde no se miente”, el autor evoca una aterradora depresión tratada con drogas duras y electroshocks. Nunca sabremos hasta dónde lo narrado es fidedigno, no se puede mirar en las mentes ajenas. Atisbar la propia ya supondría una hazaña, como viene a verbalizar esta historia.

Por Silvia Hernando

8. El huerto de Emerson

Luis Landero
Tusquets

Este es un libro que va hilándose a sí mismo, un libro personal, en el que Luis Landero nos habla, en pequeños capítulos, de su infancia, de su pueblo natal, de sus primeros años en Madrid, de la vejez, del amor, del ansia de escribir y de la impotencia de escribir. También de la diferencia entre los hombres y las mujeres de su casa, ellos lentos y solemnes, ellas afanosas y rápidas. También de una frase surrealista (“Aquí no trabajamos el mejillón pequeño”), que persigue sin desmayo al autor desde hace muchos años. El huerto de Emerson no es una novela. Ni un ensayo. Es Luis Landero divagando ante el papel y ante nosotros en un libro delicioso, que da la impresión de no saber adónde va, pero que vuelve, una y otra vez, para hablarnos de lo único importante: de lo complejo, apasionante, cansado y absurdo que es el oficio de vivir.

Por Antonio Jiménez Barca

9. Páradais

Fernanda Melchor
Literatura Random House

Páradais es un lugar muy lejos del paraíso. Es un lugar claustrofóbico, un conjunto cerrado de hogares de lujo en el estado mexicano de Veracruz donde se emborrachan juntos un chico rico y obeso, llamado Franco, y uno pobre y prieto, llamado Polo. Dos personajes repulsivos llenos de carencias afectivas o económicas que fantasean con la violencia en una atmósfera sofocante. Páradais es la tercera novela de la escritora veracruzana Fernanda Melchor y, como en su premiada Temporada de huracanes, acá maneja de forma maestra la oralidad de sus personajes para arrasar al lector hacia la mentalidad de un asesino. Melchor, quien solía ser reportera de crónica roja, conoce la violencia desde cerca, pero no le apunta acá a la sangre que dejan los narcos de su país, sino a la cruda violencia estructural de una sociedad profundamente desigual. Allí, se ahoga la mente de Polo. Pero de paso, la de sus lectores.

Por Camila Osorio

10. El ocaso de la democracia

Anne Applebaum
Traducción de Francisco José Ramos Mena
Debate

Con El ocaso de la democracia, la historiadora polaca Anne Applebaum escribe un gran libro de periodismo político cruzado con su historia personal. Se retrata como un ejemplo de la elite que vivió el fin del comunismo como una esperanza democratizadora, pero al mismo tiempo asume que dicha esperanza se ha bifurcado y uno de los dos caminos lleva el continente hacia el lado oscuro. ¿Por qué ese círculo de cosmopolitas conservadores del que ella formaba parte se ha desgajado entre quienes se han mantenido fieles al proyecto del europeísmo liberal y quienes han optado por romper con esa posibilidad y abrazar el reaccionarismo nacionalista? Esa es la pregunta sobre la que pivota el libro y se concreta en los diálogos que ha mantenido con políticos e intelectuales de la derecha continental que están traicionando su compromiso democrático. Ante la disyuntiva, descubre su nuevo círculo: aquel donde la polarización se supera gracias al pluralismo.

Por Jordi Amat

11. No-cosas

Byung-Chul Han
Traducción de Joaquín Chamorro Mielke
Taurus

Filósofo surcoreano en lengua alemana, Byung-Chul Han compite con Slavoj Zizek en ver quién publica antes un ensayo sobre la penúltima cuestión palpitante. Esta vez Han se centra en el universo digital y los teléfonos inteligentes para analizar —como siempre, muy críticamente— el modo en que se desvanece nuestro apego hacia cosas tangibles que le daban al mundo una sensación de estabilidad: “El fetichismo de las cosas se ha acabado. Nos volvemos fetichistas de la información y los datos”.

12. La casa eterna

Yuri Slezkine
Traducción de Miguel Temprano García
Acantilado

En 1931 se inauguró frente al Kremlin el mastodóntico edificio de la Casa de Gobierno. Destinado a alojar a los altos cargos del PCUS, terminó convirtiéndose en una metáfora de la URSS, con sus utopías igualitarias y sus sanguinarias purgas. 1.600 páginas densas pero apasionantes que sintetizan lo mejor de la historia con lo mejor de la microhistoria.

13. Los vencejos

Fernando Aramburu
Tusquets

Un éxito tan prolongado como el de Patria (2016) habría bloqueado a cualquiera, pero Fernando Aramburu se lanzó a escribir otro novelón lleno de personajes y con un narrador que anuncia desde el primer momento su intención de suicidarse. Maestro en el manejo de historias corales, el escritor donostiarra vuelve a caer de pie.

14. Huaco retrato

Gabriela Wiener
Literatura Random House

Representante de la autoficción más descarnada, la peruana Gabriela Wiener se sumerge esta vez en una historia de doble vía: la muerte de su padre y una crisis en su relación poliamorosa. Su padre era la conexión con la rama familiar que la lleva hasta su bisabuelo, Charles Wiener, arquetipo del expoliador de bienes culturales con destino a los museos europeos de etnografía. La crisis la pone frente a sus propias convicciones. Una autopsia en primera persona.

15. Historia de Shuggie Bain

Douglas Stuart
Traducción de Francisco González López
Sexto Piso

El escocés Douglas Stuart se llevó el Booker de 2020 con su primera novela: la recreación narrativa de su infancia de niño homosexual en el Glasgow obrero de la era Thatcher y dentro de una familia “desestructurada”. El tema es explosivo, pero la fuerza de la novela no es sociológica sino literaria: reside en la salvaje espontaneidad de su prosa.

16. Mugre rosa

Fernanda Trías
Literatura Random House

La historia de una mujer sola ante un cataclismo ecológico (pero antes de la pandemia) le valió a la escritora uruguaya el Premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela del año en español.

17. Llévame a casa

Jesús Carrasco
Seix Barral

La muerte del padre devuelve al protagonista de esta novela al pueblo en el que pasó la infancia. Allí se encuentra con su madre, cada vez más dependiente, y con su hermana, que hasta ese momento se ha encargado de sus progenitores, pero no está dispuesta a seguir haciéndolo. Con esos elementos, el autor de Intemperie arma un relato en el que destaca la capacidad de observación de un narrador que dinamita todos los tópicos sobre la familia y la España profunda.

18. La llama inmortal de Stephen Crane

Paul Auster
Traducción de Benito Gómez Ibáñez
Seix Barral

Paul Auster ha decidido utilizar su fama para llamar la atención sobre un escritor decisivo en su formación —Stephen Crane, autor de La roja insignia del valor— y permitirse un minucioso ejercicio de crítica literaria de mil páginas. Minucioso y, hay que decirlo, magistral.

19. Chicas en tiempos suspendidos

Tamara Kamenszain
Eterna Cadencia

“Poetisa es una palabra dulce / que dejamos de lado porque nos avergonzaba”. Así arranca este poema-libro que la escritora argentina publicó en junio, poco antes de morir. Aunque la palabra poema se le queda corta, porque es una síntesis originalísima de memoria personal y generacional, ensayo y narración… en verso.

20. El país de los otros

Leila Slimani
Traducción de Malika Embarek López
Cabaret Voltaire

Después de triunfar con Canción dulce (premio Goncourt, 2016), Slimani pone el foco en su propia familia para narrar la historia de su abuela alsaciana en el Marruecos colonial. Símbolo de la opresión por ser blanca y francesa, fue objeto de desconfianza por eso mismo.

21. El imperio del dolor

Patrick Radden Keefe
Traducción de Luis Jesús Negro García / Francesc Pedrosa Martín / Albino Santos Mosquera
Reservoir Books

En 1996 médicos estadounidenses empezaron a recetar el OxyContin. La introducción y el marketing de este medicamento legal sería el causante principal de la crisis de los opiáceos en Estados Unidos, considerada desde 2015 como una epidemia. Años depués, en octubre de 2017, el semanario The New Yorker publicó el reportaje Empire of Pain. Su autor era Patrick Radden Keefe y sus protagonistas eran los tres hermanos que fundaron la saga Sackler, los filántropos tras la farmacéutica que promocionó el OxyContin. Por esas fechas Radden debía haber entregado ya a su editor No digas nada, una obra maestra de la no ficción que narra la violencia política en Irlanda con una tensión alucinante. En su artículo, Radden reconstruía la historia familiar y, al fin, responsabilizaba a la familia de la tragedia. Y tres años después iba a desplegar esa misma obsesión por la verdad en El imperio del dolor.

22. El siglo soviético

Karl Schlögel
Traducción de Paula Aguiriano Aizpurua
Galaxia Gutenberg

Algunos acontecimientos históricos pueden verse como estallidos que generan una onda expansiva que se propaga, en el tiempo y en el espacio, más allá de la muerte del ordenamiento político en el que se encarnaron. Es el caso de la URSS, un proyecto que, según señala el historiador Karl Schlögel, no fue solo un sistema político, sino un modo de vida, un conjunto de prácticas y valores: una civilización. Schlögel lo cuenta en El siglo soviético (Galaxia Gutenberg), un gran viaje que cartografía los restos del naufragio que Vladímir Putin calificó como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.

23. Donde muere la muerte

Francisco Brines
Tusquets

Donde muere la muerte es, con 24 poemas, el libro más corto de Francisco Brines, fallecido en mayo pasado. Se demoró 25 años en escribirlo, y en los últimos años explicaba su morosidad diciendo, en broma, que ponerle punto final significaría ponérselo también a su vida. Cerrado el libro, él moriría. Como en una maldición de fábula. Estos poemas contienen todas las claves del poeta valenciano: su casa en Oliva; sus padres (a los que dedica algunos de los mejores versos); la tensión entre vejez e infancia, Dios y Luzbel; la soledad; la noche como refugio erótico, la apelación al futuro…

24. Las gratitudes

Delphine de Vigan
Traducción de Pablo Martín Sánchez
Anagrama

Tras sumergirse en la psicología de un preadolescente en Las lealtades, Delphine de Vigan bucea en Las gratitudes en la historia de Michka, una anciana que ingresa en una residencia, donde se va apagando a medida que avanza su afasia y olvida su mayor tesoro, las palabras. La intrahistoria personal y la historia del siglo XX se cruzan en la última obra publicada en España de una de las grandes narradoras francesas del momento.

25. Revancha

Kiko Amat
Anagrama

Revancha no es otra novela más de Barcelona. Es una novela excepcional de otra Barcelona: la de la periferia o el extrarradio —de La Mina y Sant Adrià a las poblaciones del Baix Llobregat—, donde se alojan y recluyen los expulsados de BAR-CEL-ONA, la millor botiga del món. Kiko Amat construye Revancha en torno a dos personajes protagónicos —Amador y César—, cuyas vidas acabarán cruzándose.

26. Variaciones sobre un tema dado

Ana Blandiana
Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa
Visor

“Caen las hojas… / ¿Vosotros también tenéis estaciones? / Son más hermosas cuando caen / Que en el árbol. / Se iluminan / Cuando la muerte se enciende en ellas / Como en la llama de una vela / Una catedral”. El vosotros del segundo verso se refiere a los muertos que acompañan en el más allá al marido de Ana Blandiana, al que la poeta rumana le dedica una larga elegía en la que alternan el drama y la chispa. A grandes temas, grandes poemas.

27. Animal de bosque

Joan Margarit
Visor

Animal de bosque nos presenta a un individuo “misteriosamente feliz”. En efecto, resultan admirables la serenidad expresiva y la altivez estoica con las que un veterano de derrotas vitales afronta la prospección de la propia muerte. El autor que hace 20 años entonó un estremecedor réquiem por su hija Joana nos habla aquí sin tapujos de la enfermedad, pero sortea hábilmente la tentación del patetismo autocompasivo. Y es que el balance de Animal de bosque está recorrido por una soterrada celebración de la existencia, en la que se dan cita conquistas momentáneas y cicatrices duraderas.

28. Valle inquietante

Anna Wiener
Traducción de Javier Calvo
Libros del Asteroide

En 2013, Anna Wiener decidió sumarse a la caravana de presuntos triunfadores y se instaló en el San Francisco de la pasada década, al calor de una oferta laboral de una start-up de libros. El salto salarial de Wiener, que con 25 años pasó de cobrar 30.000 dólares anuales (24.500 euros) en la editorial a triplicar su sueldo en Silicon Valley, exigía como contrapartida una homérica travesía desde el mundo laboral e industrial del siglo XX a la exuberante y a menudo irracional cultura del ecosistema tecnológico californiano. La autora de Valle inquietante nos narra esta odisea profesional y personal en un maravilloso relato en el que se alternan la voz dolorida de Joan Didion y ecos escatológicos del Ignatius J. Reilly de La conjura de los necios.

29. Noche fiel y virtuosa

Louise Glück
Traducción de Andrés Catalán
Visor

Noche fiel y virtuosa, publicado originalmente en 2014 y el primer libro de Louise Glück traducido al castellano tras ganar el Premio Nobel, es, en definitiva, un gran libro de una gran poeta, no de las más cacareadas en los ambientes de moda, como dejó bien claro Patti Smith: “¿Louise Glück?”, le preguntaron cuando el Nobel. “No he leído una sola línea suya”. Solo le faltó decir: “No sé quién es”.

30. Hervaciana

Gonzalo Hidalgo Bayal
Tusquets

Hervaciana es un libro unitario, aunque los capítulos que lo conforman funcionen como relatos autónomos. El propósito, el tono y la atmosfera son los de un texto compacto, con un propósito de libro de formación. La escritura de Gonzalo Hidalgo Bayal en este soberbio volumen tiene ecos cervantinos y borgianos. Por la ironía pactada con la ternura, la exactitud flaubertiana de los vocablos y, sobre todo, por la infinitud de los gestos y comportamientos psicológicos retratados.

31. Segunda casa

Rachel Cusk
Traducción de Catalina Martínez Muñoz
Libros del Asteroide

Autora de libros escandalosos como Despojos, en el que relató su terrible divorcio, y de la exitosa trilogía que inició A contraluz, casi un atentado terrorista a la ficción más tradicional y flácida, el nuevo título de Rachel Cusk, Segunda casa (Libros del Asteroide), cuento moral sobre una mujer que duda entre un hombre bueno y otro malo, supone un regreso inesperado a un género en el que había dejado de creer: la ficción.

32. Tienes que mirar

Anna Starobinets
Traducción de Viktoria Lefterova y Enrique Maldonado
Impedimenta

La angustiosa historia que relata Anna Starobinets, la reina rusa del terror, en Tienes que mirar no está en su cabeza. Es su vida. La descriptiva, conmovedora y angustiosa memoria de una mujer que acude a una ecografía rutinaria y recibe la noticia de que el hijo que espera tiene una anomalía congénita grave. Que no sobrevivirá. El relato de horror de una mujer que choca contra la pared del rígido engranaje de salud ruso y tiene que viajar a Alemania para abortar.

33. Creer en las fieras

Nastassja Martin
Traducción de Teresa Lanero Ladrón de Guevara
Errata Naturae

Natassja Martin, doctora en antropología, de 35 años, tenía 29 cuando, mientras realizaba trabajo de campo en la península de Kamchatka, la atacó un oso que probablemente la hubiera matado de no defenderse ella con un piolet. El plantígrado se marchó con un trozo de mandíbula y tres dientes de la antropóloga, causándole grandes heridas en el rostro y la cabeza, además de otra en la pierna. A partir de semejante ordalía, Martin ha escrito un libro hermosísimo, hipnótico y conmovedor, de un extraño lirismo, sobre la relación de los seres humanos y los animales y sobre la práctica de la antropología, Creer en las fieras.

34. El secreto de la fuerza sobrehumana

Alison Bechdel
Traducción de Rocío de la Maya Retamar
Reservoir Books

El secreto de la fuerza sobrehumana, de Alison Bechdel, son unas memorias en las que repasa su vida a través de la obsesión por el ejercicio. En el prólogo, la autora del exitoso Fun Home, de 61 años, admite que se ha apuntado “a casi todas las modas del fitness de las últimas seis décadas”. Los motivos: la fijación por los músculos y el hechizo de la fuerza bruta. Pero sobre todo porque, como reconoce, “cuando te estás machacando dejas de pensar sobre lo que estás haciendo. Lo haces, y punto”.

35. En la casa de los sueños

Carmen María Machado
Traducción de Laura Salas Rodríguez
Anagrama

Durante años, Carmen Maria Machado trató de relatar su historia a gente que no sabía escucharla. Por eso acabó escribiendo un libro, En la casa de los sueños, que describe su traumática relación con la mujer que la maltrató al final de su veintena. Su libro aborda un tabú: el de los casos de abuso que se producen dentro de las relaciones lésbicas. Su historia empieza como una comedia romántica LGTB+, pero ese romance idílico no tardará en convertirse en un cuento de horror doméstico.

36. Encrucijadas

Jonathan Franzen
Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino
Salamandra

Jonathan Franzen acapara como nadie la atención de los medios con solo anunciar la aparición de una nueva novela suya. Meses antes de su publicación, Encrucijadas había despertado una expectación pocas veces vista en los círculos literarios dentro y fuera de Estados Unidos. Cuando por fin llegaron las críticas, el consenso ha sido unánime. Encrucijadas es una novela excelente, la mejor de Franzen.

37. M. El hombre de la providencia

Antonio Scurati
Traducción de Carlos Gumpert
Alfaguara

M. El hombre de la providencia, segunda entrega de la megalómana y celebrada “novela documental” de Antoio Scurati, es una obra hipnótica, pero seguramente retrata con mayor fidelidad la figura de Benito Mussolini que los trabajos de Andrew Roberts sobre Churchill, de Joachim Fest sobre Hitler o de Giorgio Pini en su biografía del Duce de 1926. Seguro que D’Annunzio se hubiese apresurado a asegurar que M es el testimonio incontestable de que “todo hombre alimenta un desenfrenado deseo de placer y de egoísmo”.

38. Desmorir

Anne Boyer
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
Sexto Piso

A la poeta y ensayista Anne Boyer, que se alzó con el Pulitzer de no ficción en 2020, le había ido la vida, en más de un sentido, con ese libro premiado, Desmorir (Sexto Piso), un ensayo en el que abordó el agresivo cáncer de mama que padeció. En esas páginas construyó una historia literaria, cultural y social de la enfermedad, resistiendo con conmovedora fuerza “el miedo a convertir el dolor en un producto”.

39. Poesía esencial

Mircea Cărtărescu
Traducción de Marian Ochoa de Eribe y Eta Htrubaru
Impedimenta

Antes de ser el novelista más importante de su generación y una de las figuras más premiadas de la narrativa europea, Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) escribió poesía compulsivamente. Admirador de la generación beat, de Bob Dylan y los Beatles, sus poemas fueron considerados subversivos por la dictadura de Ceausescu. Muchos poemas parecen letras para una música no escrita, melodías con un “aire con diamantes”. Entretejiendo el realismo y el sueño, la memoria y el mito, la ironía y la parábola, la épica y la lírica, su poesía brilla en la ausencia de límites.

40. Wagnerismo

Alex Ross
Traducción de Luis Gago
Seix-Barral

Wagnerismo cuenta la historia de la “influencia más grande que un compositor haya tenido nunca más allá de la música”. “Los hay más escuchados y los hay más populares, pero nada es comparable a Wagner, salvo quizá los Beatles o Dylan en los sesenta. No hay un bachismo, ni un beethovenismo, y sí un wagnerismo como fenómeno cultural autónomo”, como explica el crítico musical de The New Yorker, Alex Ross, también autor de El ruido eterno (2009), fenomenal superventas, también en España, sobre la música del siglo XX.

41. Tongolele no sabía bailar

Sergio Ramírez
Alfaguara

Sergio Ramírez es uno de los referentes literarios, morales y políticos de la literatura en español desde hace ya décadas. Y Tongolele no sabía bailar es un pedazo de novela. Y lo seguirá siendo porque en ella no hay nada coyuntural —a pesar de lo que relata en ella, el levantamiento de 2018 en Nicaragua y la sangrienta represión que se cobró 427 muertes, la mayoría estudiantes— sino esencial. La denuncia de la corrupción, de la brutalidad, del miedo de la víctima pero también de los verdugos, el juego infantil, cruel, ridículo y paranoico del poder y su aquelarre de horror.

42. Cuál es tu tormento

Sigrid Nunez
Traducción de Mercedes Cebrián
Anagrama

Sigrid Nunez, autora respetada pero con una trayectoria algo discreta, se vio propulsada por el éxito de su libro anterior, El amigo, sobre la insospechada amistad entre una escritora solitaria y un perro, con el que ganó el prestigioso National Book Award en 2018. De repente, Nunez dejó de ser el secreto mejor guardado de las letras estadounidenses. Su último título, Cuál es tu tormento, es una falsa autoficción sobre la empatía y el dolor de los demás, en la que retoma ciertas tesis de su primera mentora, Susan Sontag.

43. Los días perfectos

Jacobo Bergareche
Libros del Asteroide

Estamos ante una novela epistolar, compuesta solo de dos misivas larguísimas que no reciben respuesta alguna. Son cartas que, contrariamente a lo habitual en este género, aparecen sin ningún anclaje en la realidad exterior ni explicación alguna dada por un editor ficticio. Nada sabemos de los receptores sino aquello que ronda por la cabeza de Luis, el que piensa y escribe todo lo que leemos. A través de las misivas, Jacobo Bergareche reflexiona sobre el amor y sus debilidades, el fracaso final.

44. Ruta de escape

Philippe Sands
Traducción de Francisco José Ramos Mena
Anagrama

En Calle Este-Oeste (2017), Philippe Sands destapaba el secreto de sus abuelos, que escaparon de los nazis a París. El libro era una memoria familiar, un ensayo histórico y un tratado sobre el derecho internacional criminal, la especialidad profesional del autor. Este año Sands ha publicado Ruta de escape, el trepidante relato de la huida de Otto von Wächter, oficial de las SS. Una obra llena de giros inesperados que bebe de la novela de espías y contiene una desasosegante reflexión sobre el mal.

45. Bluets

Maggie Nelson
Traducción de Lawrence Schimel
Tres Puntos

Rechazado por más de 20 sellos, finalmente Bluets, este bello y breve ensayo, construido a partir de 240 anotaciones o divagaciones en torno a la obsesión de la autora con el color azul, fue publicado en Estados Unidos en 2009. Convertido en libro de culto, ahora llega su versión en castellano. Mallarmé, Goethe o el recuerdo de una tarde de sexo en el Chelsea Hotel se van a sumando a Emerson, Yves Klein o Billie Holiday, en un texto que se mueve como una conversación entre la poesía, el comentario ilustrado, la crítica cultural y la autobiografía.

46. Los abismos

Pilar Quintana
Alfaguara

El primer acierto de Los abismos, último premio Alfaguara de novela, es la perspectiva sutil, casi asordinada, con que refleja la fuerte violencia estructural de una sociedad machista. Frente al imperativo, tan de época, de que la literatura señale claramente sus intenciones, Pilar Quintana apuesta por un tono amable, casi naíf, que no obstante arrincona y carga de dolor la mirada de la narradora, Claudia, una niña de ocho años.

47. La fragilidad

Diego Doncel
Visor

Los lectores de La fragilidad alcanzarán la unanimidad del jurado que le otorgó el XXXIII Premio Loewe de Poesía por su abrumadora madurez vital y su soberbia capacidad expresiva, por enunciar una “teoría de la vida” desde la enfermedad, el dolor y la muerte. Fruto de un intenso proceso de depuración emocional, estos poemas asumen un habla tan viva como poética, sin artificios ni ficciones, lejos de la mediocridad sentimental para dar voz al caos, a la resolución final de una pérdida irrecuperable.

48. Escribir en el agua

John Cage
Traducción de Gerardo Jorge
Caja Negra

De una forma involuntaria a la hora de escribirlas, pero con una dimensión conjunta cuando se contemplan reunidas en un mismo volumen, las misivas que componen Escribir en el agua. Cartas (1930-1992) conforman una autobiografía del compositor estadounidense desde que tenía apenas 18 años hasta el año de su fallecimiento. Además de ser un itinerario comentado a través de las obras del autor, el lector encuentra en el libro interesantes debates e intercambios culturales con figuras como Morton Feldman, Merce Cunningham, Pierre Boulez, Peter Yates, Marshall McLuhan, Christian Wolff y David Tudor.

49. Agente Sonya

Ben Macintyre
Traducción de Efrén del Valle
Crítica

Ursula Kuczynski, alias Ruth Werner, alias Agente Sonya fue una oficial del Ejército Rojo, experta en comunicación por radio, saboteadora, espía de primer nivel y escritora de gran éxito. “Su trabajo era letal. Si fracasaba, moriría y su familia también. Tenía una gran capacidad para compartimentar, algo que hacen los buenos espías, pero reconocía que si hubiera llegado a un conflicto entre su familia y la revolución ella habría elegido la revolución. En muchos aspectos era una fanática comunista”, afirma el historiador Ben Macintyre, que acaba de publicar en España Agente Sonya.

50. El amor es una cosa extraña

Hebe Uhart
Adriana Hidalgo

Para comenzar a trinchar el vasto universo personal de Hebe Uhart, se puede empezar por El amor es una cosa extraña, que recopila tres novelas cortas inéditas tituladas Beni, Leonilda y El tren que nos lleva. En ellas está presente su universo característico: el ambiente de las pequeñas localidades de distintas regiones de Argentina que ella recrea con particular encanto, el dilema de elegir entre la vida del campo o la de la ciudad, o la reproducción de voces de personajes de diversa procedencia sociocultural, ya sea el portero de un edificio, una migrante de la región argentina de El Chaco que se muda a Buenos Aires o la maestra de una escuela rural.

FUERON LIBROS DEL AÑO…

Siete visiones desde América Latina

RICHARD PARRA

 

La caza espiritual, de Miluska Benavides. Hipatia Ediciones

 

La mejor publicación que leí este 2021 es la reedición del libro de cuentos La caza espiritual de la escritora peruana Miluska Benavides. Se trata de un texto que superpone experiencias íntimas y genealogías con disímiles eventos históricos no expresamente vinculados. El libro es un ensamble de geografías, cuerpos y subjetividades lejanas; se constituye por formas diversas como la oralidad, el relato científico, la historia colonial genocida y la descripción de perturbadores sueños. Los cuentos poseen una cadencia unitaria; sin embargo, su discontinua sintaxis, temporalidad y erótica en las que sus materiales se intersectan se desvían radicalmente de la tradición estética occidental de la que se alimentan. Lo sublime kantiano otorgado a lo inconmensurable de la naturaleza se instala, más bien, dentro de lo siniestro freudiano; así, lo cotidiano se desplaza hacia un atroz malestar. En La caza espiritual, la reconstrucción de la trágica memoria colectiva cohabita con la fatal amenaza de su borramiento.

 

VANESSA LONDOÑO

Ää: Manifiestos sobre la diversidad lingüística, de Yásnaya Elena A. Gil. Almadía

 

Pensar la lengua es trazar la cartografía de un mapa, y en Ää: Manifiestos sobre la diversidad lingüística, Yásnaya Elena A. Gil nos localiza en el suyo. Un libro indispensable para repensarnos como latinoamericanxs, para desestabilizar el territorio de nuestras múltiples identidades, y cuestionarnos por qué nuestras antologías siguen construyéndose casi que exclusivamente desde los textos hispanohablantes. Aunque muchxs de nosotrxs desconocemos la expresividad y precisión de idiomas como el Mixe, este libro nos entrega las coordenadas suficientes para imaginarnos cómo sería pensar desde otra cosmogonía, desde otro lugar, e incluso con otros colores. Yásnaya nos recuerda que cambiar de lengua es enunciarnos desde otros mundos y desde otros saberes; de mundos y de saberes que, de manera absurda, han sido y siguen estando subordinados al español.

 

ANDREA JEFTANOVIC

 

Unas fotografías, de Carlos Altamirano. Ediciones UDP

Ambiente familiar, de Maivo Suárez. La Lumbre

 

En este período de umbral que nos trajo la pandemia, en tanto incertidumbre, aislamiento y contagio, me ha sido sostenedor leer (y claro, escribir). Leí torres de libros, clásicos pendientes, muchas publicaciones del 2020, y de todos los géneros con especial afición por ejemplares híbridos. Fue mi forma de protegerme y de participar en el mundo tejiendo subjetividades en silencio. De los libros que corresponden al 2021, y aprovechando este espacio para susurrar dos joyas secretas de mi país, Chile. Quisiera recomendar dos títulos.

Primero, el texto Unas fotografías, de Carlos Altamirano. Fue una sorpresa leer este libro inclasificable de un artista visual (famoso por los lentes trizados de Allende) que teje capítulos a partir de 16 fotografías, que toma por azar, para desarrollar un texto que oscila entre la memoria de la escena y que relaciona con sucesos biográficos. Son textos reflexivos, casi meditativos del oficio de artista y de la vida, de los años de resistencia en la dictadura, de los lazos afectivos. Por ejemplo, encontramos frases tales como “El tiempo recordado es elástico; se comprime y se estira sin el impulso de la voluntad. Hay un desfase entre la extrema rapidez de las cosas fugadas, y la velocidad pausada del cuerpo que busca hacerse y expandirse en un mundo que le falta”.

Otro libro asombroso es el conjunto de relatos Ambiente familiar, de Maivo Suárez. Esta autora, con oficio de visitadora social en el pasado, es una voz feroz que se venía destacando con su novela Sara. En este libro vuelve a mostrar que es una narradora que sabe armar atmósfera, construir personajes entrañables, en especial mujeres, con determinación y osadía en distintas etapas de vida. Entra con aplomo a mundos precarios, a vidas frustradas, a las promesas falsas de éxito fútil. O bien, al mismo tiempo, denuncia el abandono de personas vulneradas, señala las grietas sociales de Chile y Argentina (países donde ha vivido).

 

JUAN GABRIEL VÁSQUEZ

 

Profesión: espectador, de Sandro Romero Rey. Crítica

 

Sandro Romero ha escrito algo para cada género narrativo —novelas y cuentos, guiones y crónicas y memorias— y ha dirigido para el teatro, la televisión y el cine, pero Profesión: espectador es la obra del que está del otro lado de la creación. El libro es una colección de ensayos extraordinarios sobre todo lo que pueda aparecer en un escenario, desde las películas de Bergman o Fernando Trueba hasta la música de los Beatles, Sabina o Charly García. Romero es, por supuesto, un espectador ideal: sus ensayos tienen esa amplísima cultura que es una de las formas de la pasión, y están escritos en una prosa de inteligencia precisa que, cuando no nos lleva de la mano por los caminos de la mejor nostalgia, es capaz de un humor cómplice digno del cinéfilo Cabrera Infante. Como si eso fuera poco, Romero sabe admirar: al escribir sobre la obra de otros, tiene esa rara generosidad que acompaña con frecuencia al talento genuino. Profesión: espectador consigue ese milagro: darnos palabras que no teníamos para que recordemos por qué nos gusta lo que nos gusta. No se me ocurre mejor elogio.

 

CLYO MENDOZA

 

Chapeo, de Johan Mijail. Elefanta Editorial

 

El ritmo de la oralidad, el argot de las redes sociales, los rezos del sincretismo y el lenguaje inclusivo conviven en Chapeo, de Johan Mijail. Aquí, un desfile de hombres odiantes conforman la gran mafia eyaculatoria que ataca y seduce a las hijas, hijos e hijes de las mujeres esclavas que huyeron con semillas ocultas en los rizos y las trenzas. Semillas que harían crecer frutos lejos de sus amos y que darían de comer a todos esos cuerpos latinos y negros que hoy son objetivizados, exotizados e hipersexualizos, pero que bailan, igual, y gozan. Hay en este libro un ritmo caliente y frenético, parecido a la música para el desfogue, el olvido y el sexo que nace en los bajos mundos, en los barrios pobres; esa música que la industria musical ha aprovechado y que, paradójicamente, hace mover también los cuerpos de los que fueron colonos. Aquí el género ambiguo de sus personajes es un síntoma más del sincretismo, del desdoblamiento, de la capacidad de cambio. Quien protagoniza tiene la posibilidad de dejarse poseer por seres femeninos y masculinos y por toda la potencia de sus sexualidades (alberga incluso santas que le poseen para recomendarle lecturas sobre teorías de la emancipación). Chapeo es un libro loco y representa a un mundo plural, latino, afro, queer. Quizá por eso su género literario es, también, ambiguo y desafiante: delirio, rezo, manifiesto, poesía, ensayo, crónica, post y, sobre todo, una suerte de revancha.

 

PILAR QUINTANA

 

Las primas, de Aurora Veturini. Tusquets

 

El libro que más me gustó de 2021 fue publicado en Colombia en febrero por Tusquets. Es de una autora muy singular: Aurora Venturini. Tenía 85 años cuando lo presentó al Premio Nueva Novela del diario argentino Página/12 y salió ganadora. Se trata de Las primas, una historia sobre los secretos de una familia disfuncional de mujeres: los deseos, el sexo, las cosas que pasan en la sombra. “Tendría que domeñar la bestia hirsuta que araña mis entrañas”, dice la narradora, que tiene un talento excepcional para el arte y se convierte en una pintora famosa, aunque es idiota. En esta novela todas las personajas tienen alguna tara mental o física. Es una novela perversa.

 

SERGIO RAMÍREZ

 

Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez. Alfaguara

 

Volver la vista atrás abre una nueva perspectiva de la manera de narrar las historias verídicas dentro del contexto de un aparato de ficción que se funde y se confunde con la propia realidad. La vida real de Sergio Cabrera, el personaje principal, es a la vez la vida de muchos que entraron en el túnel de la utopía y salieron hacia el extraño paisaje de la distopía. Y el novelista remacha todos los clavos de la historia con maestría, juntando y alternando diversos escenarios, de Medellín a la China de las brigadas rojas a la manigua de las guerrillas maoístas colombianas, como un cronista que sabe convertir hechos en ficciones, y viceversa.

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