Los barones advierten a la dirección del PSOE de que no puede prescindir del PP en la negociación de la financiación autonómica


Los presidentes autonómicos socialistas han mantenido, en su reunión de este viernes con la dirección del partido en Madrid, que los encuentros con otros mandatarios regionales, aunque sean del PP, son positivos para el debate sobre la financiación autonómica. El PSOE pretendía poner orden en las posiciones y los encuentros de los líderes regionales con sus homólogos en territorios con los que les une una misma posición respecto a los criterios que ha de seguir el nuevo modelo de financiación. Sin embargo, se ha encontrado con que los presidentes mantienen su idea y la necesidad de esos “diálogos” más allá del partido. Y así lo ha entendido la dirección del PSOE que, al acabar un encuentro, ha emitido un comunicado en el que invita “a todas las fuerzas políticas, especialmente a aquellas con implantación a nivel nacional, a trabajar con honestidad en la definición de una posición común, dejando fuera la confrontación partidista”.

La renovación del sistema de financiación ha vuelto a demostrar la dificultad que los grandes partidos, en esta ocasión el PSOE, tienen para lograr una posición común de la dirección nacional y las baronías sobre el nuevo modelo que España tiene pendiente desde 2014. Y que no tiene visos de solución, al menos en esta legislatura, según la sensación compartida por presidentes autonómicos de distinto signo.

El problema no es solo socialista. Los populares tienen, entre las comunidades con más peso, tres posiciones contrapuestas: Madrid, Andalucía y Galicia. Sus visiones sobre cómo debe ser el modelo de financiación difieren tanto como entre las comunidades socialistas, por lo que la implicación del partido en la ruptura del status quo supondrá también enfrentamientos en el seno de la formación que lidera Pablo Casado.

El PP, inmerso en la lucha entre Génova e Isabel Díaz Ayuso por el control del partido en Madrid, elude por el momento el debate que los socialistas han iniciado formalmente con una reunión al más alto nivel en Ferraz entre la cúpula y los representantes de los nueve Ejecutivos autonómicos que presiden y donde viven 14,5 millones de españoles. El principal mensaje que dejó el 40º Congreso Federal es que la paz reina en el PSOE, pero eso no significa que los barones vayan a hacer concesiones con la financiación. Y menos con las elecciones autonómicas de mayo de 2023 en la retina. “No se trata de las ideas que compartimos, sino de cómo llevarlas a la práctica. Cada uno tiene que atender a su territorio”, ha resumido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.

La reunión, que ha durado algo más de hora y media, ha servido para constatar que el PSOE todavía tiene mucho recorrido por delante para consensuar una voz única sobre el sistema de financiación. Más allá del buen tono y el ambiente distendido, ninguno de los presidentes autonómicos ha cedido en cuáles deberían ser sus prioridades para el futuro modelo. Cada uno ha expuesto los problemas específicos en sus territorios. García-Page, Javier Lambán (Aragón) y Adrián Barbón (Asturias) han incidido en la despoblación, el envejecimiento y la dispersión que a su juicio penalizan a sus comunidades. “Defendemos que se tenga en cuenta el coste de los servicios por encima del número de habitantes”, ha subrayado Lambán. La presidenta de Baleares, Francina Armengol, ha destacado el impacto de la población flotante en el archipiélago en verano. Ximo Puig ha recordado que la Comunidad Valenciana es la peor financiada con el sistema en vigor. La presidenta de Navarra, María Chivite, cuya región está fuera del régimen común de financiación, no ha asistido —el encuentro coincidía con el debate del estado de la comunidad foral— y ha estado representada por la consejera de Hacienda, Elma Saiz. En nombre de Canarias ha acudido el viceconsejero de Presidencia, Antonio José Olivera en lugar de Ángel Víctor Torres, que ha recibido a Pedro Sánchez en La Palma.

El presidente valenciano Ximo Puig a su llegada a la sede del PSOE, este viernes en Madrid.

La cita, convocada el 25 de octubre por la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, también ha contado con la participación de las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Política Territorial, Isabel Rodríguez. A nadie se le ha escapado que se ha celebrado días antes de que Hacienda comunique a las comunidades los criterios del nuevo modelo de financiación autonómica. La previsión es que se incline por el de población ajustada, una variable que tiene en cuenta factores como la edad de la población o la superficie. Entretanto, la conclusión generalizada de los presidentes socialistas ha sido que el futuro modelo requiere de una mayor dotación presupuestaria para satisfacer las demandas de las comunidades para poder gestionar en las mismas condiciones el incremento de costes en competencias como la sanidad.

Los barones de los territorios más afectados por la despoblación han aprovechado la ocasión para insistir en que la cumbre de finales de mes en Santiago de Compostela de la España Vacía no es una iniciativa del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP). La dirección del PSOE presionó para que se retrasara esta convocatoria del 2 de noviembre, cuando estaba prevista, al día 23. Pero la afirmación del presidente de la Xunta que aseguró que de esta forma pretendían impedir que el modelo de financiación “se decidiese en una mesa bilateral” del Gobierno con Cataluña causó malestar en La Moncloa.

Los presidentes del PSOE no han recibido ninguna indicación sobre asistir o no a la cumbre de Santiago. “Vamos a ir, no es un frente contra nadie porque, lo primero, yo no lo permitiría. Es un diálogo abierto para fijar posiciones comunes. No es ni contra el Gobierno ni contra el resto de comunidades, sencillamente hace tiempo que un grupo de autonomías venimos trabajando en proyectos y cuestiones comunes sobre financiación y despoblación”, ha afirmado el presidente asturiano, Adrián Barbón. “No es ningún frente. Al contrario, es una construcción de España en positivo, aportando ideas, no complicando la vida a nadie, fijando una posición sobre los que compartimos los mismos problemas”, le ha secundado García-Page. Seis comunidades, tres del PSOE y tres del PP, impulsaron en septiembre de 2018 en Zaragoza un grupo para reclamar recursos “precisos” para sanidad o dependencia y asegurar así “niveles similares de servicios públicos en todas las autonomías”.

Los dirigentes socialistas también han defendido que la búsqueda de acuerdos transversales con otros mandatarios regionales con situaciones similares, aunque sean del PP, son necesarios para resolver el sudoku de la financiación. El más claro ha sido Ximo Puig, que ha expuesto de forma tajante que el nuevo modelo “no se puede abordar simplemente desde la perspectiva del PSOE”. “No se trata de solución parcial ni de un partido, esto va más allá de la frontera del propio partido”, ha explicado a la salida del encuentro. Y, con la misma claridad, ha señalado que el debate no se puede abordar “desde el frentismo, ningún frentismo, ni de unas comunidades contra otras, ni el frentismo de las autonomías contra el Gobierno”. En su opinión, de lo que se trata es de llegar a un “gran pacto de país para la financiación del Estado de bienestar”.

La reunión en Ferraz se convocó después de la que mantuvieron el presidente valenciano y el andaluz, el popular José Manuel Moreno Bonilla (PP), a los que les une la apuesta por un criterio de población ajustada más allá de la superficie de los territorios. Al igual que Francina Armengol, consideran que el despoblamiento no debe primar sobre los territorios con elevada población. “Los presidentes autonómicos tienen capacidad institucional para hacer lo que consideren, los partidos no dirigen las instituciones, las instituciones son de los ciudadanos y los gobiernos asumen la autonomía del Gobierno”, ha incidido Puig tras la reunión en la sede del PSOE en Madrid.

En cualquier caso, la posición que ha decidido adoptar la dirección socialista de contar con el PP para trabajar en la reforma es un paso adelante. El Gobierno no cuenta con los apoyos en el Congreso para sacar adelante una nueva ley, puesto que ni ERC y el PNV se sienten implicados en un sistema que los primeros quieren negociar de forma bilateral y los segundos no lo precisan, ya que disponen de un régimen específico para el País Vasco. De esta manera, el apoyo del PP es necesario.

Las fuentes consultadas afirman que el encuentro de este viernes es el anticipo de muchas más en las que el PSOE tratará de fijar una posición lo más compacta posible para encarar las negociaciones con el PP y el resto de partidos políticos para superar el modelo de financiación vigente. Es más, el PSOE celebró a mediados de octubre el 40º Congreso Federal en Valencia con el compromiso de consensuar a lo largo de los meses siguientes una posición de mínimos entre todos sus barones. Un encargo más que complicado que Pedro Sánchez le hizo a Juan Espadas, secretario general de la federación andaluza y relevo de Guillermo Fernández Vara como presidente del Consejo de Política Federal. Ferraz ha decidido que el primer encuentro interno relevante para abordar el sistema de financiación y acercar posturas sea con los presidentes socialistas. Más adelante le llegará el turno al órgano que gestiona Espadas, que además de a los barones aúna a los secretarios generales de los territorios donde los socialistas no gobiernan.


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