No hay partido en que Draymond Green no se vaya con una polémica bajo el brazo, y la de anoche la protagonizó junto a Jaylen Brown, uno de los referentes de los Boston Celtics en estas Finales de la NBA. En un rifirrafe subido de tono durante el segundo cuarto, el interior y líder anímico de los Golden State Warriors se encaró con el escolta visitante tras caer ambos al suelo en una acción que los árbitros determinaron como falta del jugador local.
El intercambio posterior, con los pies de Green sobre la cabeza de Brown, enfadó al jugador de Boston, que se giró y encaró con su bregado oponente. A pesar de los gritos y los empujones, los árbitros decidieron hacer la vista gorda y no sancionaron con falta técnica a ninguno de los dos jugadores. Tal y como comentó Jeff Van Gundy en la retransmisión de la ESPN, “lo normal aquí sería una doble técnica, pero no me gustaría ver a nadie expulsado ahora”.
Green había cosechado una primera técnica por una protesta estúpida nada más arrancar el partido. Se arriesgó mucho y buscó el límite de los colegiados cuando decidió encenderse contra el rebote de Brown, que explicó en rueda de prensa su postura sobre la refriega: “No estaba al tanto, estaba intentando jugar a baloncesto. Sentí que era una jugada ilegal. Podrían haberla sancionado, en términos de falta técnica para cualquiera de los dos. La dejaron pasar. No sabía que debía hacer, me pusieron las piernas sobre la cabeza y luego me intentó bajar los pantalones, no sé de qué iba eso. Es el juego de Draymond, él te golpeará y hará de todo para conseguir ganar, así que no estoy sorprendido”.
Steve Javie, excolegiado y portavoz del colectivo en las retransmisiones de la ESPN, reconoció que los árbitros consideraron, seguro, la falta técnica que ya tenía Green para decidir hacer la vista gorda en el intercambio del segundo cuarto. Ime Udoka, entrenador de los Celtics, declaró que no estaba “nada sorprendido debido a las circunstancias” de la refriega.