La primera parte agoniza en Boston cuando Jayson Tatum, quien debe evocar en los pensamientos de los Hawks ese tan significativo como desesperante “¿cómo parar a este tío?”, estampa un triple sin estar en posición ventajosa y los Celtics adquieren una ventaja de 30 puntos a 2,4 segundos del descanso, definitiva a la postre para el 112-99 en este primer duelo de playoffs. Pero, entre el jolgorio del agitado TD Garden, el entrenador de los verdes, Joe Mazzulla, se desgañita para activar y prevenir a sus muchachos de uno de esos ‘buzzer beater’ de highlight. Porque la más alta excelencia -la que demanda el anillo-, sólo se alcanza con la extrema exigencia.
Los Atlanta Hawks, aunque a años luz del título, suponen una amenaza para cualquiera pero no esperaron los Celtics a ser golpeados para poner firme al equipo del genial dúo Trae Young – Dejounte Murray, exuberante de confianza tras su impecable actuación ante los Heat en el ‘play-in’. Los Hawks se llegaron a poner a 13 con algo más de 2 minutos por jugar -110-97-, pero su reacción quedó en un mero espejismo.
Se puso rápido en marcha el sofisticado sistema de Boston -29-19 ya en el primer cuarto-, pues más que un equipo, eso es el conjunto de Massachusetts, una perfecta cadena de producción a lo ‘fordista’ en el que todo cumple con su función cuál autómata, en el que trate de adivinar cuál es la estrella cuando echa un vistazo a las cifras anotadoras: 29 puntos y 12 rebotes para Jaylen Brown -12/23 en lanzamientos-, 25 tantos y 11 capturas para Jayson Tatum -10/23 en tiros-, 24 para Derrick White, 12 para Robert Williams III y 11 para Marcus Smart.
Apenas que son dos más de la cooperativa Tatum y Brown, en modo androide, cubierto su rostro con una máscara por la fractura facial hace unas semanas y con un ‘tape’ en su mano derecha, después de que esta recibiera cinco puntos hace dos semanas por un corte con un vaso de cristal mientras regaba las plantas. Una mano derecha, que, además, es la de tiro. Pero, en ese modo androide, no parecen ese par de magulladuras ni siquiera hacerle cosquillas.
Trae Young, tan maduro y resolutivo ante los Heat -su particular kryptonita-, naufragó por completo, evocando de nuevo las dudas que señalan su capacidad para marcar la diferencia en la hora de la verdad. El base se quedó en 16 puntos tras un pobre 5/18 en tiros, además de acumular casi tantas pérdidas (5), como asistencias (8). El único con una hoja estadística más presentable fue Dejounte Murray, registrando al final 24 puntos -10/24 en tiros pero un 0/6 en triples-, con Clint Capela (12 puntos), John Collins (12) y De’Andre Hunter (11) llegando a las dobles figuras en esa buena recta final de los de Quin Snyder.
Los Celtics, por selección natural, cuentan con ventaja antes de empezar con su abanico de portentos técnicos y atléticos que pueden atacar y defender y cualquiera, en el que casi todos son una amenaza desde el perímetro y en el que también todos corren como posesos en transición tanto hacia adelante como hacia atrás. Si todo ello coincide y, además, fallas un triple tras otro -creyéndote que puedes sacar triples de la nada como Boston-, las posibilidades de sólo suponer una mínima amenaza se reducen a 0.
Atlanta acabó con un inasumible e incluso inaceptable 5/29 en triples (17%), inviable para inquietar a Boston y a quien sea. Todo lo concedido a partir de esos fallos alimentó aún más la ofensiva de los Celtics, sin problemas para contener a Young.
Por lo menos tras lo visto en este primer duelo, lo va tener crudo el base para averiguar cuál es el emparejamiento que más la dada la versatilidad defensiva de Boston. Y cuando desequilibró a su par, la estrella de Atlanta se estrelló una y otra vez contra la defensa de los Celtics cuando colapsaba. Lo intentó Young con pases a compañeros cortando por línea de fondo o alley oops pero también protegió tanto las espaldas como el aro Boston, inexpugnables Al Horford y Williams.
En el otro lado de la cancha lo bordaron los verdes, con un fluido movimiento de balón, haciendo daño también con cortes a la pintura con el ‘spacing’, sacando máximo provecho de lo que genera Tatum con sus movimientos sin balón por la atención que atrae -e hizo sufrir a un buen defensor como Murray cuando entró en acción-, un detalle de los que más define un subcampeón que, visto el deseo con el que empezó, no admite otro destino que no sea el de ser campeón.
BOSTON CELTICS
11299
ATLANTA HAWKS
Boston Celtics: Tatum (25), Brown (29), Al Horford (6), White (24), Smart (11).
Banquillo: Williams III (12), Brogdon (2), Hauser.
Atlanta Hawks: Hunter (11), Collins (12), Capela (12), Murray (24), Young (16).
Banquillo: Bogdanovic (9), Bey (6), Okongwu (3), Johnson (6).
Parciales: 29-19/45-25/20-31/18-24.
Árbitros: Bill Kennedy, David Guthrie, Ben Taylor.
Incidencias: primer partido de la primera ronda de playoffs en el Este disputado en el TD Garden de Boston ante 19.156 espectadores.
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