“¡No hay manera ¡No hay manera! ¡No hay manera!”, espetaba a gritos Jimmy Butler, eufórico e iracundo a la vez mientras se retiraba a vestuario entre abucheos de la impotente afición de los Celtics tras hacerse cargo del asunto una vez más con 27 puntos y dejar a Boston entre la espada y la pared en las Finales del Este con el 2-0 después de un nuevo triunfo de los Heat en el TD Garden (105-111).
Les daban dos telediarios tras el play-in y las lesiones de Victor Oladipo y Tyler Herro. La ‘vanidosa’ afición de Boston había proclamado según había chivado algún vídeo que corría por ahí que vencerían a Miami. Pero no, efectivamente -como chilla a grito pelado Butler-, no hay manera con estos Heat. Ni equipo más emocionante y fascinante que ellos.
La verborrea es poesía en playoffs a ojo del espectador, alimento para el diabólico Jimmy, en furioso estado de Súper Saiyan en carne y hueso. Porque, cometiendo el error fatal además de hacer saber de su debilidad al enemigo, el alero se hallaba vencido, exhausto, echando vehementes soplidos al aire porque no podía más, apenas 6 puntos en la segunda parte con poco más de 6 minutos de partido por jugar y los Heat 9 abajo y cuesta abajo (96-87).
Pero no provoques al guerrero herido. Tras la canasta de ese 96-87, Grant Williams lo vio tan claro que hizo la gracia de picar a Butler con un evidente ‘tras talking’. Fue entonces cuando al alero le cambió el rostro, como despojándose de su careta, del jugador agotado con su cara atrapada en la fatiga a esa pícara e incluso arrogante sonrisa anunciando lo que estaba por venir.
Jimmy estaba derrotado pero le golpearon su orgullo y, empujado por la noble causa de defender a los suyos, liberó su poder. Fue entonces cuando frunció el ceño y entró en ese estado de furia, fuera de sí, ojos y pensamiento sólo en destruir al rival sin ninguna compasión.
Sus compañeros le dejaron solo en el campo de combate en soledad con aclarados con Grant Williams como los dos enamorados que necesitan intimidad para que hiciera su particular ajuste de cuentas, encarándose cabeza con cabeza con él tras su instantánea respuesta en forma de canasta. 7 puntos y victoria para unos Heat que saben un rato de eso de ganar teniéndolo todo perdido.
“Me encanta la competición, tenemos perros y eso me encanta, somos un equipo que nunca se da por vencido. ¿Mi pique con Williams? Eso es competitividad sana, me encanta”, destacaba tras otro duelo ganado Jimmy ‘Buckets’, 12/25 en tiros de campo y 8 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 2 tapones del hombre que todo lo puede, dejando en anécdota de un destructivo Jayson Tatum -34 tantos con un 10/20 en TC y un 3/10 en triples, 13 capturas y 8 pases de canasta-, inocuo en el último cuarto, sólo 5 tantos sin anotar un solo tiro de campo.
“Me hace sonreír. Sólo le hice saber que no soy la mejor persona para que le hablen…”, recordó Butler, inmisericorde con su rival, no dejando ni las migajas de su autoestima, “no me puedes defender” y “eres demasiado pequeño” entre otras lapidarias citas.
Los Celtics, con Williams como ‘insensato’, cometieron el enésimo pecado de vanidad en estos playoffs. Bajaron la guardia en primera ronda ante unos Atlanta Hawks que casi fuerzan el séptimo partido, subestimaron a James Harden en Semifinales de Conferencia que casi les cuesta la eliminatoria frente a los Sixers.
Y despertaron a la bestia que ya agonizaba en el segundo envite de las Finales del Este para complicarse su existencia, sucumbiendo ante el fiel elenco de acompañantes que se nutren del espíritu de Butler porque encima el tipo tiene carisma y sabe transmitir, colosal Bam Adebayo con 22 puntos, 17 rebotes y 9 asistencias, aportando 42 puntos el banquillo ejemplar, 25 de Caleb Martin y 15 de Duncan Robinson, el segundo casi defenestrado por Spoelstra hace nada pero los dos no drafteados. La cultura de los Heat convierte a cualquiera en la excelencia. “Cuando vemos a Butler tan concentrado…”, resaltaba Adebayo.
“¿Grant Williams? Eso es competitividad sana y me encanta”
La pendenciera actitud de Williams y el posterior derrumbe de unos Celtics que se paralizaron en ataque arrasó todo lo construido con constancia y paciencia hasta entonces, encontrando la libertad en ataque que los Heat le habían negado con la infinita pizarra de Erik Spoelstra en la primera parte, con estrecha ventaja para Miami (50-54).
La zona 2-3 del conjunto de Florida colapsó a Boston, que aún así se sirvió de la celestial inspiración de Tatum y sus fugaces transiciones para sujetar a los Heat para compensar los problemas colectivos de los Celtics en el cinco contra cinco.
El conjunto de Joe Mazzulla no encontró la manera de romper la primera línea y los ‘traps’ enviados a Tatum en el ‘pick and roll’ -sin que Al Horford supiera amenaza en la continuación, frustró muchos ataques de Boston, que añoraron un más productivo y preciso Jaylen Brown -16 puntos tras un horrible 7/23 en lanzamientos y un 1/7 en triples-, así como la maña olvidada con los triples de Al Horford -2 puntos y un 0/3 desde el perímetro-, herida su confianza hasta el punto de acumular renuncias en situaciones en las que tiene todo a favor para tirar.
Ni los 13 puntos de Robert Williams III con un perfecto 5/5 en tiros de campo, ni los 13 de Malcolm Brogdon y los 11 de Derrick White alcanzaron para arreglar el descosido, demasiado deficitario el 10/35 y 28,6% de los de Massachussets.
Sin embargo, Mazzulla desplegó un variado y potente arsenal en la segunda parte para demoler la zona de los Heat. Uno de los cambios, ante los 2×1 que estaba recibiendo Tatum en el ‘pick and roll’, utilizar a Williams III como bloqueador y luego continuador, atacando con agresividad el aro cada vez que recibía del ‘0’.
Los Celtics también lograron abrir la zona penetrando por los dos extremos de la segunda línea de tres jugadores y pasando a jugar el bloqueo directo con Tatum como manejador en un costado en vez de acciones tan frontales, inundando de dudas a la defensa y cambiando hacia el lado débil hasta que la gracia del otro Williams hizo cundir el caos.
Y, pese al momento final de Butler, hay que poner en valor el ataque de los Heat, su manera de preparar el terreno a su estrella ofreciéndole los cambios que pide para quedarse con el defensor que necesita, aprovechando también toda la atracción que genera para amasar puntos incluso sin su intervención.
No hay equipo en estos playoffs que haya logrado todavía atenuar la eficacia de los pick and roll con esquina vacía que juega el equipo de Spoelstra, cuando no con Butler como manejador, situando al alero en el lado contrario para partir la defensa de los Celtics en plan pasivo pero efectivo imán. La defensa en ‘drop’ de Al Horford y Robert Williams III está concediendo mucho -y cuando cambian Butler se lo hace pagar-, y Boston no se puede permitir jugar con los dos grandes a la vez en pista.
Y Bam Adebayo no se siente ‘ofendido’ porque la floten en la cabecera sino agradecido, zarandeando también Miami con los mano a mano con sus tiradores, pues si el jugador que viene saliendo de bloqueo supera a su defensor goza de espacio y tiempo para lanzar con el grande de Boston hundido. Pero, cuando anda suelto un genio con mucho genio como Jimmy Butler, eso trasciende cualquier táctica, lo que haya pasado antes y lo que sea.
-¿Te vemos en Miami, Jimmy? -, le preguntaban al alero a pie de pista al final del choque.
-Oh, sí…-, contestó Butler en tono tan placentero como sugestivo, el de los elegidos que disfrutan sufriendo, compitiendo contra sí mismos también en la soledad del gimnasio. El de los que estando vacíos, les tocan la fibra para y pasan de 0 a multiplicar su poder estándar. Lo más parecido a un Súper Saiyan.
BOSTON CELTICS
105111
MIAMI HEAT
Boston Celtics: Tatum (34), Al Horford (2), Robert Williams III (13), Brown (16), Smart (7).
Banquillo: Brogdon (13), Grant Williams (9), Derrick White (11).
Miami Heat: Butler (27), Love, Adebayo (22), Vincent (9), Strus (11).
Banquillo: Martin (25), Robinson (15), Lowry, Zeller (2).
Parciales: 25-24/25-30/33-21/22-36
Árbitros: Zach Zarba, James Williams, Tyler Ford.
Incidencias: segundo partido de las Finales de Conferencia (Este) disputado en el TD Garden de Boston ante 19.156 espectadores. Los Heat ganan ahora 2-0 la serie y el tercer encuentro será el domingo en Miami (02:30, hora peninsular).
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