Los Clippers enseñan quién manda en Los Ángeles a unos Lakers demasiado limitados

Los Clippers enseñan quién manda en Los Ángeles a unos Lakers demasiado limitados

Mientras a uno se le caen los anillos -los Lakers, con 17-, el otro -los Clippers-, no tiene. Pero hoy, son los pobres los que son más ricos y viceversa, son los Clippers y no los de oro y púrpura los que mandan en Los Ángeles, mucho más dotados y sólidos que unos Lakers hoy demasiado limitados, que ni terminando exhaustos, ni recuperándose hasta dos veces de rentas superiores a los 10 puntos, ni, sobre todo, con la productiva conexión entre LeBron James -20 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias-, y Anthony Davis -25 tantos y 8 rebotes aparte de la agradable irrupción de Lonnie Walker IV -26 tantos-, pudieron con sus vecinos (97-103), que impartieron toda una lección de suficiencia. 

El equipo de Tyronn Lue no está a su máximo ni dio la impresión de aplicarse hasta su límite ante unos rabiosos Lakers que cubrieron sus muchos déficits a base de defensa y orgullo. En el retorno de Kawhi Leonard tras año y medio por lesión como gran titular, no necesitaron los Clippers de un gran Paul George (15 puntos y 10 rebotes) ni tan siquiera sacar al propio Leonard de inicio, aún así 14 puntos y 7 capturas desde el banquillo en sólo 21 minutos. El resto colaboró, con los 15 puntos en 25 minutos de otro tan regresado como resucitado John Wall, los 14 tantos y 17 rebotes de un dañino Ivica Zubaz en la pintura y también los 14 de Monte Morris y los 11 de Luke Kennard. 

El asunto es que los Clippers tienen dónde elegir y los Lakers no, y, como muestra la sideral diferencia entre lo que aportó uno y otro banquillo: 43 puntos contra 19. Y todo es más complejo cuando uno de les que se supone que más tiene que sumar Russell Westbrook, te firma 2 tantos y un espantoso 0 de 11 en tiros. 

El equipo de Darvin Ham, que ya se había recuperado de un mal primer cuarto (35-23), se ilusionó con el 95-91 que campeaba a falta de poco más de cinco minutos para el final pero los Clippers se quitaron de encima a los Lakers con apenas otro golpe en dos minutos de los de Lue con un triple de Kennard y canastas de Leonard y Wall.

No se puede negar que los Lakers transmiten, e incluso desprenden un espíritu conmovedor, el del equipo que, por mucho que le pese a sus aficionados, se siente con la rabia de saber que nadie espera nada de él pero que lo quiere demostrar todo. Por demoledor que resulte el aliciente para una franquicia acostumbrada a apuntar mucho más alto, el consuelo es que por lo menos con ese espíritu quizá les pueda alcanzar para play-offs. Un revolucionado Patrick Beverley, que dejó momentos curiosos como un ‘moco’ a Anthony Davis, está convencido de ellos: “¡Vamos a ir a play-offs”, le espetó el base al Crypto Arena según varios medios estadounidenses. 

Las soluciones que dibuja Darvin Ham y la ciega confianza de los jugadores trazan un futuro esperanzador y no tan apocalíptico, aunque la angustiante duda en Hollywood es quién responder sí los actores principales -LeBron y Davis-, se lesionan y secundarios como Lonnie Walker IV no son regulares. Sin un base de fiar – en declive Westbrook, lesionado Schröder y por ver lo que puede aportar e inconsistentes otras alternativas como Patrick Beverley (sólo 5 puntos y 1 asistencia en 33 minutos)-, no queda otra que aplicarse en defensa y correr. 

Lo hicieron con éxito los de oro y púrpura -forzando 22 pérdidas de los Clippers por sólo las 9 que sufrieron los de Ham-, aunque la paradoja es que los de Lue anotaron más puntos al contragolpe -16 frente a 15-. La ausencia de un director de juego también induce a los Lakers a insistir en lo que no tienen, el triple, con un paupérrimo 20% desde el perímetro tras el decente 36% contra los Warriors, con unas desacertadas series de 2/9 de Walker, 2/8 de LeBron -5/18 de ‘King en los dos primeros encuentros-, y 0/4 de Kendrick Nunn, que se supone que es el mejor tirador del equipo. A pesar de su poco acierto, ‘Bron’ se metió en el top-10 histórico de máximos triplistas de la historia de la NBA. 

También, como el aspecto de las recuperaciones, resultó agradable para los de oro y púrpura comprobar la fiabilidad de la conexión LeBron-Anthony Davis, su entendimiento en el ‘pick and roll’, los pases desde el poste bajo del ‘6’ dirección al perímetro para el pívot, que sonrió desde más allá del arco con un 2/4. Actitud tienen actitud los Lakers y Ham ha confesado estar impresionado ante ella y que confía en la química que se pueda generar en un equipo con varias caras nuevas. 

Pero el técnico mira a su alrededor en el banquillo y falta talento. La imagen al final del partido de Westbrook yéndose al suelo para recuperar un balón -si es que ‘Russ’ no vuelve a ser el explosivo ‘Russ’-, es la estampa que define a estos Lakers: mucha actitud pero poca aptitud.




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