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“Hemos tomado la muy difícil decisión de no renovar Día a día por una cuarta temporada. La elección no ha sido fácil. Hemos pasado varias semanas intentando encontrar una forma de que otra temporada fuera posible, pero al final simplemente no la ha visto suficiente gente para justificar otra temporada”. Así ha anunciado Netflix en las redes sociales la cancelación de la comedia Día a día. La serie, remake de una sitcom de los años setenta, estrenó el pasado 8 de febrero su tercera temporada. Poco más de un mes después, sus seguidores se han llevado la decepción de saber que no habrá más allá para la familia de origen cubano residente en Los Ángeles que protagonizaba este programa.

Como ocurrió con la cancelación de Sense8, las series de Marvel y otros títulos con un nutrido grupo de fans en las redes sociales, el anuncio ha despertado la ira de sus seguidores, que han convertido #SaveODAAT (salvad One Day at a Time, título original de la serie) en uno de los temas más comentados en Twitter este jueves. La compañía ha intentado justificarse en las redes: “A todo el que se sintiera representado —posiblemente por primera vez— por Día a día, por favor no toméis esta decisión como señal de que vuestra historia no es importante. La cantidad de amor por la serie es un firme recordatorio para nosotros de que debemos continuar encontrando formas de contar estas historias”. La explicación solo ha logrado enfadar más a los fans.

Más allá de las risas, fruto de la grabación de la serie con público directo al estilo más puramente tradicional de las sitcoms estadounidenses, Día a día ha tratado temas tan relevantes como los problemas de los inmigrantes, la homofobia, el estrés postraumático o el trato a los veteranos de guerra. Drama y humor se mezclaban en unos capítulos protagonizados por Justina Machado y Rita Moreno en una serie muy valorada por la crítica. Paradójicamente, algunos de sus seguidores se están dirigiendo a cadenas de televisión en abierto estadounidenses pidiendo que rescaten la serie, rescate que normalmente ha funcionado en sentido inverso: producciones canceladas por los canales en abierto han sido resucitadas por diferentes plataformas (The Mindy Project, The Killing, Community, Arrested Development…)

Sin embargo, ese amor de sus fans y el aplauso de los medios especializados no ha sido suficiente para que lograra una temporada más. Sus responsables ya habían avisado de que la serie necesitaba sumar visionados para mantenerse con vida en Netflix porque estaba en la cuerda floja (lo mismo explicaron en la segunda temporada, pero aquella vez la decisión fue positiva). Netflix no facilita datos de audiencia, por lo que los fans de la serie tendrán que creer en su palabra de que no ha contado con suficientes espectadores.

¿Cómo decide la plataforma de vídeo bajo demanda qué series siguen con vida y cuáles no? En realidad, se trata de una suma de diversos factores. Pero lo principal es tener en cuenta que Netflix es una empresa que busca beneficios. En el caso de una de las primeras cancelaciones de una serie original de Netflix, Marco Polo, el elevado presupuesto de su producción fue un factor determinante si no se obtenía un gran retorno en forma de visionados. También parece estar influyendo en estas decisiones el que la serie sea producción de Netflix o que esté producida por terceros para la plataforma. Ese ha sido el caso de Día a día o era la situación en la que estaban Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist, Luke Cage y The Punisher, fruto de su alianza con Marvel.

Pero además, entran en juego los resultados que ofrece los datos que maneja la compañía de qué ven sus usuarios y cómo lo ven, como explicaban algunos de los directivos de Netflix en un amplio reportaje en Vulture publicado en junio de 2018. Entre los elementos que tienen en cuenta para decidir el futuro de un programa está el potencial de crecimiento de las series. También son muy relevantes cuántos espectadores terminan la temporada y los visionados en los 28 días siguientes al estreno. Si en ese tiempo un título logra crecer de espectadores de forma que se refleje un potencial importante, tiene muchas posibilidades de ser renovado.

Netflix maneja datos sobre sus usuarios como qué series ven primero cuando entran en la plataforma, qué hacen al terminar un capítulo, cuánto tiempo tardan en terminar una temporada, cuántos abandonan a mitad y a qué altura de la temporada lo hacen, qué fragmentos adelantan rápidamente… Y todo entra en juego a la hora de decidir el futuro de una serie.

Ni Día a día ha sido la primera serie cancelada por Netflix y llorada por sus seguidores ni será la última. El problema es que estas decisiones le recuerdan a los usuarios de la plataforma que la televisión es también un negocio que cada cadena/plataforma maneja como quiere.




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