(Extracto de El Libro “El Narco llegó a Querétaro, Autor: Armando Guerra
Querétaro, Qro.- 22 octubre de 2020.- Uno de los más espeluznantes y feos crímenes que se hayan cometido y que aún prevalece en la memoria de la sociedad queretana es el que se descubrió la mañana del 7 de enero del 2000 en pleno centro de la ciudad.
¡Esto es obra del diablo! –exclamó el comandante Jorge
Velásquez Aguilar- de la PIM al ver deshechas las extremidades del cuerpo de una mujer que mas tarde sería identificada con el nombre de Blanca Erika Zamora Puga.
Muy de temprano cuando todavía no daban las 6 de la mañana, trabajadores del departamento de limpia del municipio encontraron en la esquina de las calles Venustiano Carranza e Ignacio Altamirano empaquetado el cuerpo mutilado de una persona del sexo femenino.
Aquel macabro hallazgo permitió conocer que el cuerpo tenía desprendimiento de cabeza, de ambos antebrazos, así como el de las piernas desde las rodillas, en una sola palabra, aquella mujer había sido ¡destazada!
La identificación de los pedazos de lo que se supone era el cuerpo de la persona, vino a ser la pauta del hilo para desenmascarar la madeja que puso de manifiesto la existencia en la ciudad de una secta satánica llamada “Los Darketos”.
La banda satánica se supo que realizaba constantes prácticas de sadomasoquismo, de perversión sexual, homosexualismo y lesbianismo.
Después de las investigaciones se conoció también que algunos miembros de la secta le habìan organizado a Blanca Erika su cumpleaños en el que al final su mejor regalo fue la muerte.
culpables detenidos, narran crimen
Como responsables del horrendo crimen fueron detenidos varios jóvenes entre ellos Enrique García Martínez “El Henry” de 28 años, Bruce Hernández Guerrero de 22, Ramsès Emmanuel González García de 18, Francisco Olvera Escobedo de 21 y la mujer Totli Denith García Trejo de apenas 18 años.
Al ser capturados inicialmente Ramsès y Denith reconocieron ante los investigadores que se reunían con frecuencia en el domicilio de Bruce en la calle Caletilla 114 en la colonia Desarrollo San Pablo para escuchar música y leer un libro sobre vampirismo llamado “La mascarada”.
Al detallar la forma como decidieron asesinar a Blanca Erika, todos los detenidos dicen que el día del crimen organizaron una orgía y actos satánicos en la calle República Mexicana No. 3 de la colonia Lomas del Cimatario.
En ese lugar empezaron su rito satánico al iniciar tocamientos eróticos y desnudarse, de tal manera que la occisa solo quedó en ropa interior, vestida con medias, calzón y brassiere.
De rodillas sobre un hule de color negro, le pusieron una pesada cadena en el cuello y la comenzaron a amordazar con una cinta aislante colocándole un pantalón alrededor de la boca y nariz.
En un momento dado Enrique García y Denith, la empezaron a jalar de la cadena, la golpearon en la cara y cuerpo hasta que la víctima se desvaneció cayendo sobre el plástico, entonces supieron que había muerto.
Según la autoridad, el mismo Enrique y Denith procedieron a cortarle las extremidades con un “exacto” o “cutter”, en ésta macabra tarea se colocaron y utilizaron guantes de látex que llevaba consigo Denith.
Se dijo que Totli Denith había hecho un pacto de sangre con Blanca Erika quien le prometió “amarla eternamente”.
Una vez que se realizó la mutilación del cadáver, entre todos buscaron bolsas para guardar los pedazos de cuerpo junto con la cabeza.
Bajaron de la planta alta de la casa las bolsas al vehículo de Francisco Olvera, se retiraron del lugar comisionando a Ramsés para que manejara un Volkswagen, dejando las bolsas en su trayecto por el centro de la ciudad.
Después del macabro crimen, estupor e incredulidad a lo sucedido produjo entre la sociedad queretana las revelaciones que dieron los jóvenes participantes de aquel asesinato.
Se estableció que el líder del grupo de “Los Darketos” era Bruce Hernández Guerrero quien trabajaba en “El palacio del libro”, además de haber sido egresado de la Escuela de Bellas Artes de la UAQ con especialidad de Técnico en Artes Plásticas.
Bruce acostumbraba a vestirse de negro tal como lo establece quienes simpatizan con la corriente del “Darkismo”, entonces mantenía la creencia que muy pronto se convertiría en murciélago.
Según Denith, Bruce era un homosexual que también creía en el amor entre mujeres o sea en el lesbianismo.
Se delató al resto de jóvenes que integraban la banda satánica, entre ellos a Juan Carlos El Venòn”, Iván “El Mau” y Javier “El Bit” con domicilio ambos en Peñuelas.
Además el resto la integraban César Guillermo “El Puestecillo”, Sonia “N” del Cerrito Colorado, “Gay” de la colonia El Garambullo.
Otros miembros eran Ivonne Alanis que vive en la calle 1 de Lomas de Casa Blanca, Fátima “La nefasta” que vive en la colonia Las Hadas, así como “El Buitre”.
Todos aseguraron que uno de sus principales centros de reunión eran las “tocadas de rock” que se organizaban en el Museo de la Ciudad, a partir de ésta declaración se acusó a su Director Gabriel Horner como el impulsor de aquellas “extrañas reuniones”.
Cabe hacer notar que el caso de “Los Darketos” provocó principios de pánico y zozobra dentro de la comunidad, al grado tal de que los seguidores del “Darkismo” fueron hostigados por la gente y la misma autoridad.
Los detenidos fueron consignados ante el juez 6º de lo penal María de Lourdes Portillo Coronado ante quienes los abogados Gerardo Medina Pérez, Enrique Mandujano Morales y Apolinar Ramírez Vega presentaron su responsiva como defensores de “Los Darketos”.
sentenciados
Algunos de los culpables fueron sentenciados a 47 años de prisión, con lo que para ese tiempo fue la sentencia más larga de la historia que se haya otorgado en la entidad a criminales que cometieron el delito de homicidio. Actualmente está en 50 años.
En septiembre del 2001 el juez 6º de primera instancia penal sentenció a 47 años de prisión a Teotli Denith y a Francisco Olvera Escobedo.
Emmanuel González Garcea (sobrino del entonces líder político del PRD Pablo González Loyola) alcanzó apenas 5 años de tratamiento correccional en el consejo para menores infractores, ello porque supuestamente cuando participó en el crimen, le faltaban unos días para cumplir la mayoría de edad, aunque se asegura que su tio fabricó toda una argucia legal para que su sobrino no pisara la cárcel grande.
La Procuraduría General de Justicia anunció que apelaría la “extraña” decisión del juez de haber absuelto a Bruce. Por su parte Enrique Garcia renunció al plazo legal para ser sentenciado y su juicio aún continúa, esperando que se le haya dado una sentencia de más de 40 años de prisión.
Enrique “El Henry” García uno de los principales actores de este suceso, ahora él se regenera y rehabilita en el penal de San José donde es el encargado de la Biblioteca del área de procesados.
Los culpables se regeneran
Enrique es un gran aficionado del ajedrez, al grado de que no tiene competidores, es el organizador e impulsor de los talleres de lectura dentro del CERESO.
Dentro de otro de los hobbies del principal darketo es leer literatura, parece que ya ha olvidado lo acontecido, pues cuando el reo Oscar Duarte Acosta “El Chilango” le recordaba su crimen evadía la conversación.
Ahí en el penal hablar de “Los Darketos” es un tema prohibido, todos los reclusos callan. Nadie se atreve a recordar este crimen, quien lo hace se hace acreedor al desprecio de sus compañeros de prisión. Parece que le guardan respeto a quienes cometieron el asesinato.
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