Los líderes del Partido Demócrata reaccionaron este jueves a la publicación del informe Mueller criticando la actuación del fiscal general William Barr y buscando vías para mantener viva la presión sobre el presidente Trump en la recta que conduce a las elecciones presidenciales de 2020. Los demócratas cuestionaron la conclusión de que el mandatario no cometió obstrucción de la justicia, apuntaron la intención de llamar a declarar al fiscal Mueller ante el Congreso y reclamaron la publicación integra del informe.
Donald Trump tenía preparada la imagen con la que quería coronar los casi dos años de investigación de Robert S. Mueller. Apenas unos segundos después de que el fiscal general, William Barr, reiterara que no hubo colusión entre el republicano o su equipo con Moscú en 2016, ni pruebas suficientes para acusarlo de obstrucción a la justicia, el mandatario fijó en su Twitter una foto en la que aparecía de espaldas, rodeado de niebla, con un mensaje escrito al estilo de la serie Juego de Tronos: “Game Over” (Fin del juego). El hombre que auguró el fin de su presidencia cuando se enteró de que un fiscal especial lideraría las pesquisas, cantó victoria el jueves. Pero los demócratas no lo ven claro. Alegan que todavía faltan episodios por ver, como el de Mueller compareciendo en el Congreso o la publicación del informe íntegro, sin pasajes censurados.
Trump disparó en las primeras horas de la mañana una decena de tuits en los que defendía su inocencia, denunciaba sufrir acoso y enlazaba noticias sobre los emails de Hillary Clinton. Una vez que el documento vio la luz, el mandatario apenas se asomó por las redes. En un acto con veteranos heridos en combate celebrado en la Casa Blanca, el republicano se refirió brevemente a la publicación del documento, de más de 400 páginas, que hace unas semanas se jactó de no haber leído a pesar de tener el derecho a hacerlo: “Estoy teniendo un buen día. No colusión, no obstrucción”. Advirtió de que “llegará al fondo” del origen de las pesquisas para “que esto no le suceda a otro presidente de nuevo”.
En la trinchera de los demócratas ha habido días mejores. Lo primero que hicieron fue atacar en bloque a Barr tras su comparecencia, que tuvo lugar antes de la difusión del informe editado. Nancy Pelosi, la mujer electa más poderosa del país, sostuvo que el fiscal general confirmó en la rueda de prensa “el asombroso esfuerzo partidista” de la Administración de Trump. El presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerrold Nadler, pidió formalmente por carta el testimonio en persona del fiscal especial ante el comité. Esta debería ser la próxima batalla que libren los demócratas para estrujar al máximo la investigación que durante casi dos años ha generado expectativas que llegaron tan alto como un eventual impeachment —proceso de destitución— del presidente desde el Congreso.
Los demócratas, con la mirada en las elecciones de 2020, saben que Trump puede salir reforzado de esta investigación si no carga con ninguna responsabilidad. Por eso, apenas acabó la intervención de Barr, los precandidatos presidenciales salieron en cadena a poner en cuestión la objetividad del fiscal general. La senadora demócrata neoyorquina Kirsten Gillibrand calificó la comparecencia de “rueda de prensa preventiva”, en la que Barr difundió una “farsa” e hizo “propaganda” para el presidente Trump.
Elizabeth Warren cuestionó el papel del fiscal general, al que recordó que debe defender el imperio de la ley y la Constitución. “William Barr está defendiendo a una sola persona: el presidente de EE UU”, escribió en su cuenta de Twitter la senadora por Massachusetts. Cory Booker, un tono más abajo como es característico en el senador, exigió la publicación del informe completo, argumentando que “el pueblo estadounidense merece saber la verdad”.
En busca de pruebas de una obstrucción
En el informe se detallan 10 episodios que apuntan a una posible obstrucción a la justicia por parte de Donald Trump. Una frase del documento que resume la actitud del mandatario frente a la investigación y que servirá de carnaza para los demócratas, dice: “Los esfuerzos del presidente por influir en la investigación no tuvieron éxito, en gran medida porque las personas que le rodeaban declinaron llevar adelante sus órdenes o acceder a sus peticiones”.
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