La Constitución incluyó el impeachment como una “válvula de seguridad” que permita a los estadounidenses no tener que esperar a las siguientes elecciones para destituir un presidente. Y lo contempla precisamente para cuando este incurre en el tipo de comportamiento, que “horrorizaría” a los padres fundadores, en el que incurrió Donald Trump al abusar de su poder, presionando a un Gobierno extranjero para que inicie investigaciones de sus rivales políticos. Eso es lo que argumentan los congresistas demócratas en un informe, publicado este sábado, en el que detallan la argumentación jurídica e histórica del proceso de destitución de Donald Trump. El documento, de 52 páginas, no detalla los cargos formales contra el presidente, los llamados artículos del impeachment sobre los que la Cámara debe votar y que están siendo redactados. Constituye más bien una reflexión jurídica e histórica, y una réplica a las críticas de los republicanos y el propio presidente.
“Allí donde el presidente utiliza sus poderes de política exterior de maneras que traicionan el interés nacional en su propio beneficio, o perjudican la seguridad nacional por razones igualmente corruptas, está sujeto a impeachment por parte de la Cámara de Representantes”, dice el informe. “De hecho, la injerencia extranjera en el sistema político estadounidense estaba entre los peligros más graves que temían los padres fundadores de nuestra nación y los artífices de la Constitución”.
El informe salió a la luz dos días antes de que, este lunes, el Comité Judicial reciba formalmente las pruebas contra Trump en una nueva audiencia pública, en la que testificarán los abogados del Comité de Inteligencia, que investigó durante dos meses los hechos que llevaron a los demócratas a poner en marcha el impeachment. La jornada del lunes abrirá una semana en la que los 41 miembros del Comité Judicial, de mayoría demócrata (24 a 17), debatirán si aprueban o no los artículos del impeachment.
El informe presentado este sábado recuerda al documento producido por el mismo comité en 1974, durante el debate sobre el impeachment al presidente Richard Nixon por el caso Watergate. Ambos trazan los orígenes del proceso hasta el derecho inglés, de donde la figura del impeachment fue adoptada por las colonias americanas como mecanismo de defensa ante eventuales líderes corruptos.
Sin detallar los hechos de la trama ucrania que están en el origen del proceso, el informe ofrece pistas sobre lo que puede ser la acusación. Examina la traición, el cohecho, el abuso grave de poder, la corrupción del cargo y de las elecciones. Sin decirlo expresamente, sugiere que los demócratas, como se ha ido desprendiendo de los meses de investigación, pueden centrarse en un cargo amplio de abuso de poder, quizá añadiendo otro de cohecho, además de un artículo de obstrucción a la investigación.
En una sección titulada “Falacias sobre el impeachment”, el documento también refuta muchas de las críticas de los republicanos al proceso, como que estaba basado solo en información de segunda mano y que el presidente puede hacer lo que quiera.
El presidente Trump insiste en que su comportamiento no tuvo nada de malo, y el mismo sábado se volvió a referir al proceso, en un tuit, como “caza de brujas”.
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