Al Barça ya no le queda ninguna red de seguridad. El equipo de Sarunas Jasikevicius necesita ganar este domingo (18.00 horas) al Real Madrid en el WiZink Center para mantener viva la final de la Liga Endesa y disponer de un desempate en el Palau el próximo miércoles. De lo contrario, el equipo blanco podrá presumir esa misma noche de haber arrebatado el título nacional a su eterno rival cuando poca gente daba un duro por ello hace solo unos meses.
El Real Madrid robó a los azulgrana ya en el primer partido (75-88) la ventaja de campo que habían ganado con su primera posición en la fase regular. El Barça reaccionó para llevarse una ajustada victoria en el segundo asalto (71-69) pero volvió a las andadas este viernes, cayendo de forma clara en el WiZink Center (81-66) tras una nueva actuación más que decepcionante.
[+] Mira los mejores momentos del tercer partido de la serie:
Para ganar el cuarto partido, forzar el desempate y tener opciones de llevarse el título, el Barça de Jasikevicius debe cambiar radicalmente de cara. Figurada y literalmente, porque solo comparando las expresiones de los jugadores de uno y otro equipo ya puede entenderse cuál es la diferencia que está marcando esta final: el hambre, la energía, la intensidad.
La cara es el espejo del alma, pero para los más incrédulos también podemos recurrir a los datos. En lo que va de final el Barça está perdiendo con claridad dos batallas fundamentales, la del rebote y la del control de balón. Es desesperante ver cómo después de una buena -o decente- defensa el Barça se deja arrebatar el rebote y eso se transforma en una canasta del Real Madrid. Los blancos están promediando 7,6 rebotes más en esta final que el Barça y el grueso de esta diferencia se apoya en su superioridad en el rebote ofensivo (+6). Y ello lleva a lo siguiente: el Barça acumula 18 puntos de segunda oportunidad en esta final (0 en el tercer partido) y el Madrid, 45.
La diferencia entre unos y otros es quizás más dolorosa todavía en el cuidado del balón, con el Madrid habiendo acumulado más recuperaciones que pérdidas en estos tres encuentros (33-31), algo difícil de ver en un partido en el basket moderno e insólito en una serie de tres, y el Barça con un balance mucho peor (17-43).
Esta inferioridad en rebote y control de balón hace que el Barça haya dispuesto de 13 lanzamientos menos que el Madrid de media en estos partidos (63,7 contra 76,5), lo que explica que con porcentajes de tiro similares (incluso algo mejores los del Barça), el equipo blanco haya metido 26 puntos más.
El problema del Barça no es tanto el acierto como la falta de energía y espíritu de lucha.