Comentaba hace ya algunas semanas en este mismo rincón que hasta siete entrenadores vascos ocuparán la temporada 2019–20 otros tantos banquillos de equipos de Primera. A
Mendilbar
(Eibar),
Valverde
(Barça),
Gaizka Garitano (Athletic) e
Imanol
(Real) se les vienen a sumar
Asier
Garitano
(Alavés),
Lopetegui
(Sevilla) y
Jagoba
Arrasate
(Osasuna). Siete de 20 en una de las consideradas mejores Ligas del mundo. Casi nada.
Los técnicos de Bizkaia, ajenos claro está a este despliegue de míster a nivel del fútbol de elite, celebraron el pasado sábado su día, el 59º Día del Entrenador Vizcaíno, con
Alfredo
Norzagaray
, presidente del correspondiente Comité, a la cabeza. Una jornada de confraternización y camaradería entre colegas a los que el fútbol, en su aspecto meramente competitivo, les convierte en rivales durante muchos fines de semana.
Hay un buen y amplio surtido de anécdotas con los entrenadores como protagonistas. Situaciones vividas dentro y fuera del banquillo. Más allá de la llamada soledad del entrenador también existe otro tipo de pasajes de muy variado y amplio espectro. Si los futbolistas, sean de la edad que sean, supiesen lo complicado que es entrenar; seguro que pensarían y actuarían de forma diferente.
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