Los estudios más innovadores para formarse en las profesiones más demandadas


No hay empresa que no dependa de un ordenador, que no utilice programas informáticos para mejorar su producción o que no requiera de expertos cuando necesita adaptar la tecnología a sus necesidades o simplemente mantener el rendimiento del sistema. Para todo ello se necesitan programadores, administradores informáticos y otros cuantos perfiles tecnológicos altamente cualificados, cuya presencia hoy en el mercado laboral queda por debajo de la demanda.

El informe Tech Cities 2021, elaborado por la compañía de recursos humanos ManpowerGroup, ofrece un dato revelador: cada dos años, la demanda de perfiles tecnológicos en España se duplica. Esta cifra resulta esperanzadora en un país con el doble de paro que la media europea (el 15,4% frente al 7,3%, según datos de abril de Eurostat), pero representa un problema para los empleadores, pues el número de profesionales disponibles en el mercado no crece al mismo ritmo que las ofertas de trabajo.

Oscar Sanjuán, vicepresidente de Ingeniería y Aplicaciones de la compañía de telecomunicaciones Lumen Technologies, con más de 400 ingenieros a su cargo, corrobora esta carencia. “Históricamente era más fácil encontrar informáticos en España que en otros lugares, como Estados Unidos, donde hay que competir con las grandes tecnológicas como Apple y Microsoft para contratar a los mejores profesionales, pero ahora se ha complicado mucho más”, remarca.

Mario Monge, director ejecutivo de la empresa de servicios en la nube Unified Cloud Services (UCS), especifica que los puestos más complicados de cubrir y también los más solicitados son los que requieren mayor especialización. “Contamos con una docena de procesos de selección para puestos que requieren personal muy cualificado que llevan abiertos varios meses porque no encontramos los perfiles adecuados. Hoy todos los profesionales ya están trabajando”

Estas profesiones ofrecen condiciones ventajosas para los trabajadores, como una tasa de inserción laboral alta —el 73,91% para los profesionales del sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el 70,8% para físicos y matemáticos, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE)— y una banda salarial por encima de la media. En Madrid, donde se concentra gran parte de la oferta, el sueldo del ámbito tecnológico supera los 41.000 euros anuales, mientras que el medio general no llega a los 29.000 euros, según Tech Cities 2021.

Esto representa una oportunidad para trabajadores y centros de educación superior. Por un lado, destacan los expertos, supone una salida tanto para los estudiantes que se plantean por primera vez a qué se van a dedicar como para los profesionales que buscan reciclar su carrera. Y, por otro, se presenta como una coyuntura favorable para que las universidades aprovechen esta tendencia y atraigan a estudiantes a través de títulos innovadores que formen a esos profesionales altamente demandados.

Javier Parra, subdirector de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) destaca que muchas universidades hacen el esfuerzo de adaptarse rápidamente a lo que necesita el mercado. “Estamos en continuo contacto con las empresas y, cuando detectamos una novedad, la incorporamos a nuestra metodología”, asegura.

Un avance que Monge también percibe: “Llevo toda mi vida como empresario constatando que a la universidad le cuesta seguir el ritmo de la evolución de la industria, pero que en los últimos años se están abriendo más con la creación de grados y posgrados, acreditados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), además de títulos propios, que buscan responder a las necesidades de la economía”.

¿Dónde se forman estos profesionales?

Javier Parra destaca que muchos de los alumnos que se matriculan en su universidad llegan en busca de lo que no encuentran en las aulas tradicionales: estudios que los formen en lo que realmente el mercado está demandando con una metodología actualizada y, sobre todo, flexible, algo que se logra gracias a su naturaleza 100% en línea. En la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología han diseñado grados especializados, como el de Ciencia de Datos, posgrados en Inteligencia Artificial o Seguridad Informática y títulos de experto en Cloud Computing y DevOps & Cloud, gracias al sondeo constante del mercado.

“Conocemos lo que se busca porque organizamos periódicamente comités de expertos y disponemos de aplicaciones propias basadas en el big data y la inteligencia artificial para identificar en las grandes webs de empleo qué necesidades hay, cuántas plazas se demandan y dónde hay más dificultades para cubrirlas”, detalla. “A partir de eso”, añade, “ideamos un plan realista y práctico para que el estudiante, al salir del curso, esté preparado para trabajar desde el minuto uno”.

Un título para potenciar una ya próspera carrera

En UNIR se matriculan ingenieros que buscan profundizar en un área para especializarse, algo que pocos recién graduados se plantean. El zaragozano Daniel Sánchez decidió hace tres años estudiar el máster en Seguridad Informática en UNIR porque quería tener una visión global de la disciplina y aplicarla a sus negocios. Este ingeniero informático de 46 años trabaja en una pequeña empresa de soluciones tecnológicas en la capital aragonesa. Tras sacar el título ha podido crecer en el sector al abrir una línea de negocio en seguridad informática dentro de su organización. “Es muy útil porque los clientes comprueban que tienes los conocimientos adecuados y confían en ti. Además, te sirve para asegurarte de que el personal que contratas controla sobre la materia”, explica.

Fátima Saiz, ingeniera geomática y topógrafa de San Sebastián, defiende la idea de especializarse nada más terminar la carrera. “Los ingenieros cuentan con trabajo al acabar sus estudios y se olvidan de seguir formándose, pero se pierden la posibilidad de aspirar a puestos más cualificados. Yo aposté por combinar mi vida laboral con un máster en línea. Es un esfuerzo de un año o dos, pero te va a abrir muchas más puertas”. Sainz, de 26 años, se decantó por el máster universitario en Análisis y Visualización de Datos Masivos (Visual Analytics y Big Data) de UNIR, mientras trabajaba en un centro de investigación aplicada del sector de la automoción en el País Vasco. Este posgrado, asegura, le ha ayudado a mejorar sus condiciones laborales en el departamento de IA en el que trabaja. Ahora se encuentra inmersa en su tesis doctoral y aunque no se lo plantea por el momento, no descarta seguir formándose. “Hoy es esencial reciclarte, porque el sector tecnológico va muy deprisa, en menos de un año los sistemas habrán cambiado”, concluye.


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