La vacuna para inmunizar a la población del SARS- CoV-2 abre un gigantesco negocio desconocido hasta ahora para los fabricantes. Pfizer, por ejemplo, avanzó la semana pasada que espera este año ingresos por 12.500 millones de euros gracias a su antídoto Cominarty. Las principales compañías que comercializan o están desarrollando estos productos ya tienen comprometidos alrededor de 10.300 millones de dosis en todo el mundo, según los cálculos de Cinco Días con datos públicos de los contratos, Duke Global Health Innovation Center y Bloomberg.
Aunque no todos los acuerdos son conocidos, así que las cifras podrían ser levemente mayores. En esos pactos hay vacunas aprobadas en Europa como las de Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca, también algunas que están en desarrollo avanzado, además de otras como la rusa Sputnik V del Instituto Gamaleya, o las de las chinas Sinovac, Cansino y Sinopharm (ver gráfico).
Los grandes acuerdos
AstraZeneca es el laboratorio más compromisos de entregas, alrededor de 3.670 millones de dosis, aunque de esas, 1.100 millones serán fabricadas por su socio indio el Instituto Serum, al que ha cedido los derechos para numerosos países. La compañía británica se comprometió a fabricar 3.000 millones este año. Le sigue el consorcio Pfizer/BioNTech, con pactos comerciales para 1.500 millones. Entre sus principales clientes está también la UE, la Unión Africana (no se conoce el detalle por países) y China. Estas empresas recientemente elevaron su objetivo de producción a 2.000 millones este año y se ha asociado con Sanofi para apoyarse en la fabricación.
Precisamente el cuello de botella con el que se están encontrando los países receptores se sitúa en la producción suficiente para cumplir los contratos. La CE, que tiene acuerdos para 1.885 millones de dosis, entró en pánico en las últimas semanas cuando Pfizer, Moderna y AstraZeneca comunicaron que rebajaban las entregas por problemas en las plantas. Estos fabricantes se están encontrando con falta de capacidad industrial ante una demanda no conocida por la pandemia de Covid-19, además de que compiten entre ellas por los proveedores. Por eso, la solución es que las compañías que desarrollan las vacunas busquen aliados en otras empresas como recientemente ha hecho también CureVac asociándose con Bayer y Novartis.
Uno de los grandes fabricantes, Janssen (grupo Johnson & Johnson), tiene ya comprometidos acuerdos por más de 1.000 millones de dosis de un producto que se espera que se apruebe próximamente en EE UU y la UE, dos de sus grandes clientes junto a Covax, la alianza para llevar inyecciones a países de bajas rentas.
Igualmente Novavax, cuya vacuna todavía no está aprobada, destaca en el tamaño de sus acuerdos comerciales, de 1.363 millones de unidades, sobre todo gracias a India, donde también será el Instituto Serum el que fabrique el producto. Se espera que en breve, la CE firme un nuevo suministro con esta empresa, que se sumaría a los de Pfizer/BioNTech; AstraZeneca; Moderna; CureVac; Janssen, y Sanofi/GSK. En total, Bruselas ha sellado pactos para 1.885 millones de dosis, tras doblar el suministro de Pfizer con otros 300 millones.
Aunque el consorcio Sanofi/GSK es otro de los más relevantes en acuerdos de suministro, su producto tardará al menos hasta finales de año, después de que su primer intento fracasase. La alemana CureVac, por su parte, de momento se centra en servir a la UE, con un contrato de 225 millones de dosis, que puede aumentar en otros 180 millones.
Geopolítica
En la distribución de estos productos también han surgido las alianzas geopolíticas, donde Rusia está ejerciendo un papel relevante a través de su versión Sputnik V. Tiene compromisos cercanos a los 700 millones de inyecciones, donde destaca la comercialización a India y a la propia Rusia, pero también al Brasil de Jair Bolsonaro; Hungría de Viktor Orban; la Venezuela de Nicolás Maduro; México de Andrés Manuel López Obrador; Vietnam; Egipto, o Serbia, entre otros.
Igualmente los productos chinos están encontrando mercado en países en desarrollo y de rentas medias. Perú, Egipto, Marruecos, Indonesia, Malasia, Pakistán, Brasil, Filipinas, Chile, Vietnam, Turquía (50 millones de dosis de Sinovac), Colombia, Azerbaiyán, entre otros, son algunos de los ejemplos. Entre estas empresas, Sinovac es la que tiene acuerdos más significativos (338 millones de dosis), aunque se desconocen los pactos que pueda tener el Gobierno chino con estas firmas, ya que solo se conocen los firmados por el gobierno comunista con AstraZeneca y Pfizer.
Entre los compradores, destaca asimismo EE UU, que suma 1.210 millones de dosis de compañías occidentales, con un peso importante de Moderna y Pfizer, las dos autorizadas, por lo que le otorga ventaja en el ritmo de vacunación frente a la UE y otros países.
Source link