Con la siempre fiable fórmula de defensa más Jimmy Butler, los Heat cogieron impulso en el Este contra los Sixers con un muy sufrido triunfo en el que los fallos de James Harden condenaron al final a Philadelphia (101-99). La ‘Barba’ falló un tiro en suspensión a falta de 1:10 que hubiera puesto por delante a los de Doc Rivers y, sobre todo, marró el triple definitivo en la última jugada en la segunda oportunidad que tuvo para poner por delante a su equipo.
Butler acabó como máximo anotador de Miami con 23 puntos -9/14 en lanzamientos-, mientras que Joel Embiid y Harden siguieron fieles a su rutina de doble-doble. El pívot, reducido de los 41 puntos de los Celtics a los 27 que le ‘permitió’ la dura defensa de los Heat, firmó un 10/17 en tiros de campo y cogió 12 rebotes, mientras que el base-escolta firmó 20 tantos y 12 asistencias, aunque con un 5/14 en lanzamientos. Más fino estuvo esta vez en el tiro Tyrese Maxey, con 23 puntos y un 4/8 en triples.
Plácidos en el Este -terceros con 39-21-, los Sixers piensan más ya en los playoffs y, si les preocupa algo de mientras, es averiguar la manera de ganar a unos Celtics contra los que han perdido los tres partidos disputados hasta ahora, requisito indispensable si quieren que su candidatura al anillo se bien firme.
La clasificación sí que es, en cambio, una preocupación para los Heat, séptimos ahora con 33-29, más cerca de unos Nets que han caído a la sexta plaza con 34-26 que de los Knicks, quintos.
Aparte de Butler, también sumaron dobles dígitos Gabe Vincent (14), Bam Adebayo (13), Max Strus (13) y Victor Oladipo (11) con un muy errático Tyler Herro, sólo 8 puntos tras su 2/9 en triples. Kevin Love denotó sentirse cada vez más cómodo en Miami con 8 puntos -aunque 3/8 en tiros de campo-, 5 rebotes, 2 asistencias y 1 robo en 21 minutos en su segunda titularidad consecutiva.
Los Heat podrían estar todavía pendientes de incorporar a un último jugador que podría ser Serge Ibaka. El pívot, ahora en los Pacers pero sin jugar pues apunta a ser cortado, sonó para un equipo falto de juego interior.