Zinedine
Zidane volvió a sorprender el miércoles con una alineación ‘revolucionaria’, en la que coincidían Mendy, Militao, Asensio, Jovic y Rodrygo y donde no estaban jugadores como Sergio Ramos (lesionado), Nacho, Benzema, Isco o Toni Kroos. Parecía talmente como si el galo hubiera querido dar réplica a la demostración de descaro y juventud ofrecida 24 horas antes por el Barça, con Ansu Fati, Trincao, Pedri y compañía en plan ‘golden boys’. Pero no le salió bien. O mejor dicho, le salió fatal.
La derrota encajada en el partido inmediatamente anterior (0-1 ante el Cádiz) y la proximidad del Clásico empujaron sin duda al francés hacia la prudencia. El experimento, salta a la vista con el 2-3 ante el Shakhtar, le salió fatal. Sin embargo, le sirvió para comprobar que no sólo no le funciona el equipo en su versión ‘veterana’ sino que tampoco lo hace cuando aligera su mochila de años.
Y es que entre el equipo titular presentado por el técnico del Real Madrid ante el Shakhtar y el que alineó de salida ante el Cádiz había más de 3,5 años de diferencia en su promedio de edad. Contra los andaluces, ésta se situó en los 30 años, mientras que el equipo titular del debut del Real Madrid en eta Champions tenía una media de edad de 26,37 años.
Tras las sustituciones efectuadas por ‘Zizou’, el equipo acabó el partido con una media ligeramente superior, pero igualmente por debajo de los 27 años: concretamente, tenía 26,93 años. Ni así consiguió el francés lavarle la cara a su equipo.
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