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Los Grammy Latinos premian el grito de libertad en Cuba

El grito de libertad de los cubanos sonó con fuerza en la noche de los Grammy Latinos. Cuba tuvo una presencia predominante en la entrega de los premios de la industria en Las Vegas: Patria y vida ha seguido la mejor tradición de la canción de protesta latinoamericana. El himno del rechazo al régimen en Cuba ganó el premio a la mejor canción urbana y canción del año, una de las categorías más importantes. Yotuel, Gente de Zona, Descemer Bueno y El Funky (intérpretes y compositores de la canción) se reunieron por primera vez en este escenario para cantar un rap que se convirtió en un fenómeno viral con millones de reproducciones en las plataformas digitales y en la banda sonora de las protestas que la isla ha vivido para reclamar democracia. La grabación fue repudiada por el régimen por su contenido y porque juega con uno de los lemas intocables de la revolución: “Patria o muerte”. C. Tangana conquistó tres galardones con temas de El Madrileño en una noche muy repartida que premió tanto a figuras en ascenso como a leyendas de la talla de Rubén Blades, ganador del álbum del año; Caetano Veloso, quien se llevó el premio de los compositores por Talvez, y el dominicano Juan Luis Guerra.

“Mi madre me dijo: ‘Tenga el valor de hacer lo que mi generación no hizo”, dijo Yotuel al recibir el gramófono. El conjunto fue presentado por Gloria Estefan, uno de los rostros más populares de los cubanos americanos. “Lo dedicamos a todos los presos políticos”, había mencionado minutos antes El Funky, un rapero que estuvo encarcelado en su país y que llegó a Estados Unidos a principios de noviembre. Maykel Osorbo, otro de los autores del tema, continúa en prisión en la isla. El triunfo lo convierte en el primer preso político premiado con la estatua de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.

“Este Grammy es de los 12 millones que están en Cuba, los presos, quienes no tienen voz, a quien no se les permite elegir a quien los dirige. Para todos ellos que sufren una dictadura. Este es el primer Grammy del pueblo de Cuba”, afirmó emocionado Alexander Delgado, rapero del dúo Gente de Zona. Todos ellos cantaron vestidos de blanco y acompañados por decenas de velas sobre el escenario con coros de un público que gritaba: “¡Viva Cuba libre!”. “Este ha sido un fenómeno impresionante que nos ha llevado a que Joe Biden [el presidente de Estados Unidos] nos reciba por el impacto de la canción. Es la música al servicio de la sociedad”, resumía la española Beatriz Luengo, pareja de Yotuel y que forma parte de las voces que entonan la canción.

Un madrileño se coló en la fiesta de la música latinoamericana: C. Tangana se llevó tres premios (optaba a cinco). Si hace algunos años pisó estas tierras como ídolo del trap, ahora vuelve para ser reconocido por sus pares por un álbum donde muestra cómo bebió durante tres años de varios géneros. Triunfó con dos temas de su disco El Madrileño: Hong Kong, que canta junto a Andrés Calamaro, se llevó el premio tema de pop/rock; Nominao, que compuso junto a Jorge Drexler y Alizzz, el galardón a la mejor canción alternativa; y otro por el trabajo de ingeniería de su disco El Madrileño.

Drexler contó que Nominao nació justo gracias a los Grammy Latinos. En 2018 ambos artistas se conocieron en Las Vegas. Ahí nació la promesa de colaborar. La oportunidad llegó en el año de la pandemia. Los dos estaban nominados en 2020 por Codo con codo. Trabajaron en varios temas mientras seguían desde un estudio de Madrid, a las cuatro de la madrugada, la ceremonia por Zoom. Drexler se fue a las cinco de la madrugada y Tangana terminó la canción cuatro horas después. “Es una parábola poética que nos tiene con ustedes hoy”, explicó Drexler. “Yo escuchaba a Jorge cuando era un crío, mi padre me lo ponía y es un ejemplo de lo que es un cantautor. Este premio es la leche para mí”, añadió Antón Álvarez, C. Tangana, al recibir el gramófono de canción alternativa.

Tangana escenificó una de las mejores actuaciones de la noche. El cantante retomó el formato del exitoso concierto que hizo en la pandemia para la National Public Radio estadounidense, un vídeo que cuenta con más de 20 millones de reproducciones en YouTube y que nació en una gira por América Latina donde se reunían con Víctor Martínez alrededor de una mesa a cantar en comunión. “Todo esto estaba en el corazón del proyecto desde el inicio”, dijo Pucho, como llaman al autor de El Madrileño, quien ya prepara un álbum en vivo con esa misma esencia. En Las Vegas subió al escenario un grupo a interpretar Ingobernable. Eran Antonio Carmona, Nathy Peluso, Drexler, La Húngara y los mexicanos Natalia Lafourcade y Omar Apollo, quienes palmearon acompañando las guitarras de sus músicos y el teclado de Alizzz.

La actuación de C. Tangana en la ceremonia. De izquierda a derecha, Diego Moreno, Antonio Carmona, C. Tangana, La Húngara, Israel Fernández y Nathy Peluso.Kevin Winter (Getty Images)

El hombre de lengua afilada, Bad Bunny, se quedó sin palabras para una de las polémicas que antecedieron la entrega. J Balvin y Residente se habían enzarzado en un debate sobre el peso que el reguetón tiene y debería tener en la industria. El Conejo Malo ganó con El último tour del mundo el mejor álbum de música urbana, una categoría que funciona como cajón de sastre de las expresiones más modernas que se están produciendo en la región. J Balvin no asistió a la gala y poco se añadió a la discusión. “Treparse aquí me pone horrible. Nunca sé qué decir”, se limitó a afirmar un nervioso Bad Bunny al recoger el gramófono y agradecer a quien lo apoya. Karol G, quien ganó el premio de reguetón por su éxito mundial Bichota, no acudió a Las Vegas a recoger el premio.

El puertorriqueño Rauw Alejandro, la pareja de Rosalía, ganó el premio a mejor interpretación urbana, por Tattoo, compuesto junto a Camilo. Este artista colombiano era uno de los grandes favoritos. Anoche sumó cuatro premios, entre estos el mejor álbum de pop vocal por Mis Manos y mejor canción de pop por uno de sus sencillos, Vida de rico. “Es una celebración de los sonidos de mi país. Celebremos lo que somos”, afirmó el músico, de 27 años. Su suegro, Ricardo Montaner, la estrella argentina-venezolana, recibió sorprendentemente su primer premio de la Academia a pesar de contar con una trayectoria de décadas. Lo hizo en el género tropical con Dios así lo quiso, contenido en un álbum de temática cristiana, que interpreta junto al dominicano Juan Luis Guerra, quien se llevó tres premios, el más destacado de ellos el de pop tradicional por Privé, que tiene solo 17 minutos.

Otros colombianos también triunfaron en la gala. Juanes, quien logró ser la persona del año en 2020, se alzó con el mejor álbum de pop/rock por Origen. La también colombiana Juliana Velásquez se llevó el premio a mejor nuevo artista por su debut, que incluye temas sobre la salud mental y los trastornos alimenticios. Recibió su premio con unos guantes largos que tenían marcas en las muñecas, en recuerdo de una amiga que se quitó la vida hace dos años.

La chilena Mon Laferte posa con su premio.Eric Jamison (GTRES)

Mon Laferte, la chilena afincada en México, logró el premio a mejor álbum de cantautor por Seis. Es la segunda mujer que lo logra en 17 años, después de Soraya, quien se lo llevó a casa en la primera entrega, en 2004. La intérprete desfiló con la alfombra roja con un traje que dejaba al descubierto su embarazo. Sobre el escenario hizo un tributo al país que la ha acogido con Se me va a quemar el corazón, junto a la Arrolladora Banda El Limón. Quien se ha convertido en una de las principales voces del movimiento feminista en América Latina, cantó La mujer, con Gloria Trevi, quien hizo su primera aparición en unos Grammy Latinos. Laferte utilizó una vestimenta de mariachi de dos piezas que tenía úteros y vaginas bordados.

A pesar de la reivindicación de Mon Laferte, el premio a la colombiana Velásquez y el triunfo de la argentina Nathy Peluso, que recibió el galardón por su Calambre en la categoría de mejor álbum de música alternativa, la noche fue predominantemente masculina en los principales galardones. Al final, sin embargo, todos parecían contentos de estar reunidos. Cantando juntos.


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