Los Phoenix Suns no pueden hacer más que dejar que pase el tiempo, ir ‘recogiendo’ lesionados por el camino y, entonces, intentar avanzar. O eso es a lo que parece condenado un equipo del todo incapaz, muy limitado sin Chris Paul, Devin Booker y una enfermería casi tan poblada como el actual roster. Los Memphis Grizzlies, con un ‘abuso’ de 30 puntos (136-106), agravó el crítico estado de unos Suns que van cuesta abajo, camino de despeñarse, 9 derrotas en los últimos 10 partidos y duodécimos ya en un Oeste (21-24) en el que llegaron a ser líderes, la privilegiada plaza que comparte ahora Memphis con los Nuggets (30-13).
Ja Morant, haciendo ruido él también por el MVP -Shaquille O’Neal ya ha advertido que merece más atención en la discusión-, registró esta vez 29 puntos (11/20 en tiros de campo). Aunque siempre deja su sello personal con esas jugadas cuyo ‘copyright’ sólo pertenece a él, Morant no dejó esta vez ninguna barbaridad a la altura del mate del año de su anterior actuación. Pero, un gancho ‘adictivo’ para el público, llamó la atención en esta ocasión por el baile ‘burlón’ que se marcó tras recibir una falta de Saben Lee.
“Él no puede defenderme”, se le leyó en sus labios mientras se dirigía a las cámaras. Habla mucho el base -a veces demasiado-, pero también trabaja. Y dio muestra de cómo se está aplicando también para hacer de su gran punto débil -los triple-, otro punto fuerte, clavando un 5/8 desde el perímetro. Registra este año de momento un 32,6% desde la larga distancia ante el 34,4% del año pasado, aunque con más intentos (5,3 frente a 4,5).
Santi Aldama se apuntó 6 tantos con un 2/6 en lanzamientos (2/5 en triples), 5 rebotes y 1 asistencia en 22 minutos, mientras que, inmediatamente tras Morant, vino Desmond Bane. El explosivo base sonríe al ver que su compañero de ‘backcourt’ ya está al nivel que estaba antes de la lesión, con 28 tantos con un casi perfecto 10/12 en tiros para el escolta.
Mientras, lo de los Suns con las lesiones también es para echarse unas risas aplicando el dicho de “reír para no llorar”. El partido en Memphis dejó una escena propia de una parodia para la franquicia de Arizona, pues en el día que el equipo de Monty Williams recuperaba por lo menos un lesionado -Landry Shamet-, ingresaba ‘al instante’ otro en la enfermería, lesionado por un compañero propio.
Josh Okogie fue esta vez el ‘infectado’ en esta plaga de problemas físicos al tener que retirarse por golpearse la nariz de manera fortuita con el codo de Dandre Ayton, otro, por cierto, que también estuvo lesionado. Cam Johnson y Cam Payne son los que completan una lista de bajas de la que no se sabe con certeza todavía cuándo saldrá Chris Paul -con problemas en la cadera-, mientras que Booker, con una lesión de ingle, será revaluado en dos semanas.
A pesar de una situación cada vez más dramática, los Suns siguen derrochando esfuerzo y no fue hasta el ecuador del tercer cuarto que no perdieron de vista a los Grizzlies en el marcador tras el 68-66 del descanso para los de Taylor Jenkins. Mikal Bridges fue el máximo anotador (21 puntos), en unos Suns en los que también sumaron dobles dígitos Ayton (18), Dario Saric (12) y Saben Lee (10). Phoenix pide tiempo para recuperar a sus lesionados o parte de ellos pero el problema es que no lo hay. La NBA no espera a nadie y el equipo de Arizona está cada vez más rezagado.