Los Mavericks se ven cada vez más en el alambre, cerniéndose sobre Dallas una amenaza cada vez más grande del rotundo fracaso que supondría no comparecer a los playoffs. Expuesto del todo el equipo de Texas sin su gran dúo -unido Kyrie Irving a la baja de Luka Doncic por unas molestias en el pie derecho-, Dallas cayó en Memphis ante los Grizzlies de Santi Aldama (112-108).
El conjunto de Jason Kidd sucumbió al enérgico empuje final de unos Grizzlies avivados por David Roddy (24 puntos, 17 en el último cuarto) y también en gran medida a un miedo que paralizó a unos Mavericks que habían exhibido hasta entonces un encomiable y también jovial espíritu colectivo, con Jaden Hardy y Josh Green al frente (22 y 21 puntos) y, como no podía ser de otra manera sin el dúo dinámico, Tim Hardaway Jr. (23).
Aldama, en la notable línea de regularidad que viene mostrando esta temporada, aportó 10 tantos, 5 rebotes, 1 asistencia y 1 robo, casi perfecto en tiros de 2 (5/6), pero negado esta vez con los triples (0/4), aunque acabando con el mejor más-menos entre los jugadores de banquillo con un +6.
La tranquilidad ya ha pasado a ser preocupación para un Jason Kidd al que ya se le denota la angustia en su rostro. Con una sola victoria en los últimos tres partidos, los Mavericks se ven cada vez más cerca de verse sometidos a la carambola que va a deparar el anárquico e igualado Oeste en la carrera por los playoffs con sólo 14 citas por jugar. Los de Texas se ven de momento ahora fuera de playoffs, octavos con 34-34.
Aunque faltos de Irving y Doncic, Memphis tampoco llegaba en muchas mejores condiciones, muy falto de equilibrio interior, el que echa de menos en la pintura sin Steven Adams -baja para lo que resta de temporada-, el que le falta a Ja Morant, apartado del equipo y empeñado en complicarse la vida con sus conflictos ‘callejeros’ cuando tiene el entorno deportivo y familiar ideales para triunfar en la NBA. Sin encontrar un hilo argumental en la ofensiva, parecían los Mavericks tenerlo controlado al principio del último cuarto (77-88).
Fue entonces cuando el ruido de Roddy en ambos lados de la cancha -17 de sus 24 puntos en el último parcial y un 4/7 total en triples-, perturbó los planes de Dallas, adoleciendo de falta de experiencia un Jaden Hardy torpe en las penetraciones, aunque, todo hay que decirlo, con pocas ayudas el ‘rookie’ por parte de sus compañeros. Los Mavericks dejaron de mover el balón en un buen día en el que lo compartieron muy bien -25 asistencias-, y se refugiaron en el novato. Hacen falta también tablas para lo que suele hacer Irving en los últimos cuartos.
Los Grizzlies acabaron rasgando las costuras defensivas de los Mavericks en un buen día para disimularlas, de convertir la amenaza de competir sin Doncic e Irving en una buena oportunidad para aderezar esa debilidad para proteger el aro propio, tercer mejor ataque pero también tercera peor defensa de la NBA desde la llegada del ex de los Nets. En ese sentido, Kidd se lo dejó bien claro al tercer máximo anotador del equipo –Christian Wood, con 12 puntos de media-, por si no lo tenía asimilado: no confía en él.
En un día para que asumiera más responsabilidad ofensiva el pívot, apenas le hizo jugar 15 minutos el técnico de Dallas a pesar de sus 14 puntos, por detrás de los 26 de Maxi Kleber (4 tantos), y los 19 de Dwight Powell (4), preferidos como hombres grandes. Fuera en la propia pintura o atacándole en el perímetro, el ex de los Rockets fue el foco de ataque de los Grizzlies mientras estuvo en el parqué y con él empezó la reacción de los de Taylor Jenkins, siendo retirado al inicio del último parcial para no jugar más. En mayor o menor grado, naufragaron también Powell y Kleber, encajando 54 puntos en la pintura los Mavericks ante un rival limitado al 26% en el perímetro.
Desmond Bane brilló en la producción y la dirección -25 puntos con un 8/18 en tiros y 8 asistencias-, mientras Tyus Jones anduvo todo lo inspirado dirigiendo -11 pases de canasta y ninguna pérdida-, que no lo estuvo ejecutando, con 11 puntos tras un 3/9 en lanzamientos. Fueron acumulando lo suyo también en las inmediaciones del aro Xavier Tillman (12) y Jaren Jackson Jr. (14) a pesar de su 3/12 en tiros.
Los Mavericks ‘descubrieron’ el potencial juntos de Green y Hardy, atrevidos y fluidos pero demasiado todavía para ellos sin embargo cargarles todo el peso de un partido tan trascendental como este. Con la facilidad con la que obtenía ‘mismatch’ Wood en los bloqueos, el pívot anotaba puntos fáciles, pero Kidd valoró más su debilidad defensiva. Con más solidez cerca del aro propio, Dallas también podía disponer de transiciones para sacar tajada de la velocidad endiablada de sus ‘niños’.
Sin el interior, el volumen de la ofensiva se basó en las penetraciones de Green y Hardy, también finos desde el triple, especialmente el primero, con un 3/6 desde el perímetro, presumiendo de su mejora en la larga distancia por mucho que le flotaran.
Kleber y Powell apenas firmaron puntos, pero ejercieron con eficacia su función como hombre grande en los mano a mano, hallando muchos caminos de esta manera hacia el aro para los bases anoche de Dallas sin Irving y Doncic. Ante la dificultad para pasar el bloqueo de los interiores, los Grizzlies optaron por cambiar en esas situaciones, sufriendo Tillman y Jaren Jackson en el perímetro ante el eléctrico 1×1 de Green y Hardy.
Y fuera, listo para ejecutar Hardaway Jr, con un 4/8 en triples pero tirando también esta madrugada de su lanzamiento de media distancia. A pesar de todo, de las buenas intenciones y un inteligente plan alternativo, Dallas no llegó sin su magnificente pareja. Y teme, cada vez más, no llegar a playoffs.