En Oeste tan variable, casi el del café para todos, en el que los estados de ánimo cambian más que en un partido de tenis, todo es relativo en términos de opciones de acceso a playoffs hasta para un equipo tan alicaído en estos momentos como los Dallas Mavericks, agravado su estado en una nueva derrota contra los Memphis Grizzlies de Santi Aldama, de nuevo sin Luka Doncic ni Kyrie Irving por lesión pero esta vez muy clara (88 – 104).
Sucede que el conjunto de Texas, fuera de las plazas de privilegio en el octavo puesto, no tiene tampoco ninguna garantía ni certeza ninguna de que el retorno de su ‘Big Two’ les vaya a reanimar visto su balance juntos (3-6). El conjunto de Jason Kidd acusa como se temía, justo cuando las necesidades clasificatorias aprietan, cuando hay que lucir el tipo como equipo para la primavera, de los excesos navideños de un agotado Doncic, esos 60 puntos contra los potentes Knicks, pero también esos 50 contra los Rockets y los Spurs, los dos peores equipos del Oeste.
Lo que se llama, en definitiva, ‘matar moscas a cañonazos’. No para estos limitados Mavericks, camufladas sus carencias como equipo por los imprescindibles derroches del esloveno. “Estoy mejorando, haciendo ya trabajo en pista. ¿Volver contra los Spurs? No lo sé, pero quiero estar ya ahí fuera, sólo quedan 13 partidos”, decía a la ESPN durante el partido Luka Doncic, sentado al lado de Kyrie Irving como el otro espectador de lujo. También Christian Wood, con problemas físicos.
En igualdad de condiciones precarias ante unos Grizzlies sin Ja Morant ni Steven Adams y Brandon Clarke, Memphis pasó por encima acabando con la igualdad del descanso (50-49 para Dallas). A Morant, apartado del equipo, se le puede haber acabado la temporada, pues Adrian Wojnarowski ha avanzado que está inmerso en una especie de programa educacional en Florida para tratar sus problemas de conducta extradeportiva y no tiene fecha de retorno.
“¿Las claves? Es nuestra cultura (de equipo). Hay muchos chicos preparados”, decía al término del choque un sincero Desmond Bane, autor de 23 puntos en unos Grizzlies en los que Santi Aldama aportó como siempre su generosa parte, rozando el doble-doble con 10 puntos -3/5 en tiros de campo-, 9 rebotes y 3 asistencias para sumar el mejor más-menos del banquillo con un +11 en 21 minutos.
Se refería Bane, aunque sin hacer él ninguna referencia al rival, a esa cultura de juego colectivo que falta en Dallas. Por mucho que se haya confirmado en estos dos enfrentamientos contra el cuadro de Tennessee el nacimiento de una estrella como Jaden Hardy -28 puntos tras sus 22 del anterior encuentro-, ello no ha ido acompañado del resurgir del conjunto de Jason Kidd, que ahora encadena tres derrotas consecutivas, con un 6-9 desde el reinicio de la liga tras la pausa del All-Star.
La ausencia de Wood le evitó a Kidd tener que lidiar con el dilema de elegir entre la productividad ofensiva del ex de los Rockets o la solidez defensiva de los Dwight Powell o Maxi Kleber, nula esta vez. Aparte de no aportar casi nada en ataque -2 puntos para Powell y 1 para el alemán-, sin que sumara tampoco nada Davis Bertans pese a su buena fama de tirador -2 puntos tras un 0/5 en triples-, los ‘grandes’ de Dallas fueron el foco de ataque de los Grizzlies, buscándoles una y otra vez en el ‘pick and roll’, burlándoles con tiros flotantes, y rotando rápido para encontrar al hombre liberado en el perímetro. “El ataque está bien, pero tenemos que mejorar en defensa”, advierte Doncic.
Kidd tiene más opciones con centímetros, pero mientras JaVale McGee lleva tiempo ‘estacionado’ en el banquillo -no juega desde antes del All-Star-, Markieff Morris -que llegó de ‘rebote’ de los Nets en la operación por Irving-, no tiene la confianza del técnico pese a que otra vez no lo hizo mal en el poco tiempo que jugó, más puntos -4- en 5 minutos… que Kleber y Powell juntos. Una especie de significativa parodia del drama que sufre Dallas con los grandes.
El 32% en triples de Memphis con un 12/37 no fue un gran porcentaje, pero mejor en cualquier caso que el de Dallas -un 26% con un 12/46-, con muchos lanzamientos sin ton ni son. Algunos de ellos, materializados por Hardy -un 5/15 desde la larga distancia-, genial funambulista conectando triples en posiciones desequilibradas, cuchillo en penetración, silencioso ejecutor al margen del balón y enérgico defensor en el gran duelo que mantuvo con el ‘desafiante’ Dillon Brooks, que de nuevo vio cómo quedaron pendientes sus retos lanzados a Irving y Doncic.
El ‘rookie’, número 37 del draft, acabó con 16 puntos el primer cuarto, pero la incapacidad de Dallas de encontrar otro productor más allá de un nuevamente inspirado Josh Green -23 puntos-, sin nadie más que alcanzara los dobles dígitos, hicieron que la portentosa y veloz defensa de los Grizzlies le acabara ‘atrapando’. No pudo disparar ni abrir esta vez la pista Tim Hardaway Jr, con un escaso 2/10 en tiros de campo y un 1/6 en triples para sólo sumar 5 tantos.
La elección de Hardy es casi el único acierto de verano del ‘front office’ de Dallas, que no acabó de acertar con Wood como sustituto de Porzingis ni se molestó en buscar reemplazo a Jalen Brunson para tener que acabar entregando dos piezas fundamentales de equilibrio como Dorian Finney-Smith y Spencer Dinwiddie -ambos con tiro de 3-, por Irving.
La manera como los Grizzlies colapsaron en la segunda parte la ofensiva de Dallas -sólo 37 puntos-, dejaron en evidencia las limitaciones de su plan y sus pívots, en especial Powell. El canadiense había sido en el anterior partido y durante la primera parte un buen socio para Hardy con sus mano a mano desde la cabecera y Memphis respondió en la segunda mitad… sin hacer nada. Nadie de los Grizzlies fue a cubrir al interior cuando recibió en el perímetro, ‘invitándole’ de la manera más ‘explícita’ posible que tomara un triple que falló en sus dos lanzamientos.
Kidd le sacó en el tercer cuarto para no volverlo a meter y Aldama, que cerró muy bien el rebote defensivo con esas 9 capturas, fue la réplica a Maxi Kleber. Buen tirador, al germano no se le podía hacer la de dejarle solo, pero el canario cambiaba en los mano a mano para quedarse con el manejador y seguir evitando así el efecto sorpresa de Dallas en ese tipo de acciones. Tras Bane, también sumaron dobles figuras Brooks (19), David Roddy (19), Tyus Jones (13) y el propio Aldama.
Sin Adams ni Clarke para lo que queda y con Morant fuera por tiempo indefinido, el futuro pinta incierto para los Grizzlies, pero, por lo menos, en playoffs. Mucho peor se augura el de los Mavericks, agobiados por la clasificación, preocupados por el estado físico de Irving y Doncic, condenados a sufrir para alcanzar los playoffs. El igualado Oeste sigue esperando, pero no lo hará para siempre.