Los Heat enfrían a los Nuggets a base de ajustes y carácter

Los Miami Heat siempre vuelven, y lo hicieron en el momento justo. Con una actuación colectiva de impacto en todos los sentidos, el conjunto de Erik Spoelstra dejó fríos a los Denver Nuggets y mustio el entusiasta Ball Arena con un triunfo por 108-111 que empata las Finales NBA 2023 y manda la eliminatoria a Florida el miércoles con los Heat birlando al Joker y su séquito el factor cancha (1-1). Los ajustes y la precisa ejecución del equipo de South Beach, así como su espíritu de superación, fulminaron la superioridad según la cual muchos pronosticaban un fácil 4-0.

A Nikola Jokic le dejaron hacer, pero no repartir. Después de su triple-doble de 27 puntos, 10 rebotes y 14 asistencias en el primer partido, el balcánico se disparó hasta los 41 tantos con un 16 de 28 en tiros de campo y sumó 11 capturas, pero sólo registró 4 asistencias empañadas por 5 pérdidas. Por su parte, Jimmy Butler se decidió por atacar el aro pasando de 13 a 21 tantos -7 de 19 en TC-. También entregó 9 pases de canastas por una sola pérdida. Hizo y repartió. He aquí el secreto.

Jokic elige lo que ser, pero esta vez fue lo que quisieron los Heat, que le retaron a ganar por sí solo. Asumido que el serbio es indefendible, Spoelstra decidió abordar su influencia como líder para hacer mejores a los demás poniendo especial atención sobre el resto, renunciando a los 2×1 que el Joker siempre acaba resolviendo.

De entre los principales damnificados, Jamal Murray, sólo 18 puntos tras los 26 del Game 1 -7 de 15 en TC-, pese a sus 10 asistencias, sumando también dobles dígitos Aaron Gordon (12) y Bruce Brown (11), pero quedándose en sólo 5 tantos Michael Porter Jr. Miami, en un hecho que lo dice todo de su caché como equipo, no necesitó de ninguna actuación suprema en cuanto a números de Butler, como tampoco de Bam Adebayo -21 puntos 4 asistencias-, con Gabe Vincent como líder anotador, 23 tantos con un eficiente 8 de 12 en lanzamientos.

Los Heat aguantan todos los desafíos, trances y lo que sea. Fueron sus ajustes y la pulcritud y finura con la que los ejecutaron pero también ese morbo que les da la adversidad, del subidón del 2-10 inicial a levantarse cuando los Nuggets, en imparable dinámica ascendente y alborotando de nuevo su marchosa hinchada, celebraban un 50-35 a mediados del segundo cuarto.

Y, en un metafórico final, no podía ser otro el que hiciera volver definitivamente a Miami al final cuando Denver encaró el último parcial 83-75 abajo que Duncan Robinson, con sus 10 puntos en los últimos 12 minutos. La remontada de los Heat fue tan vigorosa y fugaz como lo ha sido la vuelta del alero, de arrinconado en el banquillo al final de la temporada regular -sólo 42 encuentros-, a mejor tirador de Miami en los playoffs.

Los tres días entre el primer y segundo asalto han sido tres provechosas jornadas de reflexión para los Heat, que hicieron el necesario reset en ataque y, quirúrgicos en su elección, supieron cuándo apretar las clavijas a Denver en defensa con la zona en el último cuarto.

En la primera novedad bien visible, Spoelstra rescató del olvido a Kevin Love, olvidado en los tres últimos encuentros. Aportó un 2 de 6 en triples y su sola presencia contribuyó a distorsionar los emparejamientos individuales al principio, yendo con él Aaron Gordon y siendo Jamal Murray el que se quedaba con Jimmy Butler.

Un cambio clave para que cogieran ritmo de inicio los Heat con un fulgurante 10-2 de inicio, entrados en calor por Max Strus -14 puntos y un 4 de 10 en triples-, e incorporando la novedad del tirador fintando el bloqueo para luego abrirse y lanzar.

La dureza con la que el conjunto de Florida persiguió a Murray ya dejó claro que eran unos Heat distintos en ambos lados de la pista, anulando desde el principio esos mano a mano tan propios de Denver y con los que Jokic tantas asistencias repartió en el Game 1. Las ayudas del lado fuerte en la salida del bloqueo directo del base canadiense también estuvieron mejor ejecutadas.

Sin embargo, lo que rigió el buen tono general del conjunto de Erik Spoelstra fue tanto la mayor agresividad de cara al aro de Butler que generó muchas opciones como la gestión del pick and roll buscándole las cosquillas a Jokic. ‘Jimmy’ Buckets no sólo fue energía para anotar, también paciencia e inteligencia para hacer eso que tan bien hace de remontar la línea de fondo si no encuentra tiro y encontrar el tiro abierto. Como el pitoniso que trata de visualizar lo que ocurre en la bola de cristal.

Pero, aparte de la recuperación de identidad de Butler, a los Nuggets se les presenta ahora también un problema complejo con la defensa del bloqueo directo del rival como sucede en el otro lado de la cancha. La premisa de Denver es dar cierta libertad a Adebayo en la cabecera y, como era de esperar, Spoelstra sacó tajada de ello.

No es sólo que el pívot continúe anotando -26 puntos en el Game 1 y 21 anoche pero con más eficiencia en el tiro con un 8 de 14-, sino sus conexiones con el resto y la dificultad de elegir qué defensa es la adecuada.

Haciendo probar a los Nuggets de su propia medicina -también es un rasgo característico de Miami-, Adebayo repartió mano a mano y el acierto de los Heat de tres -17 de 35 y un 48,6%-, también hizo que el Joker se preocupara aún más por salir al perímetro para que el jugador que recogía el hand-off no cogiera una posición cómoda de tiro.

Los Heat también podían jugar un pick and roll a continuación del mano a mano con el balcánico hundido. Y si salía, pintura vacía y corte hacia ella. Del propio Adebayo en la continuación u otro. A los Nuggets se les plantea ahora un dilema ante un rival que también fue capaz de no dejarse llevar por las prisas y circular hasta encontrar el tiro adecuado ante las ayudas de Denver, que defensivamente se sintió esta vez más cómodo sin Jokic y con Jeff Green en cancha, interrumpiendo el ritmo de Miami cambiando todo en los bloqueos.

La jugada maestra final que entregó la victoria a los Heat fue la zona 2-3 que tan bien se le dio en el tramo final del Game 1, la que permite neutralizar el pick and roll entre Nikola Jokic y Jamal Murray, que ilusionó al Ball Arena con remontar la ventaja de los Heat de 10 puntos de los últimos minutos con 8 tantos finales. En una decisión sorprendente, Michael Malone no pidió tiempo muerto para preparar una última jugada en el minuto final con 108-111 quedándole dos.

Jokic, con su fuerza y su maña, es capaz de poder con todos ante la zona y lo que sea, pero no lo puede hacer todo siempre y Denver no es lo mismo si es separado de sus compañeros. Los Heat le pasan el problema a los Nuggets.