Año 1909. El Club Ciclista San Sebastián se proclama campeón de Copa antes de pasar a denominarse Real Sociedad. No existían las competiciones europeas. Las dos Ligas de los ochenta tuvieron como una de las recompensas directas meterse en la Copa de Europa de las temporadas ulteriores. La Real se clasificó para la Recopa por conquistar la Copa del 87 en Zaragoza. Terminó octava en Liga. Conquistar la Supercopa del 82 no significó jugar en Europa al año siguiente porque además aquella Real fue séptima en la clasificación. Por primera vez en la historia del club, hay una generación que ha levantado un título, la Copa de La Cartuja, logrando por otra vía el billete continental. Campeones y a Europa. No campeones, y por lo tanto, a Europa.
La temporada que acaba de finalizar es histórica a todos los efectos para la Real. Encontrar artífices del éxito es una exploración inercial, por la pluralidad de actores que han cooperado en la doble consecución de los objetivos. A la cabeza de todos asoma Imanol Alguacil. Es su obra.
El entrenador de Orio mejora sus registros en la segunda campaña íntegra que completa al frente de la Real. Toda una consagración en la dura convivencia de la Liga con Europa. Imanol ha dirigido este curso cinco partidos más que el anterior, interrumpido por la pandemia la primavera de 2020. El técnico ha conseguido que la Real pierda menos partidos en una temporada en la que se ha jugado más. Un punto de partida impulsor de guarismos notables: la Real ha ganado el 42% de los partidos oficiales que ha disputado este curso.
La epopeya ha sido tan eterna que se ha escrito en prosa, liquidando a rivales rutinarios en la Liga, como en verso, por la belleza de las facturas en la final de Copa, en el apasionante empate de Nápoles o en la sobrecogedora semifinal de la Supercopa contra el Barcelona que se fue al garete en los penaltis. El relato es la suma de 50 episodios. La conclusión es que los protagonistas son héroes: ganaron la Copa y terminaron quintos.
Diferencias en el reparto
Imanol Alguacil ha reclutado a 31 futbolistas con el cupo mínimo de un minuto sobre el terreno de juego. Remiro ha jugado más que nadie, como es habitual cuando un portero galvaniza el tiro de cámara. Le Normand sorprende en la primera posición de los futbolistas de campo con más minutos entre Liga, Europa League, las Copas y la Supercopa. El sello de Silva es galopante, aunque las lesiones le aparten del ‘once tipo’: la Real ganó en el 76% de las ocasiones en que el crack de Arguineguín se puso el ‘21’. De marcar las diferencias se ha encargado Isak, anotando 17 goles. Los Merino, Oyarzabal o Monreal no le fueron a la zaga, afianzados como piedras angulares, más allá de las cifras. Zubimendi, líder en balones recuperados y miembro de la alineación con más minutos, se lleva el Oscar txuri urdin al actor revelación.
El reparto de Imanol es menos homogéneo de lo que pueda parecer. La columna vertebral abre brecha con el fondo de armario. Remiro, Gorosabel, Zubeldia, Le
Normand, Monreal, Zubimendi, Guevara, Merino, Portu, Oyarzabal e Isak copan los minutos, con espacio para los Silva, Aritz, Barrenetxea o Januzaj. Entre el belga y Aihen hay una grieta delatadora de 15 partidos. Remiro, Guevara, Portu e Isak han sido convocados a los 50 partidos del curso. Qué titanes. González de Zárate, Arambarri y Robert
Navarro han debutado con el primer equipo.
El maleficio del tiempo extra
La Real ha triunfado tanto en la Liga como en la final de Copa pendiente que conquistó el 3 de abril contra el Athletic. La despedida de la Europa League se decidió en el exilio de Turín contra una apisonadora de Manchester que puede ser hoy campeón del torneo. La edición actual de la Copa y la Supercopa dejaron crueles eliminaciones, ya que se produjeron al límite. Contra el Betis en la prórroga y ante el Barcelona en los penaltis.
Bautista: ‘pichichi random’ en Europa
Jon
Bautista ha sumado 473 minutos entre los cinco frentes abiertos que ha afrontado la Real esta temporada. Ha participado en 27 partidos y nunca ha sido titular. En múltiples ocasiones fue reclutado in extremis por Imanol para saltar al campo prácticamente sobre la bocina, sin margen para contribuir. Sus cameos han sido constantes, de ahí que sorprenda que se haya proclamado máximo artillero de la Real en Europa League, con dos goles.
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