El regreso de Ancelotti al banquillo del Real
Madrid es una noticia que ha caído especialmente bien en la parroquia blanca. El italiano, con su carácter tranquilo y afable, trae consigo el recuero de La Décima pero, además, el deber de arreglar un problema provocado por el que, precisamente, dio aquel título a los blancos con un gol en el descuento: Sergio Ramos.
La renovación del camero fue la primera cuestión en la rueda de prensa que Carletto ofreció ayer en el Bernabéu y el italiano, excusándose en el poco tiempo que había tenido desde su llegada, echó balones fuera.
Sin embargo, una vez instalado en su despacho, Ancelotti deberá analizar este problema que, sin duda, es el más relevante de cuantos hay en el universo blanco. Ramos es un símbolo del Real Madrid y empezar una etapa sin él podría ser más complicado de lo que ya es para el ex entrenador del Everton.
Líder y comodín
Durante la primera etapa en el Real
Madrid de Carlo
Ancelotti, el capitán del vestuario fue Iker
Casillas. Sin embargo, Sergio
Ramos, de un carácter más directo y personal, era el líder del equipo en el campo y un seguro de buen rendimiento.
De hecho, Ancelotti llegó incluso a utilizar su polivalencia y le colocó de mediocentro defensivo en el primer Clásico del italiano. Todo valía para frenar a Leo Messi. Sin embargo el experimento, llevado a cabo en octubre de 2013, no salió bien y el sevillano fue sustituido en el minuto 55 de partido.
Así pues, cinco años y tres Champions después, Carlo y Sergio, Ancelotti y Ramos se vuelven a reencontrar y lo cierto es que a comienzos de esta segunda etapa no se sabe si se encontrarán para despedirse o para saludarse y comenzar a trabajar juntos de nuevo.
Encuesta MD: ¿Seguirá Sergio Ramos con la llegada de Ancelotti?
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