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Los jardines circulares que convierten el paisajismo en arte de vanguardia

Los llaman jardines circulares, pero en realidad son huertos comunitarios de una característica forma oval. Vistos desde el aire, parecen una extraña colección de collares de cuentas desparramados sobre un tapete verde. Se hallan en Naerum, en la periferia norte de Copenhague, e Instagram está contribuyendo a convertirlos de nuevo en una de las atracciones más populares de Dinamarca.

Su autor intelectual fue el arquitecto danés Carl Theodor Marius Sørensen, fallecido en 1979. Este infatigable impulsor de la estética modernista en el paisajismo contemporáneo lanzó el proyecto en 1948, cuando Naerum era poco más que una pedanía rural del municipio de Rudersdal en la que había un orfanato y un par de granjas dispersas rodeadas de bosques y terrenos baldíos. El célebre paisajista plantó allí la semilla de una utopía rural de bolsillo. Una ciudad jardín consistente en 40 parcelas ovaladas de 25 × 15 metros, según la proporción áurea renacentista.

El proyecto original consistía en disponer las parcelas siguiendo un estricto patrón geométrico, pero Sørensen acabó optando por adaptarse a la inclinación del terreno, creando así un conjunto mucho más fluido y dinámico. Andrea, barcelonesa de 26 años licenciada en Arquitectura que vivió varios meses en Copenhague, acudió a los jardines de Naerum en primavera de 2019 siguiendo las recomendaciones de una de sus profesoras: “A ras de suelo tienes la sensación de estar internándote en un jardín inglés de setos pulcros, colorista y florido, y de estructura laberíntica”. Poco después empezó a interesarse por la proliferación de fotos del lugar que iba apareciendo en internet.

Estos jardines se hallan en Naerum, en la periferia norte de Copenhague.Astrid Maria B. Rasmussen

Otro que ha contribuido a ­poner de moda los huertos ovales de Naerum es el escritor y arquitecto John Hill, autor en 2017 de 100 Years, 100 Landscape Designs (100 años, 100 diseños de paisaje), una obra de referencia en su campo. Hill incluyó el proyecto de Sørensen en su selección de grandes hitos del paisajismo del último siglo porque le parece “una idea brillante, ejecutada a la perfección”. A Hill le entusiasma que Sørensen se limitase a diseñar un pequeño número de parcelas piloto, delimitase y roturase las demás y luego dejase el acabado en manos de cada uno de sus propietarios, “a los que ofreció apenas una serie de directrices muy simples y de cumplimiento opcional, como que hiciesen uso en los setos de arbustos autóctonos, como el carpe o el espino, y los decorasen con rosas”. También insistió en que la ubicación en las parcelas de cobertizos o viviendas se adaptase tanto a la inclinación del terreno como a la orientación solar.

Hill destaca “que los daneses pueden presumir de una larga tradición de huertos comunitarios que se remonta al siglo XVII, cuando minúscu­los jardines fueron cedidos a campesinos sin tierra en los alrededores de la fortaleza de Fredericia, en Jutlandia”. Sin embargo, por mucho que dialoguen con esa tradición local, “estos jardines, por concepto y ambición, son otra cosa: paisajismo de vanguardia elevado a la categoría de arte”.

A este rincón de la ciudad dormitorio de Rudersdal se puede llegar en apenas media hora desde el centro de Copenhague, tanto en autobús como en tren. También en bicicleta. Los que acudan en coche se sorprenderán por la falta de carreteras o pistas transitables que permitan acceder a las parcelas individuales. Para Annie Thornton, periodista que ha dedicado varios artículos a divulgar las excelencias de los huertos de Naerum, “esa fue siempre la idea original de Sørensen, que pretendía causar el menor impacto posible en el paisaje y promover entre los miembros de la comunidad un estilo de vida saludable y en contacto con la naturaleza”. Andrea, arquitecta comprometida con un ideal de sostenibilidad que tiene mucho arraigo en la sociedad danesa, concluye con una reflexión inspirada por el proyecto de Sørensen y su sorprendente vigencia: “Otros construyen hoteles de 100 plantas en archipiélagos artificiales frente a marinas de lujo, pero yo prefiero las sociedades que optan por preservar sus jardines y huertos comunitarios, porque los consideran un verdadero lujo y un tesoro”.


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