Suele ser viceversa, pero, por una vez, ni los Lakers ni LeBron estuvieron a la altura de Russell Westbrook. Renacido con su nueva vida desde el banquillo, el base, más que nunca y al son de los gritos de MVP del Crypto Arena, recordó a ese letal y punzante jugador de Oklahoma, imparable penetrador compulsivo, poderoso en el cuerpo a cuerpo e inequívoco finalizador en la pintura. Tanto fue así que coqueteó con la perfección, con 28 puntos en 29 minutos con un 9/14 en tiros de campo y hasta un 3/5 en unos triples que nunca han sido su especialidad. Hacía siete meses que el base no firmaba tales registros.
Pero la nueva realidad con la que tan encantado parece ‘Russ’, ni siquiera un excepcional 42% en triples del equipo, pudo negar la de los Lakers tras los triunfos antes Nuggets y Pelicans. Los Utah Jazz -quienes viendo su constancia, su juego y sus recursos ya no son tan sorpresivos-, engulleron a los de púrpura y oro en el último cuarto con una exuberancia ofensiva que derruyó la hasta ahora afamada defensa ‘laker’ -la segunda mejor de la NBA-, y personificada en Lauri Markkanen (27 puntos, 13 rebotes y un 9/17 en TC), un veloz Jordan Clarkson (20), Kelly Olynyk (18), Collin Sexton (17) y Mike Conley (15).
También por una vez, LeBron James y Anthony Davis remaron en una dirección opuesta a Westbrook. Sobre todo ‘The King’. El ‘6’, que ha estado conviviendo con una enfermedad estos últimos días, anda tibio -17 y 11 rebotes pero un 7/19 en lanzamientos y un 0/5 en triples-, aunque su voluntad y su hambre le permiten seguir siendo diferencial. No obstante, no lo suficiente en este caso. Y Davis produjo en ataque (22 tantos con un 9/17 en TC) pero se les vio tiesas para aguantar a un Markkanen que le incomodó con la variedad de su juego entre la pintura y el perímetro. Lonnie Walker IV sigue constante (12 tantos) y Troy Brown Jr. creciendo (12), pero la calidad conjunta de los Jazz es ahora mismo superior.
Con la recuperada clase y el carácter de Westbrook a los mandos, a los Lakers les dio para sobrevivir al festival ofensivo del equipo de Will Hardy hasta los primeros minutos del último parcial. Las dudas sobre si el conjunto de Darvin Ham -el peor de toda la NBA-, seguirían el ritmo en un partido a tantos puntos -un 75-62 de locura al descanso-,se confirmaron al final a pesar de las recuperaciones de los Lakers, que lograron aún así plantarse vivos a ese último cuarto (100-95).
El versátil y abundante ataque de los Jazz desnudó la defensa de los de Ham. Si en el primer cuarto Markkanen capitalizó la ofensiva con 12 tantos haciendo sobre todo daño en la pintura, en el segundo los focos fueron Jordan Clarkson que castigó a LeBron y a quien se le pusiera por delante con sus penetraciones (11 puntos) y un Collin Sexton tocado por una varita en los triples (3/3) con también 11 tantos. Ambos desmontaron la zona de los Lakers.
Los de Ham lograron dejar a los Jazz en 25 puntos en el tercer parcial gracias a que cerraron mucho más la pintura, sin que Utah encontrara salida en el perímetro (4/13). Eso, junto a los 12 puntos de Walker, los 9 de ‘Russ’ y los 8 de LeBron, permitió a la franquicia angelina ponerse incluso a dos (95-93) a falta de un minuto para el fin del tercer parcial tras llegar a perder de 15. Pero al final, con un apagado LeBron en los últimos 12 minutos con sólo 3 puntos, se impuso la lógica, el mayor talento de los Jazz, la verdad que duele sobre los Lakers.