Los jóvenes, los más afectados por la pandemia: 244.000 menores de 25 años han perdido su trabajo

Repartidores de comida para llevar a domicilio en Barcelona.
Repartidores de comida para llevar a domicilio en Barcelona.Albert Garcia

Los devastadores efectos de la crisis económica derivada de la pandemia en el ámbito laboral se han dirigido fundamentalmente a los menores de 25 años. Según el Anuario del Mercado de Trabajo 2020: el año del Covid-19 elaborado por Adecco Group Institute, son los trabajadores comprendidos en esta franja de edad a quienes más directamente han afectado las consecuencias en el empleo, provocando una pérdida de 244.000 puestos de trabajo para este nicho. Disgregando este dato por sexos, 126.300 empleos perdidos corresponden a varones y 117.700 a mujeres.

Esta merma representa una caída del 23,9% en el cómputo interanual, y supone la pérdida de 1 de cada 5 afiliaciones a la Seguridad Social. El estudio, que toma como referencia los resultados de la EPA del segundo trimestre ―los del tercero se conocieron hace escasamente dos días, el pasado martes―, advierte, sin embargo, que solo los trabajadores de 60 y más años vieron cómo crecía su volumen en el mercado durante la pandemia, alcanzando un incremento del 7%, lo que equivale a 53.900 contrataciones netas.

“España tiene enormes retos relacionados con el empleo, pero quizás uno de los más importantes es reducir la sangrante tasa de desempleo juvenil, colectivo que además viene sufriendo con mayor intensidad los efectos en el empleo de la pandemia”, señala Iker Barricat, director general de Adecco España. “Tenemos la combinación de la generación de jóvenes más formada de nuestra historia y la experiencia y el talento de varias generaciones de personas trabajadoras cuya experiencia y habilidades son más necesarias que nunca”, se suma Javier Blasco, director del Adecco Group Institute.

Atendiendo a los resultados del segundo trimestre de la EPA en los que se basa el estudio, a final de junio de 2020 la población joven ocupada descendió entre un 11,6% y un 39,6%, (dependiendo de los segmentos de edad), mientras que el conjunto de población activa lo hizo, tan solo, en un 6%. El número de jóvenes de 16 a 29 años sin empleo se elevó a los 6.707.200 ―1,9 puntos porcentuales (pp) superior al número de jóvenes que había hace un año―, lo que representa alrededor del 17% del total de la población en edad laboral. El estudio también hace referencia a que durante los últimos doce años, la población joven de hasta 25 años ha ido disminuyendo progresivamente, con una pérdida total en el periodo de casi 500.000 personas (cerca de 1.700.000 si se consideran los jóvenes hasta 29 años), mientras que el conjunto de la población ha aumentado en algo más de 1.300.000 personas.

A la cola de Europa

Trasladado estos datos al panorama europeo la fotografía no mejora. Según los datos de Eurostat, en junio, 2,96 millones de jóvenes (menores de 25 años) estaban desempleados en la Unión Europea, de los cuales 2,36 millones se encontraban en la zona del euro, situándose la tasa de desempleo juvenil en el 16,8%, y en el 17% dentro de la zona euro. Mientras que en ese mes los volúmenes más bajos se observaron en Alemania (5,6%), República Checa (8,2%) y Polonia (9,5%), el más alto se registró en España (40,8%), seguido ―muy de lejos― por Suecia (28,7%) e Italia (27,6%).

En los datos facilitados por el primer anuario de esta tipología elaborado por la compañía ―de 200 páginas―, se realiza una comparación por franjas de edad que vuelve a dejar al descubierto la enorme debilidad del sector juvenil tanto en su acceso a un puesto de trabajo, como en las condiciones de este. Y es que otro de los problemas para este sector de empleados es la alta tasa de temporalidad, una tara que se extrapola también al resto de franjas, y que sitúa a España a la cabeza en la comparativa con el resto de países europeos. Según Adecco, los jóvenes ocupan puestos de trabajo con jornada a tiempo parcial en una proporción sensiblemente superior a la media. En el primer trimestre de 2020 esta proporción era del 39,1%, muy por encima del 14,5% del conjunto de la población. En el caso de los jóvenes de hasta 29 años es 26,1%.

La consecuencia de tener a una de las generaciones mejor formadas sin empleo, u optando por cualquier puesto disponible, se cristaliza en el dato de que España cuenta con el mayor porcentaje de graduados dedicados a realizar tareas no cualificadas (tareas elementales y de servicios y ventas), un 14,5% ―más del doble de Alemania, que posee un 6,4%―. Una situación que el estudio justifica por el alto porcentaje de personas que estudian carreras de Ciencias Sociales y Jurídicas algo que “dificulta encontrar un empleo vinculado con el campo de estudio elegido”.


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