Los Sacramento Kings pueden presumir de balance ganador por primera vez en 16 años. Su triunfo por 96-101 en el Barclays Center contra los Brooklyn Nets confirma que terminarán la temporada con más victorias que derrotas, y esperan además hacerlo muy arriba, con suerte en la segunda posición que ahora ocupan (42-27) con medio partido de ventaja sobre los Memphis Grizzlies (41-27) en la Conferencia Oeste. Hasta en la lejana Nueva York se pudieron escuchar los célebres cánticos de Light the Beam! (Encended el haz de luz, una curiosa característica única del pabellón de los californianos en plan Star Wars).
La octava victoria en los últimos diez partidos consolidó el balance ganador para un equipo que pisará los playoffs por primera ocasión en 16 temporadas, rompiendo así su récord negativo absoluto en la competición estadounidense. Desde 2006 han vivido una auténtica travesía por el desierto, y este 2023 promete emociones fuertes.
“Esto significa mucho para la afición y la organización. Sacramento es orgullosa, con un grupo de seguidores que trabaja muy duro y no recibe suficiente reconocimiento a nivel estatal y nacional”, explicaba Mike Brown, arquitecto de este milagro de los Kings. “Poder golpearse el pecho y andar con la cabeza bien alta, tener derecho a presumir, es genial”, añadía.
El nuevo proyecto liderado por el técnico, que ha situado a el badalonés Jordi Fernández como segundo, ha superado todas las expectativas en Sac-Town. En sus 40 años de historia en la ciudad californiana, la franquicia solo logró balances ganadores bajo el liderazgo de Rick Adelman, que encadenó ocho temporadas seguidas de playoffs entre 1998 y 2006. En esa época dorada con Chris Webber, Peja Stojakovic y Vlade Divac, el equipo púrpura viajó a tres semifinales de conferencia y unas finales de conferencia memorables contra los Lakers en 2002.
El nuevo grupo de los Kings, por quienes pocos apostaban al empezar el año, ha sorprendido bajo el liderazgo de otro referente extranjero, el lituano Domantas Sabonis. También tiene a una joven estrella estadounidense en sus filas, un De’Aaron Fox que es de largo el mejor jugador en situaciones clutch esta temporada. Es un equipo sin grandes nombres pero mucho oficio, consecuencia indudable de la excelente labor motivadora y táctica de Brown y el cuerpo técnico.
“Desde el primer día, internamente, ha sido fácil transmitir nuestro mensaje. Los chicos lo entienden, entienden mi pasión. Creo que este grupo cree en sí mismo. No solo porque yo se lo digo, sino porque han salido ahí fuera y lo han demostrado una y otra vez, tanto a nivel individual como colectivo”, valora el preparador, campeón con los Cleveland Cavaliers de LeBron James y posteriormente receptor de otros tres anillos como asistente clave en el cuerpo técnico de Steve Kerr en los Golden State Warriors.
cY esto es lo que es nuestro grupo”, subraya. Sabonis, con 24 puntos, 21 rebotes y 5 asistencias en el triunfo contra los Nets, validó una vez más su candidatura a entrar en el mejor quinteto de la temporada. Fox, autor de 18 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias anoche, y que les ganó el partido anterior contra Chicago con un triple demoledor a décimas de la conclusión, es claro favorito para llevarse el primer Clutch Player of the Year de la historia.
Keegan Murray, número 4 del Draft de 2022, se ha adaptado perfectamente a su papel clave como titular en su temporada de novato, y la adquisición de pretemporada Kevin Huerter ha reforzado la pareja exterior del equipo metiendo un 41% de sus triples con gran volumen de tiros. La buena salud también les ha acompañado, al menos hasta anoche. Un mal aterrizaje del escolta terminó pronto con su partido, si bien hay optimismo y no se esperan daños estructurales que puedan amenazar su temporada.
“Nadie en el equipo empezó el año pensando ‘queremos un balance ganador’. Pero es algo positivo. Es bueno para la franquicia, la ciudad y la afición, quitarnos esto de en medio”, valoraba Fox. “Nosotros queremos conseguir cosas más grandes”, avisaba. Lo cierto es que estos Kings, quien nadie esperaba, pueden ser un hueso duro de roer para los teóricos favoritos al anillo en el Oeste.