Cuatro victorias consecutivas, un balance positivo de 7-6 en lo que va de temporada y una paliza tremenda por 153-121 sobre los Brooklyn Nets han devuelto la esperanza a los Sacramento Kings y su parroquia. “Es una magnífica sensación, somos un equipo. Tenemos a chicos que contribuyen varias noches desde el banquillo, y el cielo es el límite cuando esto empieza a ocurrir“, valoraba Mike Brown, arquitecto de la nueva era para los californianos.
Después de 16 años sin pisar los playoffs, vuelven a soñar con ser un equipo ganador. Espantados ya los fantasmas del 0-4 en el arranque del proyecto, los pupilos de Brown y su segundo de a bordo, el badalonés Jordi Fernández, suman siete triunfos en sus últimos nueve partidos.
La exhibición de anoche, liderada por los 31 puntos desde el banquillo de Terence Davies, es el partido de la franquicia con la anotación más abultada en 30 años. Kevin Huerter, con 19 tantos, y Domantas Sabonis, con 17 tantos, 7 rebotes y 7 asistencias, también destacaron en un esfuerzo colectivo que contó con los 14 jugadores disponibles sobre la pista. “Es divertido. Sigues ganando y la gente quiere verte jugar. Hemos pillado una buena carrerilla”, constataba Huerter.
Para los Kings no se trataba de un encuentro cualquiera, ya que pocas veces son televisados a nivel nacional en Estados Unidos. Brillaron y con un parcial de 27-4 en un tramo del segundo cuarto constataron que pueden ser un quebradero de cabeza para más de uno esta temporada. En el caso de los Nets, nunca habían encajado como franquicia 153 puntos sin una prórroga de por medio. Sacramento metió más de 36 puntos en todos los cuartos.
Kevin Durant, con 27 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias, y Edmond Sumner, con 18, fueron los jugadores más destacados del conjunto visitante, que encadena dos pobres actuaciones defensivas después del buen arranque con Jaque Vaughn, su nuevo entrenador. “Quizás nuestras mentes, cuerpos y almas están todavía en L.A., es algo que puede hacer esa ciudad”, comentó el preparador.