Los Knicks rematan a unos Cavaliers sin Ricky Rubio y se citan con los Heat

Donde el jolgorio de volver a tener lo que se perdió tras cinco años sin playoffs, la entusiasta invocación del espíritu de las Finales de 2016 como última llamada a la esperanza, ya sólo queda que silencio y más preguntas que respuestas. Se acabó la ilusión en Cleveland y lo ha hecho mucho más pronto de lo esperado, rematados los Cavaliers anoche por estos seductores y enérgicos New York Knicks con una significativa victoria más clara de lo que indica el marcador (95-106) y un contundente 4-1 en la serie. Termina también el curso para Ricky Rubio, con un rol descendente que acabó sin minutos para el de El Masnou la pasada madrugada.

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El conjunto neoyorquino, ajeno al favoritismo de su rival y que se cita con los Heat en los Semifinales de Conferencia, ha birlado a los Cavs el papel de equipo ilusionante de años sin hacer algo importante en la postemporada, 5 años sin playoffs el conjunto de Ohio pero 10 sin pasar una primera ronda los Knicks (2012-2013), esos tiempos de Carmelo Anthony en el que el equipo de la Gran Manzana se quedó con ganas de mucho más.

Factor Jalen Brunson aparte aunque no menos importante, lo ha hecho robando, saqueando las virtudes de unos Cavaliers dolidos por el fondo y las formas, muy inferiores la mayor parte de la serie y acabando con una desoladora apatía.

Si falla el líder fallan todos y eso es lo que le ha pasado al conjunto de J.B. Bickerstaff, derrumbado Donovan Mitchell ante la granítica defensa del equipo neoyorquino encabezada por un Josh Hart que le ha maniatado, 28 puntos en el último partido pero llegando tarde para cambiar el sino de un encuentro siempre dominado por lo menos con rentas de 10 tantos por los Knicks pese a que los Cavs la recortaran a 8 falta de minuto y medio.

Darius Garland -21 tantos en el último choque-, no ha sabido gestionar la presión ni de la defensa de los Knicks ni la que tenía que asumir ante el bajo rendimiento de Mitchell, algo denotado en el tiro y sobre todo en la dirección -más pérdidas que asistencias con 6 ante 4 en el quinto encuentro- y Caris LeVert-17 tantos-, ha sido intermitente durante toda la serie sin aportar las soluciones suficientes.

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Por no hablar de los interiores. La poderosa y fiable pareja de pintura de los Cavaliers –Evan Mobley y Jarrett Allen-, representa seguramente la más viva imagen del naufragio del equipo de Ohio, superados en ambos lados de la cancha por completo por el Mitchell que ha sido la estrella de esta primera ronda, Mitchell Robinson. En un dato que definitivamente cuenta la historia en las cercanías del aro de la eliminatoria, el pívot de los Knicks anotó más puntos en este último partido (13) que Allen y Mobley juntos (10), y cogió varios más rebotes que los dos interiores de los Cavaliers combinados (18 ante 13).

Ni han podido contener a Robinson, ni brindar protección ante Brunson y los demás exteriores, ni tampoco ser un recurso en ataque más allá de la pintura en el pick and roll, muy cómodos los Knicks con la falta de tiro exterior de ambos, la cual ha invitado al cuadro de Tom Thibodeau a colapsar todavía más la pintura ante las penetraciones de Donovan Mitchell y Darius Garland.

El papel de Ricky Rubio y su futuro 

En este contexto de confusión, desatascar y aportar claridad al juego para facilitar también la creación de tiros a ambos bases, se añorado y mucho a Ricky Rubio. El regreso del base catalán trajo mucha esperanza hasta el punto de que la franquicia le consideraba un refuerzo de cara a los playoffs, a los que Ricky se proponía llegar a su tope después de volver de su grave lesión en enero.

Parecía complicado que en tan poco tiempo alcanzara el nivel en el que lo dejó antes de la lesión pero, en cualquier caso -y pese a su irregular rendimiento en las últimas fechas de la temporada regular-, se podía esperar más del ex del Joventut y el Barça, que, todo sea dicho, tampoco ha gozado de la confianza que se esperaba de su entrenador, apenas 5-6 minutos en tres dos de los 5 enfrentamientos de la eliminatoria y sin tiempo de juego en los otros dos.

Ricky ha transmitido una cierta ansiedad, a veces la propia del jugador con pocos minutos con ese intenso deseo de demostrar en lo poco que está en cancha para aprovechar al máximo la oportunidad. Aseguraba Jordi Robirosa en MD que estaría sopesando un regreso a casa, aunque ha pasado poco tiempo desde su retorno -el haberlo hecho a media temporada también ha dificultado su adaptación al sistema de los Cavaliers-, en los Cavs se valora mucho su rol como mentor en un equipo que sigue teniendo un futuro prometedor y tiene dos años más de contrato.

La caída de todos los demás jugadores de los Cavaliers a partir del desplome de ‘Spida’ ha sido inversamente proporcional al ascenso definitivo al estrellato de Jalen Brunson (23 puntos en este último envite) y el creciente rendimiento de todos los demás jugadores de los Knicks a su alrededor, con RJ Barrett (21 tantos) a la cabeza del ataque y Josh Hart de la defensa, sombra de ‘Spida’, yéndose a los 46 minutos en el quinto encuentro, los que jugó prácticamente Mitchell (44).

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El conjunto neoyorquino llevó a cabo una impecable e imponente puesta en escena, conteniendo con solvencia el intenso inicio de los de Bickerstaff y gestionando el miedo escénico del arreón final de los Cavs, con la mala noticia, eso sí, de la lesión de Julius Randle, ya tocado y que se retiró tras 16 minutos y 13 puntos. La ilusión marchita en Cleveland y resucita en Nueva York.