Los New York Knicks son uno de los equipos de moda y empiezan a ser vistos como una seria amenaza para cualquiera en los playoffs. Prueba de ello es su victoria sin paliativos contra los Boston Celtics en un Madison Square Garden enloquecido por 109-94. La gran labor defensiva de los locales frustró a los anteriores líderes de la liga, que pierden su posición en beneficio de los Milwaukee Bucks después de una derrota marcada por la expulsión de Jayson Tatum.
La frustración con los árbitros pudo con la estrella Celtic por primera vez en su trayectoria profesional, pero fue el trabajo atrás del equipo de Tom Thibodeau el que desesperó al enemigo. “No ha sido nuestra mejor noche en el tiro, ellos han jugado mucho mejor”, reconoció un Al Horford diplomático.
Julius Randle e Immanuel Quickley, con 23 puntos cada uno, lideraron el ataque local, trenzado esta temporada alrededor de un Jalen Brunson consolidado como estrella en la Gran Manzana después de liberarse del yugo de Luka Doncic y los Mavs en verano. El base, con 17 puntos,4 rebotes, 3 asistencias y un robo, presentó el +/- más abultado del encuentro con un +21.
Desde que el exjugador de Villanova ha unido fuerzas con su excompañero universitario Josh Hart, traspasado procedente de los Portland Trail Blazers en el cierre de mercado a principios de mes, los Knicks no conocen la derrota. En total, son seis victorias consecutivas que les aúpan a la quinta posición de la Conferencia Este (36-27) con unos números que avisan a posibles rivales. Tienen el segundo rating neto de la liga, el cuarto a nivel ofensivo y el séptimo en defensa, un equilibrio solo al alcance de los mejores equipos de la competición como, precisamente, los Celtics.
Hart, con 12 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y 2 robos fue precisamente una molestia notable ante el desespero de Tatum, expulsado a tres minutos del final por reiteradas protestas. Su marcha a los vestuarios por acumulación de técnicas, con 14 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias (6-18 TC; 1-9 3P), terminó de hundir a los visitantes, liderados por los 22 puntos de Malcolm Brogdon partiendo desde el banquillo. Marcus Smart, con 19 puntos, fue el único miembro del quinteto titular que estuvo medianamente a la altura del partido después de que Jaylen Brown causara baja por motivos personales.
“Estamos en un buen lugar, pero con mucho trabajo por delante”, comentó Brunson sobre el proyecto neoyorquino. Un parcial de 27-15 en el primer cuarto allanó el camino de los locales contra el mejor equipo de la liga (44-18), que falló 20 de sus 22 primeros intentos desde el perímetro para cavarse su propia tumba. El duelo se equilibró entonces, pero con los Knicks firmes en defensa para no dejar escapar otra victoria, y esta ilusiona.