Buenas sensaciones para arrancar este tramo final de temporada para Los Angeles Lakers de LeBron James. Sin necesitarle en su mejor versión, muy lejos anoche entre la lesión en la mano del All Star y la mala puntería en el retorno a la competición, el conjunto angelino se cargó de esperanza con una victoria convincente por 124-111 sobre los Golden State Warriors. Con una gran actuación coral y siete hombres en dobles dígitos, el conjunto de Darvin Ham no requirió exhibiciones de sus estrellas y se conformó con seguir la batuta ofensiva de Malik Beasley, autor de 25 puntos y 7 triples.
La reciente incorporación en el cierre de mercado de traspasos sobrepasó por segunda vez en cuatro partidos la veintena de puntos y lideró al quinteto titular angelino en una noche regular para LeBron y Anthony Davis. El primero falló como una escopeta de feria (5 de 20 en tiros de campo) y terminó con 13 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias, impactando notablemente a pesar de ello en la victoria; el segundo se mostró menos agresivo de cara el aro, y finalizó con 12 puntos y 12 rebotes tras intentar solo cinco tiros a canasta. La noticia más positiva es que pudieron estar menos de lo habitual en cancha, 26 minutos, sin arriesgar el triunfo del equipo.
Los Lakers, que deben trenzar un muy buen final de curso para poder soñar con el play-in o incluso los playoffs, empezaron con buen pie y mucha motivación de sus secundarios. Austin Reaves, con 17 puntos y 4 asistencias en un encuentro sin fallos (6-6 TC), marcó el paso de la segunda unidad, con aportaciones en dobles dígitos para Rui Hachimura (14), Dennis Schroder (13), Mo Bamba (10) y Loonie Walker IV (10). Reaves, con 13 de sus 17 puntos en el tercer cuarto, resultó clave en la escapada de L.A. en el período con un parcial de 36-24.
“Seguimos intentando entenderlo, pero pinta muy bien”, valoró Davis. “Estamos jugando bien, conectamos y sabemos que no tenemos demasiado tiempo”, añadía. “Los chicos saben lo que hay”, aseguró Ham. “Saben que no hay partidos ni más tiempo para perder”.
La mala noticia para los locales llegó con la lesión en el primer cuarto de D’Angelo Russell. El base, una de las incorporaciones recientes, se torció el tobillo derecho y deberá más pruebas diagnósticas después de confirmar que no tiene nada roto en los rayos X. En nueve minutos aportó 2 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias. Un pisotón involuntario a Donte DiVincenzo le provocó el contratiempo físico, que no se espera especialmente grave por fortuna.
Con 28 victorias y 32 derrotas, los Lakers siguen fuera de posiciones de play-in pero ven muy cerca a sus rivales de anoche, unos Warriors que son décimos y marcan el corte de la lucha por la postemporada con 29 triunfos y 30 reveses. Sin Steph Curry, no parece que las cosas vayan a mejorar mucho en las próximas jornadas para los vigentes campeones, muy lejos de la forma esperada este curso. A pesar de la baja de su referente, Golden State luchó de la mano de Klay Thompson (22 puntos) y Ty Jerome (20). En el tercer cuarto llegaron a situarse a un punto (59-58), pero un parcial de 21-7 de los Lakers rompió el choque.
Los Warriors, al igual que los Lakers, encaran con urgencias y muchas dudas este tramo final de curso. De momento, pintan mal las cosas con su cuarta derrota en los últimos cinco partidos. “Esto es un sprint hasta la línea de meta. Todos sentimos las urgencias ahora mismo. Estamos un par de partidos por delante suyo y estamos en una situación precaria donde podemos acabar en el play-in, los playoffs o caernos de ambos”, recordó Steve Kerr.
Para L.A., que también están en la UCI este año, fue maravilloso verse ganadores a pesar del peor partido anotador de LeBron esta temporada, la lesión de uno de sus titulares y el impacto marginal de AD en ataque. Hay esperanza en Hollywood a pesar de todo. “Ahora mismo nos sentimos muy bien y tenemos ganas de ver qué podemos hacer ahí fuera, ver que podemos conseguir con esta alineación”, apuntaba James.