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Los Lakers dejan claro en Toronto que no son nada sin LeBron ni Davis

Los Lakers dejan claro en Toronto que no son nada sin LeBron ni Davis

Los Toronto Raptors, de los anfitriones menos amables con sus invitados sólo tres derrotas en casa-, desenmascararon a unos Lakers que, sin LeBron James ni Anthony Davis son tan poco, que han pasado del todo a la nada en apenas dos días, insuficientes en Cleveland sin Davis -baja por enfermedad-, y casi insignificantes cuando también falta ‘The King’, ausente en el Scotiabank Arena por molestias en la rodilla izquierda. Se lo hicieron ver rápido los Raptors (126-113) quienes, con apenas con un soplido, con una exquisita primera parte de Pascal Siakam (25 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias al final) y Fred VanVleet (25 tantos y 7 pases de canasta), liquidaron con el 70-47 del descanso a unos Lakers que vuelven a acumular desplantes a los triples, con un pírrico 7/33 para acabar con un 21%. Juancho Hernangómez, retrasada su reaparición hasta la semana que viene por su esguince de tobillo, lo vio desde el banquillo.

Sin incidencia los 18 puntos de Bryant, o los 16 de Schröder o los 16 de ‘Russ’ (5/13 en tiros), ya han casi dilapidado en el ecuador de su largo viaje hasta volver a Los Ángeles -faltan Sixers y Pistons antes de que los imponentes Celtics visiten Hollywood-, todo el efecto moral acumulado de la racha anterior –9 victorias en 11 partidos-, con una digna pero derrota al final y al cabo en Cleveland acompañada de otra bochornosa en Toronto con el agravante de la preocupación por LeBron, pues lo de Davis no es más que un virus pasajero. Como vuelva a flaquear la salud física de ‘The King’, entonces el futuro si que no depara nada de nada a los Lakers.

Darvin Ham, imposible una definición de ‘ataque de entrenador’ más precisa, dio un voto de confianza excesivo a sus chicos ‘corrientes’, con el único chico de la élite, que le quedaba, Russell Westbrook empezando en el banquillo, con un quinteto titular con Austin Reaves, Juan Toscano-Anderson, Thomas Bryant, Lonnie Walker IV y Dennis Schröder. La osadía se convirtió pronto en temeridad, con un 11-0 transcurridos pocos más dos minutos como lógica consecuencia de un equipo que jugaba a ‘airball’ más que a baloncesto en ataque y que, como resultado, concedía eso en lo que tan inmisericordes son los Raptors, las transiciones. Se dio prisa en certificar Ham, introduciendo a ‘Russ’ con 9:41 por jugar del primer cuarto por un Lonnie Walker IV al que llamó a un sermón aparte.

“¿Si he cambiado algo en el juego de Westbrook? Sobre todo, la defensa, ha mejorado mucho ahí y también ha organizado su ataque”, destacaba antes del partido del técnico de los de púrpura y oro. Hasta dónde ha llegado Ham en el que es su triunfo más importante desde su llegada al banquillo de los Lakers que, el que era hasta hace nada el caos, es el que pone ahora el orden. La entrada de Westbrook tuvo un impacto inmediato en unos Lakers que empezaron a tirar casi del único hilo argumental que tienen en ataque sin LeBron ni Davis para ralentizar el frenético inicio de los Raptors con un parcial de 6-15 (17-15 a falta de 6:12 para el final del primer cuarto). 

Thomas Bryant, quien tan dignamente había reemplazado a Davis contra los Cavaliers con 19 tantos, sugirió que quizá podían sacar algo también de Christian Koloko, intimidante defensor en la pintura pero en ocasiones demasiado impetuoso, a veces apuntándose faltas con demasiada rapidez. Pero lo de los Lakers no fue más que una ilusión efímera, por mucho que se protegieran del poder de los Raptors en los uno contra uno con su abundancia de tamaño y rapidez -superioridad acentuada sin LeBron y Davis-, defendiendo en zona.

El variable Fred VanVleet, mostrando en la pista su enfado con el mundo -ha dejado de seguir a todos sus compañeros en las redes, impartía cátedra en su tan alabada ejecución del pick and roll y al equipo de Nick Nurse le bastaba también con buscar el mismatch en los duelos individuales para desmontar la zona. Con Austin Reaves y Dennis Schröder en la parte delantera de esa zona 2-3, penetración por ahí de jugadores como de Siakam -muy superior en envergadura-, y listo. A la que se producía un 2×1, balón al perímetro y solucionado, porque, a diferencia de los Lakers, los Raptors sí que se llevan bien con los triples, sólo un 28% esta vez (12/43) pero muy superior en cualquier caso al 21% de la franquicia angelina. 

Y, en los previsibles y atascados ataques en estático de los de púrpura y oro, era suficiente con aplicar la lógica: cerrar el paso a Westbrook y ‘alejar’ el peligro dirección al perímetro. Todo muy fácil para Toronto, que, tras el 70-47 del descanso- tuvo que recibir un toque de atención al inicio del tercer parcial de Nurse con un tiempo muerto ante un conato de reacción -76-58 a falta de 6:53 para el final del parcial-, de unos Lakers que van muy escasos, demasiado, sin LeBron James y Anthony Davis. Sin ellos, son un intento fallido de equipo.




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