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Los malabares de Eva Areste, la árbitra detrás del control de vídeo del Eurobasket

Los malabares de Eva Areste, la árbitra detrás del control de vídeo del Eurobasket

Eva Areste (Barcelona, 1989) podría ser malabarista. Ingeniera naval y árbitra de LEB Oro y Liga Endesa, exprime los minutos de su vida para compaginar sus dos pasiones. Lejos del descanso en períodos vacacionales, la catalana es también una de las responsables de controlar el sistema de control de vídeo arbitral que usa la FIBA en este Eurobasket. 

“Hacemos estadística. Para gestionar los monitores debes entender de baloncesto para saber cuando hay situaciones que sean punibles. Todas las jugadas que vemos, cada vez que los árbitros pitan, quedan registradas. Luego se recopilan todos los datos y se los queda FIBA. Lo primero que hacemos es revisar todas las acciones, luego las editamos, después un superior analiza si todo ello es correcto, porque a veces hay jugadas grises y hay un responsable que marca el criterio. Todo eso se les añade a los árbitros en su evaluación. A ellos les llega el informe de FIBA y las jugadas”, expone.

La gestión de todos estos datos se hace con un software catalán, Eric Sports, que además de FIBA también lo utilizan la ACB, la Federación Internacional de Natación (FINA) y numerosos equipos de élite de distintos deportes. “Lo que hacemos es usar una aplicación que se usa en muchos deportes para hacer estadísticas. Puedes mirar muchos parámetros. En el caso arbitral, te indica quién silba, cómo, todo. Por ejemplo, si quieres saber cuantas faltas antideportivas de tipo tres ha habido, pues es muy fácil porque puedes hacer una selección”.

Areste, que también forma parte del Comité de Árbitros de la Federación Catalana, añade que la evaluación que FIBA ejerce sobre el conjunto arbitral es exhaustiva: “En los campeonatos las evaluaciones a los árbitros son diarias. Cuánta más tecnología tenemos, menos errores cometemos. Cabe tener en cuenta que los árbitros conviven con los errores. Es imposible no equivocarse. Siempre sabes que ese es un aspecto que no cambia por muy bueno que seas, porque somos humanos y las decisiones se toman muy deprisa”.

Abriendo paso en el arbitraje

Eva Areste comenzó su andadura deportiva en el hockey. La catalana comenta que una lesión acabó con ese camino y, al ser muy alta para su edad, el baloncesto fue una transición natural. “Medía 1,80 y en el colegio me preguntaron si quería apuntarme a baloncesto. A los seis meses de estar en el cole me querían fichar todos los equipos: Barcelona, Sant Adrià… Y me fui al Hispano-Francés con 13 años. Luego cambié al Barça y con mis compañeras nos sacamos el curso de entrenadoras y me dieron un equipo en La Salle Bonanova, pero duré poco porque no era lo mío”.

Lejos de plantarse tras su breve camino como técnica, la catalana decidió probar con el arbitraje: “Me quedé con las ganas de mandar, así que decidí perseguir lo de ser árbitra. Comencé con 19 años, estuve tres años compaginando jugar y el arbitraje, hasta los 21. Mi jefe me dijo que frenara porque llevaba un ritmo muy alto: estudiaba la carrera, arbitraba, jugaba y trabajaba. Dejé de jugar y me quedé con el arbitraje”.

Su carrera arbitral fue un camino ascendente: pitaba en Copa Catalunya con apenas 23 años, subió a categoría EBA y al poco ya estaba en LEB, dónde era una de las pocas mujeres que arbitraba. “Fui dos veces al circuito Movistar, me ofrecieron ser internacional, pero dije que no por mi trabajo. Te pasas el día viajando, estás sola y no te lo ponen fácil porque al final somos pocas mujeres y abrir paso no es fácil… Debes demostrar constantemente que vales. Es difícil. Y eso hace que tires hacia tu trabajo. Yo, por ejemplo, trabajo en una multinacional holandesa y cuando me ofrecieron ser internacional me costó imaginar dejarlo e incorporarme luego con 50 años al mercado laboral. Es complicado”.

Y todo ello sin apenas días de descanso. La catalana compagina la actividad arbitral con su profesión y exprime constantemente sus momentos libres para dar cabida a todo. “No tengo días libres y no sé qué es descansar. Sé que a veces es necesario. De hecho, mis vacaciones consisten en estar aquí. Pero aprovecho para correr antes de venir al estadio, para leer por las noches… A veces cuando menos tiempo tienes más lo aprovechas. De hecho, al llegar a mi empresa les dije que era árbitro y que si pedía un día de vacaciones entre octubre y mayo, que me lo tenían que dar porque quería arbitrar. Me dijeron que sin problema. Los días que necesito me los dan de teletrabajo o me los quitan de vacaciones”, concluye.




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