Los Mavericks no tiran la toalla

“Nunca se sabe, hay que creer”, comentó Luka Doncic después de la exhibición de los Dallas Mavericks en el cuarto partido de las Finales de la Conferencia Oeste, que se resolvió con un 119-109 después de una pájara de los suplentes en el último cuarto que desechó una ventaja de 29 puntos y obligó a Jason Kidd a recuperar a sus titulares para confirmar el 3-1 en la eliminatoria.

“Nuestra defensa ha sido magnífica con la excepción del último cuarto”, reconoció el astro esloveno, que anotó o asistió los 9 puntos que sellaron el choque después de que los Golden State Warriors hubiesen recortado la desventaja a 8 tantos en un encuentro plagado de incidencias.

“Si jugamos así y compartimos el balón, somos un equipo peligroso”, valoró el ’77’, autor de 30 puntos, 14 rebotes, 9 asistencias, 2 robos y 2 tapones en el partido (10-26 TC; 3-11 3P). “Ya tenemos la primera victoria, será difícil en San Francisco pero tenemos que mantenernos unidos”, contestó cuando le preguntaron sobre la posibilidad de remontar el 3-0, algo que ningún equipo ha conseguido en la historia con 146 precedentes.

Arreció tanto en Dallas que, además de los 20 triples locales, sobre el parquet cayeron gotas de lluvia por culpa de una filtración en la cubierta del pabellón. La tormenta en Texas retrasó la vuelta tras el descanso, con los locales 15 arriba (62-47) unos 20 minutos. El parón no enfrió las muñecas de los acompañantes de Doncic, claves para entender el rotundo triunfo de los Mavericks, que ya acumulan tres victorias en partidos de eliminación (3-0) en estos playoffs.

Un primer cuarto con un 7 de 13 en triples envalentonó a los acompañantes de Doncic y les animó a jugar con una agresividad y confianza inusitadas ante el resultado global de la serie. Kidd apuntó que los Mavs debían atacar más la pintura y sus pupilos por fin le hicieron caso, abriendo heridas en la zona que dieron espacio para los triples liberados en las alas. Un 19-2 de parcial rompió el choque en el segundo período y dejó jugadas inimaginables hace tan solo un par de días, como un poderoso tapón de Maxi Kleber sobre Draymond Green.

El alemán ejemplificó la reacción de Dallas con 13 puntos, 8 rebotes y 3 tapones después de estar desaparecido en los anteriores asaltos. No fue el único que dio un paso al frente: Dorian Finney-Smith, con 23 puntos, 6 rebotes y un 4 de 7 en triples, también dio un tumbo a las sensaciones locales en la eliminatoria. Reggie Bullock, que venía de firmar un 0 de 10 en tiros de campo en el tercer choque, clavó 6 triples de 10 intentos y se resarció con 18 tantos. El buen papel de los jugadores con un rol muy determinado liberó la muñeca de Jalen Brunson (15) y Spencer Dinwiddie (10), que se tomaron un respiro después de haber sido los únicos colaboradores fiables para Doncic en estas finales de conferencia.

A los Warriors no les salió nada hasta que saltaron a la cancha los suplentes al fondo del banquillo con el arranque del último cuarto. El hambre y las ganas de lucirse, además del gatillazo de sus iguales, pusieron en entredicho el cómodo triunfo de Dallas. Sin ninguno de sus titulares en pista, el conjunto de Kerr pasó del 29 abajo al -8 en apenas 9 minutos. 

Los titulares de Golden State no tuvieron su mejor noche y tan solo Stephen Curry, con 20 tantos y 8 asistencias, tuvo una velada a la altura de su figura. Klay Thompson, con 12 tantos, volvió a quedarse lejos de su pedigrí como Splash Brother, y tampoco Jordan Poole (14) supo reaccionar desde el perímetro. Andrew Wiggins, clave en la eliminatoria por su defensa sobre Doncic y su agresividad en ataque, se quedó en 13 puntos y un -20 en el +/- después de haber alcanzado el partido con un +122 en estos playoffs y un +66 en la eliminatoria.

Ante el descalabro en tres cuartos, Kerr dio paso a los menos habituales, que aprovecharon sus minutos para meter miedo y levantar sospechas sobre el frágil dominio de Dallas, que en el segundo encuentro de la serie ya desechó una ventaja de 19 tantos para terminar perdiendo. Jonathan Kuminga, con 17 puntos y 8 rebotes, y Moses Moody, con 10 tantos, sacaron pecho y entranaron un poco la zona que ha dado verdaderos dolores de cabeza a Kidd, muy contento por la victoria. “Es un elogio que te defiendan en zona, quiere decir que no han podido con nosotros en el uno contra uno”, afirmó el técnico de Dallas.

Los Warriors no querían, pero las finales de conferencia vuelven a San Francisco y Doncic se abona a la filosofía que tan bien conocen los aficionados merengues: “Creo que podemos ganar, vamos a creer hasta el final”.